Capítulo 1: Inicio

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Joshua Nicols

Mi infancia había sido una de las cosas probablemente más traumáticas de mi vida, viviendo con padres alcohólicos, siendo torturado por ellos de mil formas, separado de ellos a los 10, llevado a un orfanato y siendo adoptado por una familia que me llevaría a una ciudad demasiado grande, alejándome de ellos a los 18 años, con un extraño fanatismo a algo muy común, enamorado de la muerte en los ojos de alguien más, deseoso de un poco de adrenalina que recorriera mi cuerpo para hacerme sentir lo vivo que estaba.

Todo comenzó un Lunes 14 de Agosto, conocí a Adele una chica morena, cabello largo y ojos grandes, realmente era hermosa, la encontraba demasiado atractiva, hablábamos todo el tiempo, tenía una risa tan dulce que me hacía sentir mejor, me enamore de ella en tan solo dos meses, pero me sorprendí a mi mismo al darme cuenta que me enamoraba más la idea de ver cómo sus hermosos ojos grandes perdían poco a poco su brillo incomparable.

Me descubrí imaginando varias veces escenas en como el brillo en sus ojos desaparecía lentamente, en como el color de su piel se hacía pálido, en como su calor dejaba de sentirse y como su dulce aroma iba desapareciendo poco a poco.

Intente alejarme de ella cuando soñaba incontables veces con ese momento, pero no podía hacerlo, no podía dejar de pensar en ella y en lo increíblemente hermosa que se vería cuando diera su último aliento, comenzó una obsesión que no me dejaba dormir, no podía quitarme esa idea y la única manera de hacerlo era dandole a mi mente lo que pedía a gritos.

Así que hice un plan, tan perfecto que nadie pudiera saber nada, estudie a los asesinos más increíbles de la historia, tome nota e hice mapas, estudie con detenimiento y mínimo detalle todo, el 19 de Noviembre, decidí que sería el día perfecto para llevar acabo mi plan.

-Quiero que vayas a mi casa está noche - dije mientras ambos íbamos caminando por el estacionamiento de el colegio, sus hermosos ojos me miraron y sonrió

-¿Hay algún plan? - dijo sonriendo

-Claro - dije sonriendo, claro que tenía un plan uno que había estado modificando día con día para que nada saliera mal - Comeremos algo y veremos una película

-Eso suena genial - dijo y se acercó un poco más a mí, tome su delgada mano y seguí mi camino con ella en silencio.

Pase por ella a las 5, tenía todo planeado, había preparado la mesa del comedor especialmente para ella, al llegar su mirada fue por todo el apartamento.

-Sientate aquí - dije y ella sonrió, sin embargo no obedeció

-Quisiera sentarme cerca de la ventana, tienes una vista hermosa - dijo, fruncí el ceño, ella no podía arruinar mis planes

-Vamos no arruines mi sorpresa - dije tomando su rostro con ambas manos y dejando un pequeño beso en sus labios.

Algo que facilitaba todo, era mi atractivo, mentiría si dijera que no era atractivo, era el tipo de chico que todas quieren tener, tan increíble que parecía bajado del mismo cielo, si ese fuera el caso estaría orgulloso de ser Lucifer.

Ella no dijo nada y se sentó en dónde yo le había indicado, el plato que estaba junto a ella tenía una dosis perfecta de una droga que la haría perder el conocimiento, dándome el tiempo suficiente para seguir con el plan.

Comimos mientras ella hablaba y reíamos en ocasiones, quiso levantarse pero no pudo hacerlo, sobó su cabeza y luego me miró confundida.

-¿Todo bien? - pregunté

-No me siento bien - dijo y me levanté para ponerme de rodillas frente a ella

-Debí preguntar si eras alérgica a algo

-No es por alergia - murmuró y yo la mire

-¿Tan mal cocino? - susurré con una sonrisa

-¿Pusiste algo en la comida? - balbuceó

-Dulces sueños preciosa - dije y puse mi brazo junto a ella para cuando su cuerpo perdiera sus últimas fuerzas

La cargue y la subí al auto, la llevaría a una casa en el bosque abandonada, era noche y era poco probable que alguien pasará caminando por ahí, la recosté en una cama y amarre sus manos con cuidado de no lastimar su delicada piel, iba a hacerlo mientras estaba dormida, pero preferí esperar, con unas tijeras corte con cuidado el vestido rojo que llevaba puesto para dejarla en ropa interior, quería admirarla una última vez.

Cuando ella despertó el terror en sus ojos le daba a mi cuerpo lo que necesitaba, si, quería su cuerpo, para únicamente arrebatarle el alma y cumplir mi fantasía, suplico, pidió por su vida y eso solo hacia mas divertido todo.

— ¡Qué es lo que te pasa! — grito y yo le sonreí — No hagas esto por favor te lo suplico

— No supliques hermosa, eso solo me lo hace más divertido.

Me acerque lentamente, recorrí con mis manos su pierna y después su abdomen, realmente era hermosa, limpie sus lágrimas, no quería ser malo con ella, solo necesitaba calmar esto que estaba matando mi mente, deseaba ver eso que tanto quería.

— Yo te amo — balbuceo

— ¿Y crees que yo no? Por eso estas aquí, porque te amo — dije sonriendo

Me subí a ella, para poder verla a los ojos, tome su rostro con cuidado, y después de un movimiento rápido gire su cabeza hasta escuchar el crujido que tanto ansiaba, pude ver cómo sus ojos perdían su brillo y como su cuerpo caía sobre la cama, sentí como su calor desaparecía y su dulce aroma solo quedó en mis recuerdos.

Cargue a Adele con cuidado y la lleve a un río cerca, lave su cuerpo con jabón y agua, para después envolverla en la manta que había usado y lanzarla al río con un par de rocas, eso ayudaría a qué con el tiempo en el agua todo rastro de mi desapareciera, prosegui a limpiar la casa con suma precaución, queme mi ropa y conducí hasta mi departamento.

Tenía 19 años y había asesinado a la primera de mi pequeña lista, mire el reloj, 2:40 era tarde y tenía un examen importante al siguiente día.

Dulce Obsesión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora