29° Cazando Ratas

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Dimitri.

No puedo quedarme sin hacer nada mientras zvezda esta echa mierda, tuve que salir de la casa de Adrix en busca de algunas cabezas para cortar. Primero me dirigí de regreso al restaurante en el que Allison había estado, amenacé a todos y me mostraron videos de seguridad en el que pude ver a la Zvezda esperar y esperar a alguien que no iba a llegar. Después de eso se puede ver como intercambia palabras con la mujer que amenazamos antes de salir del lugar. La cámara de seguridad del exterior la capta caminando sobre la acera hasta que se pierde del radar, los del restaurante me aseguran que no hay más, y que tampoco hay otras cámaras de seguridad que hayan podido grabarla lo cual me puso la sangre como lava caliente provocando que le dispare al de sistemas que me mostró las cintas.
Salgo echo una furia y recorro el mismo camino que Allison debió haber tomado, avanzo aproximadamente tres calles hasta que un callejón llama mi atención, me adentro y veo varios contenedores de basura, botellas, y... me acerco con cautela hasta el pedazo de tela rosa que alcanzo a ver en medio de tanta basura. Me pongo en cuclillas y tomo la tela en mi mano apretandola en un puño.

- Malditos hijos de perra - gruño tensando la mandíbula. Siento como si estuviera reviviendo aquellos momentos de infierno que me he empeñado en obligar para no sentir la carga de no haber podido salvar a mi hermana. Me pongo de pie y salgo de ahí intentando encontrar alguna miserable cámara de seguridad que me muestre el rostro de mis próximas víctimas y.... - Los tengo mal nacidos de mierda - canto victoria cuando alcanzo a ver una cámara de tránsito en una lámpara al otro lado de la calle. Tomo mi teléfono y marco el número de un contacto dentro de la policía de Italia, me deben algunos favores y es hora de cobrar unos cuantos.

- ¿Diga?

- Envíame imágenes de la cámara de seguridad que tienen en una lámpara sobre la calle Sant Joseph, cerca del muelle, hay un pequeño restaurante a tres cuadras de aquí - demando - a partir de las 10 de la noche hasta las 12, y por tu bien espero que se vean claras, date prisa porque me urgen

- Dame una hora - pide

- Te doy quince minutos y si no te das prisa voy por ti y te arranco los brazos - cuelgo para poder marcar el número de mi hermano mayor - Creo que tengo algo, nos vemos más tarde

- Nosotros también tenemos algo, o más bien a alguien - dice

- Hoy van a rodar cabezas - sonrío con satisfacción y cuelgo para volver al auto. Espero dentro y a los diez minutos mi teléfono timbra con la llegada de un mensaje "Aquí está lo que pidió". No cabe duda que con una buena motivación la gente es eficaz. Abro el video que me envió y se puede ver claramente cuando Los dos tipos sujetan a Allison y la obligan a adentrarse en el callejón. - Malditos - bramo con furia y corto el video para revisar las imágenes que envió. - Los tengo - sonrío al visualizar los rostros de los dos pobres diablos que pronto serán nada. Una extraña sensación de familiaridad me invade <<Los he visto en algún lado... pero ¿Donde?>>. Entrecierro los ojos y le hago Zoom a la imagen, hace años que no vengo a Italia, por lo tanto solo pude haberlos visto en un solo lugar. - Si tuviste algo que ver juro por todos los infiernos que voy a quemar tu maldita croaca - espeto encendiendo el auto para dirigirme al peor sitio de todos.

El olor a mierda se intensifica cada vez más mientras me acerco a lo más bajo de Italia, hace mucho tiempo que no me aparecía por estos lados, los vagabundos, asesinos, drogadictos y prostitutas sobran en cada rincón de las croacas, tengo la maldita extraña sensación de que lo que le pasó a Zvezda no fue simple mala suerte de estar en el lugar equivocado a la hora equivocada. Aquí hay algo más, siempre hay algo más y con mayor razón cuando se lleva una vida llena de enemigos como la de nosotros.
No culpo a Bianchi por actuar como un puto egoísta al arrastrarla a esta vida de mierda, porque es prácticamente lo que hemos estado haciendo mis hermanos y yo desde que la vimos en ese hotel tan resplandeciente en medio de un montón de perros carroñeros.

La Traducción del Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora