Capítulo 4: Mi dulce obsesión.

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Joshua Nicols.

La veía en todas partes, incluso en mis sueños, cuando cerraba los ojos estaba ella, esa dulce chica de mirada coqueta y sonrisa traviesa, esa que caminaba junto a un idiota, esa que robaba suspiros de toda la escuela, esa que cada que me tenía cerca se ponía extraña, podía sentir sus escalofríos al tenerme cerca, ella es inteligente, pero no lo suficiente para saber que soy yo quien tiene una dulce obsesión con ella.

Ese día al llegar al colegio y verla con ese nuevo corte me hizo querer buscar una chica así para poder dejar que mi dulce Alsey viviera unos meses más, no podía quitarle la mirada de enzima y eso a ella le encanta, su narcisismo es tan grande que goza de tener mi mirada puesta en ella.

Fui a el centro de la ciudad hasta que encontré a la chica perfecta, parecida a ella con ese mismo corte, no había dejado de mirarme, me acerque a ella con cuidado de que nadie me viera cerca de ella, una vez de decirle las mismas palabras que usaba con cada una de ellas, acepto ir conmigo a mi apartamento, la lleve y le ofrecí un trago, dónde había la misma cantidad de siempre de la misma droga.

—¿Siempre traes a tus citas aquí? – preguntó ella cruzando las piernas haciendo que su vestido blanco se subiera un poco más

—No, tu eres especial – dije guiñándole un ojo

—Por favor, eso debes decirle a todas

—No nena – dije y ella sonrió – Tu eres la primera, enserio eres diferente

Y no mentía, de la lista de chicas que había asesinado, ella era la primera en venir a ese departamento que claramente no era mio, además de que ella sería la primera en cambiar el patrón, además quería dejarle un pequeño mensaje a mi dulce obsesión, ella es tan inteligente que le daré exactamente lo que pensó al cortarse así el cabello.

La chica parpadeó varias veces y me miró, me senté junto a ella y acaricie su pierna con delicadeza.

—¿Tus padres no te enseñaron a no ir a casa de extraños? – murmuré en su cuello y ella solo jadeo – Eres tan facil que incluso drogada sigues estando caliente

—¿Que? – dijo y yo sonreí

—Tranquila cariño, voy a hacerlo mientras duermes

—Joshua – dijo pegandose más a mí – ¿Que has hecho?

—Dulces sueños – dije y ella calló al piso

21 muertes y la policía estaba muy lejos de saber quién era.

La acosté en la cama y lo hice rápido, no quería que ella sintiera dolor, solo quería calmar mi sed, ella estaba dormida, no sentiría nada, saque la navaja de mi bolsillo y corte una línea recta en su cuello, haciendo que como si de una fuente se tratará la sangré saliera y convirtiera su lindo vestido blanco en uno rojo, tome la navaja y en su pierda escribí, "Alsey" .

Limpie todo lo que pudiera ser una pista y me fui de ahí, al llegar a mi apartamento puse a hervir agua y con agua oxigenada limpie la sangre de mi ropa, metí la ropa al agua y la dejé ahí mientras me duchaba, después la lave y al siguiente día antes de la graduación fui a donarla de manera anónima a un centro de necesitados.

Cuando llegue a casa todos hablaban de mi y de el limpio asesinato que había cometido, estaba feliz y muy orgulloso.

La graduación inicio, busque a mi dulce obsesión hasta encontrarla, estaba ahí con un vestido azul rey que le quedaba de maravilla, marcando a la perfección su figura, se veía rara.

—Hola Alsey – dije y ella me miró – Te ves hermosa

—Hola, gracias – dijo y miro a otro lado

—¿Buscas a alguien? – pregunté

—A Michael dijo que volvería pronto

Le sonreí, me aleje un rato pero no la perdí de vista, ella estaba tomando aquel vino como si fuera agua y el idiota ese no se apareció, dieron la 1 y ella estaba lo suficientemente mal como para irse sola.

Otros tipos estaban ofreciendose a llevarla a casa, me acerque

—Te llevaré a casa – dije y ella sonrió

—¡Genial! Chicos el me llevará a casa – dijo ella y ellos me miraron a mi

—¿Estás segura Alsey?

—Si si si

Ellos se fueron y Alsey se tropezó pegandose a mi, mi corazón latía rápido, la tenía ahí, solo para mí.

La subí a mi auto y conduje a su casa, la mire mientras ella estaba dormida, no quería hacerle nada aún, era tan hermosa que no quería estar en un mundo donde jamás volvería a verla, la ayude a salir del auto y luego la ayude a abrir la puerta, ella jalo mi brazo y subió conmigo a su habitación, se quitó el vestido quedando en ropa interior y yo cerré los ojos.

—¡No cierres los ojos eso es una ofensa! – grito

—No quiero incomodarte, no voy a verte estás muy borracha — dije mirando a otro lado, mi corazón estaba muy acelerado y las manos me sudaban

—Por dios Joshua mírame, soy demasiado sexy como para que tengas los ojos cerrados ¡Mírame! — grito acercándose a mi

Comencé a reírme, la ayude a acomodarse en su cama y ella tomo mi mano

—Quedate a dormir conmigo – dijo y yo asentí

Me acosté junto a ella y ella me abrazo como si su vida dependieran de eso, prácticamente si su vida dependía de mi, pero sentirla así de cerca me hacía dudar de si realmente quería matarla.

Cuando amaneció, ella me miró, creí que gritaría o que se alejaría, pero solo sonrió y cerro sus ojos pegandose más a mí.

—Buenos días – dijo y yo le sonreí al verla

—Buenos días Alsey — dije y acaricie su cabello

Se sentó en la cama y vio su cuerpo que solo tenía su ropa interior

—¡No hice nada! – dije y ella comenzó a reírse

—¿Y por qué no? – dijo y yo fruncí el ceño

—Porque estabas muy borracha — dije sentándome a lado de ella

—Recuerdo todo lo que pasó anoche y justo por eso quise que tú me trajeras a casa — dijo ella

—¿Perdón? — pregunte confundido

—Prefiero que tú te acuestes conmigo a cualquiera de ellos – dijo y yo me quedé callado ella sonrió y destapó su cuerpo – ¿Acaso no mueres por mi?

—Alsey yo mataría por ti – dije y ella se subió en mi

Todo mi cuerpo se descontroló fuera lo que fuera que esa chica morena estaba por hacer estaba dispuesto a seguir

—3 años enamorado de ti – dije y ella sonrió

—Joshua ¿Quieres hacerlo? – dijo ella y yo le sonreí

—3 años deseando probar tu piel – dije y ella me besó

Juro que jamás había probado unos labios tan dulces, baje mis manos hasta sus caderas y ella comenzó a desabrochar mi camisa, subí mis manos a su sostén y lo quite, ella me ayudó a quitar mi camisa, desabrochó mi pantalón, la cargue y la acosté en la cama, quite mi pantalón y mis boxer y le quite sus bragas, sus ojos me pedían a gritos que lo hiciera.

Pero yo necesitaba que ella lo deseara con todas sus fuerzas, pase mis dedos por su humedad, ella gimió y yo le sonreí, me puse de rodillas y abrí sus piernas, lamí su humedad haciendo que ella gimiera más fuerte, metí mi dedo y ella quiso cerrar las piernas pero yo lo impedi, me levanté y besé sus labios mientras ella susurraba "por favor hazlo ya" una y otra vez.

Me adentre en ella sin tener un poco de piedad obteniendo un grito de su parte, tenerla ahí, así para mí, solo me hizo perder aún más la cabeza por ella, me hizo obsesionarme más por ella y por ese dulce sabor que tenía todo su cuerpo, comencé a hacerlo más rápido, ella gemía alto y arqueaba su espalda, fuera lo que fuera a pasar después de esto, ella iba a ser mía siempre, solo mía.

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