20°Angel de la muerte

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Adrix

Vine buscando plata y termine encontrando oro. Jamás creí que esa maldita frase fuera a cobrar sentido para mí hasta que entré a la Mansión Rinaldi intentando matar a Jack pero en su lugar terminé siendo su jefe. <<Pobre imbecil>>, está claro que lo último que se esperaba era ser sustituido por el hombre que odia. Yo en su lugar habría incendiado el lugar con todos dentro antes de que alguien pase por encima de mi.

- Me imaginé cientos de escenarios - habla Vincent irrumpiendo el silencio en el auto que nos dirige a la bodega roja en la que están los Sicaris. Ese sitio ha sido el hogar de esos asesinos, han entrenado, han matado y han forjado la lealtad en ese lugar. - Pensé que te matarían, o torturarian, pero sigues vivo y siendo el nuevo líder de su ejército de muerte - resopla - Amigo, quiero tu suerte. - dice y lo aniquila con la mirada, <<Me pone de malas su maldita necesidad de decir sandeces>>

- Cierra la boca antes de que mi primera orden sea que te maten a golpes - bramo

- ¿Como te aguanta Allison? - pregunta arrugando las cejas y solo hace que mi mal genio empeore con sus estúpidas preguntas - Vale - dice con ambas manos arriba en señal de rendición

Minutos después la camioneta negra que nos lleva se detiene frente a las instalaciones de la bodega roja, que se encuentra a las afueras de Florencia en un terreno que solía ser una prisión hace muchos años. Cuando Dante se hizo propietario de este lugar, lo nombró la bodega roja y aquí fue metiendo a todos los Sicaris año con año. Aún están los veteranos que comenzaron junto con Dante, y ellos mismos son los que han entrenado a las siguientes generaciones de Sicaris, hay tanto hombres como mujeres convertidos en asesinos bien adiestrados.

Jack sale de la camioneta continúa y se apresura a querer entrar primero pero lo detengo.

- Tu vas a mi espalda - demando y de un empujón lo regreso a donde pertenece. Vincent va a mi derecha y los tres avanzamos hacia el interior junto con los cinco hombres de seguridad que nos acompañan para dar buena fe de la nueva orden de Dante. Cruzamos la entrada de acero y nos encaminamos dentro de los terrenos en donde ya hay varios sicaris observandome confundidos, no por verme, sino por ver a su "Lider" a espaldas de alguien. Me detengo en medio del lugar al aire libre para poder llamar mas la atención de todos los presentes con aspecto de Matones.

- ¿Tu quien eres? - espeta un rapado con tatuajes en todos lados incluyendo la cabeza - ¿Que mierda esta pasando? - le pregunta a su antiguo jefe quien se mantiene en donde le ordené.

- Mi padre ha dado la orden de cambiar al líder - le responde Jack y Volteo a verlo

- ¿Te dije que podías hablar? - le pregunto y sacude la cabeza - ¡Yo soy el nuevo líder de los Sicaris! - aviso en voz fuerte dirigiéndome a los demás mostrando autoridad - A partir de hoy soy quien manda. A partir de hoy ustedes me pertenecen. Y a partir de hoy el mandato de Jack Rinaldi queda en el olvido, porque Adrix Bianchi es quien dirige al ejército de muerte de la mafia Italiana.

- ¿Y crees que te vamos a demostrar nuestra lealtad así como así? - escupe el mismo de los tatuajes

- No creo - lo encaro - Así va a ser.

- ¿Conoces nuestras tradiciones? - pregunta otro con cabello largo y porte de vikingo que a simple vista puede intimidar a cualquiera menos a mi.

- Si - Por supuesto que conozco sus malditas tradiciones, y todo lo relacionado con ellos. Estuve presente cuando Jack obtuvo el cargo de líder, fue obligado a luchar con uno de los sicaris cuerpo a cuerpo para demostrar que realmente era digno de dirigir al ejército de muerte. Ellos han sido criados de una manera violenta, y sus pensamientos son diferentes a todos los demás, así que arreglan sus mierdas de una manera poco ortodoxa. - Acabemos con esto de una puta vez y vamos a la jaula. - bramo. No me intimidan y no voy a quedar como imbecil ante nadie porque no soy ningún imbecil. Aprendí a pelear desde el instante en que entré al clan, y gracias a Vincent perfeccioné lo que ya sabía, la mafia francesa tiene clubes de peleas en varios lugares y ahí no te tienen piedad porque pelean por dinero.

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