Adrix
Los días en Italia siempre son demasiado brillantes, y alegres. Los colores y la buena vibra de la gente italiana se puede sentir en cualquier rincón de este lugar. Si pasas por un mal día solo tienes que salir y recorrer una cuantas calles de la ciudad para volver a sentirte bien. Esa es una de las maravillas de Florencia y una de las razones por las que me fascina vivir aquí.
Salgo al balcón de mi habitación de hotel para poder contemplar el amanecer, y debo admitir que esta es una de mis partes favoritas del día, realmente disfruto mucho el tener una gran vista como esta cada que vengo a pasar la noche en este lugar.
— Buenos días Guapo — la voz seductora de una mujer interrumpe mi intento de tener un poco de tranquilidad y en automático mi genio se va en picada hacia lo más profundo de una fosa.
Me giro y veo a una pelirroja desnuda recargada contra el marco de la gran puerta de cristal que da hacia el interior de la habitación.— Te dije que te marcharas — espeto con indiferencia.
— Creí que...
— ¿Que podrías pasar más allá del sexo de anoche? — suelto para después volver a contemplar la vista tratando de ignorar su presencia pero es inútil porque aún la siento a mis espaldas. De mala gana me doy media vuelta y entro a la habitación pasando por su ladosin darle importancia a su expresiónde ofendida. — Henry te esta esperando en el Lobby, el te llevará a donde quieras ir — agrego sin mirarla. Esto es como una rutina para mi.
— Había escuchado la mala reputación que tiene el famoso Adrix Bianchi — dice con tono sarcástico mientras toma su ropa para vestirse — pero no imaginaba cuan imbecil podrías llegar a ser. — resopla haciéndome reír.
— Debo suponer que esa mala reputación me la han puesto aquellas mujeres que han pasado por la misma cama que tu — espeto con superioridad
— El Karma existe ¿sabes? — dice esbozando una sonrisa burlona
— No creo en el karma — resoplo impaciente por que se large de una vez.
Toma sus zapatos en una mano y su bolso en la otra — Algún día encontrarás a una mujer que llene tus expectativas y te hará sufrir — asegura y alzo una ceja ante las estupideces que esta diciendo — Te espera un largo camino por recorrer llamado Dolor y decepción, señor Bianchi.
— He pasado por ahí, es un feo lugar, gracias — digo con desdén
— lo dudo — muerde su labio inferior mientras se pavonea a mi alrededor — Solo espero que esa chica sea lo suficientemente inteligente como para huir de ti — finaliza y se marcha. Tomo un vaso de vidrio y lo lleno con weskey del míni bar.
— El amor no existe. — resoplo y le doy un trago provocando que el líquido queme mi garganta, dejando una sensación embriagadora a su paso. — y si llegase a existir, es mejor que se quede a kilómetros de mi. — Mi teléfono suena y lo busco para contestar — ¿Que pasa? — hablo al teléfono cuando leo el nombre de la persona que me ha llamado.
— Tengo la propuesta de tu vida — la voz entusiasmada de mi mejor amigo resuena a través del teléfono <<¿Como es que siempre esta tan alegre?>>.
William fue mi único amigo leal durante la universidad en Estados Unidos, ambos habíamos tomado la carrera de finanzas contra nuestra voluntad a causa de lanpresion qué nuestros padres ejercian en nosotros. De no habernos tenido el uno al otro, probablemente habríamos mandado todo a la mierda después de los primeros días.
— Dame detalles — le pido mientras tomo asiento a la orilla de la cama sin soltar el vaso con licor.
— ¿Que te parece tener tu propio hotel? — pregunta y tengo que reprimir las ganas de reírme.
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La Traducción del Amor
RomanceUn viaje de trabajo no puede cambiar tu vida para siempre ¿o si? El mundo de Allison Lane da un giro de 180 grados desde el momento en que accede al viaje a Italia con su jefe. Ella había estado enamorada de William Carson por tanto tiempo que cuan...