40° Viviendo el infierno

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Allison.

Los lamentos y el maldito hedor a muerte me atormentan cada segundo, y con el paso del tiempo me voy dando cuenta de que no somos las únicas en este pozo de mierda, no logro ver a los demás pero se que los hay, los gemidos de agonía me lo hacen saber. Me mantengo cerca de las barras para vigilar a Alana quien se mantiene en un ovillo en un rincón de su celda temblando y llorando sin para, no se exactamente cuanto tiempo llevamos aquí pero para mi ha pasado una eternidad, el sufrimiento de Alana provoca que el tiempo corra lento y eso me esta volviendo loca.

- Buenos días pequeñas perras - aparece Jack haciendo que Alana se levante - ¿Quieres mas? - le pregunta a la pequeña hermana de Adrix 

- Púdrete - espeta sin poder controlar los temblores que sacuden su cuerpo - ¡Muérete maldito infeliz! - le grita con furia

- Eso fue un si - le sonríe 

- Si le tocas un pelo.... 

- ¿Que? - me interrumpe - ¿Que harás? - se ríe

- Liberarme y te lo muestro - bramo 

- Tienes una imaginación muy creativa - se burla de mi y lo aniquilo con la mirada

- Pregúntales a los hermanos serpiente - le digo y su sonrisa se esfuma <<El sabe perfectamente de quienes le hablo y como no si el maldito bastardo es quien esta detrás de lo que me hicieron esas ratas>> - Oh es verdad - sonrío - No puedes, porque yo los mate - me encojo de hombros - y me alejo de los barrotes para sentarme sobre el suelo sucio - Y lo mismo haré contigo, así que matarme ahora que puedes - alza una ceja - Porque no me conoces 

- ¿Y que? - dice divertido -¿Me mataras? 

- Grábate bien mis palabras - digo con seriedad ignorando su estúpida sonrisa - Refundiré tu maldito apellido en la mierda - amenazo - No quedara nada de los Rinaldi después de que acabe con todos ustedes - Jamas me habría imaginado hablándole así a alguien y menos a un mafioso como el, la Allie de hace unos meses solo se revelaba con aquellos que la fastidiaban y que no presentaban peligro para su persona, pero esta Allie... esta Allison ya no mide el peligro que implica estar rodeada de una vida como la que Adrix y los Volkov llevan, quiero estar con Adrix y para sobrevivir debo darme mi lugar como siempre lo he hecho solo que ahora tengo que hacerlo contra un grupo de mafiosos machistas y misoginos.

- ¿Sabes que es divertido? - pregunta sin hacer caso a mis amenazas - Que tu estés ahí- me señala - y yo aquí- sonríe- el que debería amenazar soy yo

- ¿Que más puedes hacerme? - espeto - Me haz hecho lo peor que se le puede hacer a una mujer y aquí estoy - extiendo mis brazos - Esperabas verme derrotada y mirame - sonrio - aun en la mierda te estoy demostrando que tengo más huevos que tu.

- Eso ya lo veremos - brama dirigiéndose hacia la celda de Lexa a paso decidido

- Tocala y te mato - me levanto y se burla de mi ignorando mi amenaza. <<Estoy hastiada de que me subestime, de que haga menos mis amenazas y advertencia solo porque se cree superior a mi.>>

- Te recuerdo que tu estas ahí- me señala - y yo aquí

- Si le tocas....

- Amenazas y más amenazas Allison - brama y entra a la celda de mi mejor amiga para sujetarla del cabello con fuerza. Lexa patalea y lo aruña soltando palabrotas y quejidos cuando la bestia de Rinaldi le regresa los golpes con rabia. - Quédate quieta hija de perra - demanda iracundo

- ¡Que la dejes! - grito furiosa tirando de los barrotes con desesperación mientras deseo tener algún maldito superpoder para atravesar la maldita jaula en la que estoy para poder ayudar a mi Lexa. - ¡Voy a matarte! - grito sin dejar de tirar los barrotes - ¡Voy a despellejarte maldito hijo de perra! - la impotencia que se ha apoderado de mi es indescriptible. Jack arrastra a mi mejor amiga hacia una silla de metal y la amarra de manos y piernas con una soga impidiendo que se mueva.

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