Jack Rinaldi.
Lo odio. Desde el primer instante en que me enteré que se uniría a nosotros supe que Adrix Bianchi me traería problemas, ese maldito bastardo ha sabido como desenvolverse en este mundo criminal, como si hubiese nacido para esto. Pero no es así.
En cambio yo si nací para esto, yo nací siendo el hijo del capo más poderoso y respetado por las mafias, en mis venas corre la sangre más temida e idolatrada de Europa y el maldito mundo. Ningún imbecil con aires de grandes va a venir a quitarme lo que me pertenece por derecho, no sin pagar las consecuencias de lo que significa querer pisotear a un Rinaldi, mi hermano menor probablemente agacharia la cabeza pero yo no. Yo no soy Enzo, yo si voy a pelear lo que me pertenece.- Vuelve a la cama... - ronronea una de mis putas, giro la cabeza y la veo desnuda envuelta entre las sábanas blancas de la cama, su cabello rizado está alborotado por el reciente sexo que tuvimos y sus ojos me suplican que la vuelva a follar como siempre lo hago.
- Debo irme. - camino hacia la silla en la que dejé mis cosas y me visto. Esta mujer me fascina, de todas mis putas es mi favorita y lo sabe. - Arréglate - demando antes de ir hacia la puerta - me acompañarás a un lugar. Ponte linda para mi y ve al piso 12 del hotel. Te quiero ahi en dos horas.- le explico y abro la puerta para salir. Tomo un suspiro y me acomodo el saco con elegancia. Peino mi cabello y camino por el largo pasillo de la nueva adquisición de ni padre. Tenemos tantos planes para este hotel, tantos negocios que haremos por medio de este lugar... planes que debería de liderar y organizar yo como el hijo mayor de Dante Rinaldi, no el estúpido de Adrix, pero su buena suerte se le va a acabar pronto y un punto a mi favor es lo del infiltrado.
Subo al elevador y presiono el botón del lobby, tomo el teléfono desechable que tengo en el bolsillo y marco al único número que esta registrado. Suena dos veces y aceptan la llamada. - Hotel Millennium, 8 de la noche. - hablo antes de que alguien diga algo - En el piso 12 estarán presentes las cabecillas más importantes... Rusia, Turquía, Tokio, España, Francia, Italia - informo - llegó su hora de empezar con la cacería de brujas. - finalizo y corto la llamada antes de tirar el teléfono en el suelo y quebrarlo con una pisada. Lo tomo y lo guardo en mi bolsillo justo a tiempo, las puertas del elevador se abren ye abro paso en el piso principal con una enorme sonrisa dibujada en mi rostro. <<Esta noche cae el encanto Bianchi>>.
Salgo del hotel y recibo las llaves de mi auto con el humor mejorado, entro y enciendo el estéreo antes de ponerme en marcha hacia mi nuevo objetivo. Arruinar esta noche no es mi único plan para derrumbar al Egolatra de Adrix Bianchi, tengo más cartas bajo la manga que planeo usar en su contra, una tras otra hasta lograr que ese bastardo se arrodille ante mi.
Veinte minutos después estaciono mi auto frente a uno de los clubes de mala muerte que hay en lo más recóndito de Florencia, me bajo y acomodo mi saco. Analizo con la mirada a mi alrededor y me abro paso hacia el interior.
- Busco a Trixer - informo al tipo tatuado y con aspecto de necesitar droga que me encuentro - Dile que Jack rinaldi lo busca - demando y el tipo sale disparado a quien sabe donde para minutos después regresar
- Por aqui - dice y lo sigo entre los demas adictos a la mierda que hay en el lugar. Camina hasta una mesa en un rincón y me abro paso parandome con la espalda recta frente a la peor escoria de las croacas de Italia. Trixer Giacomo, traficante menudero de heronia, mentafetaminas y todo tipo de droga que te carcome por dentro. Hace años que lo conozco, le facilito mucha mercancía y es de los pocos en los que confío para encomendarle pequeñas tareas que no puedo hacer por mis propias manos.
- Jack Rinaldi - habla el rapado con una serpiente tatuada en la cabeza
- Trixer - digo con indiferencia y tomo asiento frente a él.
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La Traducción del Amor
RomanceUn viaje de trabajo no puede cambiar tu vida para siempre ¿o si? El mundo de Allison Lane da un giro de 180 grados desde el momento en que accede al viaje a Italia con su jefe. Ella había estado enamorada de William Carson por tanto tiempo que cuan...