Capítulo 23: Odio

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Joshua Nicols

Al ver a Megan entrar por la puerta note algo extraño en ella, cuando hablo conmigo en ese desayuné la note totalmente diferente.

— Estaba pensando en algo – dijo ella mientras miraba su plato

— ¿Que cosa? – pregunté

— Quiero ir a comer a tu casa, estoy cansada de la comida en restaurantes quiero algo más casero – dijo, el corazón comenzó a latirme rápidamente

— Podríamos ir a tu casa mejor – dije tomando un trago de jugo

— Primero iremos a tu casa y después a la mía ¿Te parece? – pregunto

— Me parece – dije

Realmente no estaba muy seguro de que eso fuese una buena idea, definitivamente no lo era pero aún así no podía negarme, Alsey estaba en una cámara donde por más que gritara y pidiera auxilio jamás podría escucharla, estaba a salvó.

A la mañana siguiente baje corriendo y dejé las cosas para su desayuno a Alsey, subí a preparar las cosas, estaba tan nervioso que no podía dejar de ver la puerta, la ví bajarse de su auto y quedarse de pie ahí, cuando no toco me sentí más nervioso, camine a la puerta y abrí ella estaba viendo a la señora Maclark.

Mientras desayunábamos el sonido de las patrullas y las palabras que uso me hicieron poner tan mal que subí corriendo y ni siquiera recuerdo si le dije que iría arriba, solo pude escuchar las puertas rompiéndose, abrí mi cajón y saque mi arma, baje lentamente asegurándome de que nadie estuviera ahí y los oficiales eran tan estúpidos que no estoy seguro de que mierda estaban haciendo, cuando baje los celos me consumieron totalmente al verlas así

Supe que después de todo solo había una solución para poder tenerla conmigo, matar a Megan me condenaría al odio eterno de Alsey pero matar a Alsey y después morir yo me ataría a ella por toda la eternidad.

Pero ver a Alsey protegiéndola con su cuerpo me hizo enloquecer más, Alsey seguía amándola y entendí que ella solo había jugado conmigo, una vez más jugo conmigo.

Megan se movió y dispare el arma, Megan cayó al piso y cuando iba a disparar de nuevo el impacto de una bala me hizo caer al piso, ví como Alsey corrió hacia Megan y la abrazo, beso sus labios hasta que Megan murió, la ví destrozarse como nunca la había visto, la ví morir junto a Megan en ese mismo instante.

El oficial reviso mi pulso, pero se que era muy lento pues nego varias veces con la cabeza, en sus manos estaba mi vida y no lo juzgó yo tampoco me hubiera intentado salvar.

Solo pude ver una última vez a Alsey, se que estaba gritando, podía sentir su dolor, le había arruinado la vida, había matado al amor de su vida, a la persona que más amo en su vida, pero realmente no me arrepentía de nada, la había tenido para mí y después de eso siempre sería mía porque dentro de ella llevaba una parte de mi, algo que la acompañaría por el resto de su vida.

Siempre sería parte de ella, le había ganado a Megan y aunque ahora los dos estaríamos muertos y ella terminaría sola me sentía feliz de saber que esa mujer, que Alsey había sido únicamente mía por mucho tiempo

Mi hermosa Alsey siempre sería mi dulce obsesión, tan dulce que me volvía loco a cada segundo, mi amor por ella sería eterno y aunque ella nunca me amo e incluso ahora me odiara toda su vida estaría ahí, presente.

El oficial la levantó y ella seguía llorando, me miró y en su mirada ya no había lastima, tampoco miedo ni siquiera esa fingida mirada de amor, había odio, la mirada de odio más dolorosa que había visto

— ¡Te odio maldito! – grito – ¡Pudrete en el maldito infierno! ¡Te odio!

Solo eso tuve que escuchar, no hubo un te amo para mí, ni tampoco un quédate, ni mucho menos un beso, solo hubo odio.

Cerré los ojos sabiendo que no volvería a abrirlos nunca más y lo que creí que sería mi eterno descanso era a penas el comienzo de mi eterna pesadilla, pues me encontré con todas mujeres que yo había asesinado y no estaban nada felices de verme y supe que la eternidad sería cruel y amarga para mí en un lugar lejos de mi dulces obsesión.

Dulce Obsesión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora