7° Dulzura

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Cuando llego a la habitación del hotel llamo a Adrix, y lo hago un montón de veces pero no atiende ninguna de ellas lo cual me hace enfurecer, le dejo mensajes de voz a su teléfono, <<cientos de ellos>>> algunos en los que estoy sacando toda la frustración que llevo dentro y de los cuales después estaré arrepentida de haber dejado, pero en este momento me da igual porque como era de esperarse; no me respondió en ninguna maldita ocasión.

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A la mañana siguiente me despierto temprano gracias a la alarma que había dejado puesta en mi teléfono, quiero ser puntual al Tour con El español, y me rehuso a ser la causante de que ese hombre se niegue a ser el nuevo socio del Hotel.

Me visto con unos jeans de mezclilla claros junto con una Blusa blanca de tirantes y un blazer azul cielo para lucir un poco formal, me pongo unos tenis blancos para andar cómoda ya que tendré que caminar mucho para mostrarle cada rincón del maldito lugar a Thomas Esparza.

— Bien — Suspiro ante el espejo — luces bien, formal pero casual. — respiro profundo y Me guardo el teléfono y la tarjeta de acceso en el bolsillo del pantalón. — Voy por ti Thomas Esparza. — señalo hacia mi reflejo con el dedo índice como si tuviese a Thomas frente a mí. Necesito atrapar a ese hombre.

<<Eres divina. Eres profesional. Eres la mejor. Eres inteligente. Tu puedes Allison. >>. Me lo repito varias veces mientras bajo en el elevador hasta el Lobby echa un manojo de nervios. Jamás he tenido que hacer algo como esto.

Al llegar al Lobby, me siento en un pequeño sillón azul junto a una planta de decoración mientras espero a que el señor Esparza aparezca por las puertas del hotel y.... El terror me invade porque nose como es físicamente <<¿Como carajos sabré quien es?>>, no lo conozco y no me había tomado el tiempo de investigarlo en Internet.
<<Mierda>>. Solo a mi se me ocurre no haber buscado una foto suya, esto es como tener una cita a ciegas con un tipo desconocido que conocí por Internet.<<¿Y ahora que hago? >>

Cuando pasa la primer hora de espera, comienzo a impacientarme, varios huéspedes entran y salen del lugar pero ninguno luce como un millonario hotelero español... aunque ni siquiera sé cómo debería lucir un millonario hotelero español. Me levanto del sillón y voy hasta la recepcionista.

— ¿Puedo ayudarla? — pregunta en cuanto me ve <<Esta vez no es la misma de la vez pasada>> por suerte, ya que si sigue de malas no podré soportar sus desplantes debido al estrés con el que estoy siendo carcomida en estos momentos

— ¿Me podría decir si alguien llamado Thomas Esparza llegó al hotel? — pregunto con esperanzas, pero para mi mala suerte sacude la cabeza en señal de negación

—No podemos dar informa...

— Lo sé— la interrumpo desesperada por obtener la respuesta que quiero — no sé si ya llegó y pidió una habitación, esque... — respiro profundo— Teníamos una reunión hace una hora pero no lo veo por ningún lado, es más ni siquiera se como es — le explico con desesperación para que se dé cuenta de que mi trabajo depende de encontrar a ese hombre.

— Lo siento señorita

— por favor — ruego — Ese hombre es el posible nuevo socio del hotel, yo trabajo para el señor Carson — le informo — soy su asistente, puede llamarlo si no me cree. — insisto — Me urge saber si el señor Thomas Esparza ya esta aquí en el hotel.

— Señorita...

— ¡Por el amor de dios! — suelto derrochando la última pizca de paciencia que me quedaba — ¡Seré despedida si usted no me dice donde encontrar a Thomas Esparza! — La recepcionista me mira asustada y no la culpo porque prácticamente le he gritado en la cara como una maldita maniática y no me sorprendería si justo ahora llama a los de seguridad para sacarme a patadas. Bro la boca para disculparme pero el sonido de una garganta aclarandose me hace cerrar los ojos con fuerza. <<Ese debe ser el de seguridad que ya viene por mi >> Aún no me he girado para comprobarlo, pero estoy segura de que tiene que ser alguno de ellos listo para sacarme con todo y mis cosas. Lentamente me giro preparada para lo inevitable. — Perdón no fue mi intención gritarle, le juro que....

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