Capítulo 13: Mi amor.

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Alsey Smith

No sé cuánto tiempo paso, estar ahí abajo era una pesadilla, el tiempo pasaba muy raro ahí abajo, no sabía si era de noche o de día, no había un reloj que me ayudara con eso, la televisión tenía un reloj pero estoy segura de que esa no era la hora exacta y no sabía cuánto tiempo llevaba como para calcular la hora con exactitud, me pregunté si debía comenzar a creer que esa era la hora en realidad, probablemente sería más fácil contar los días, según el televisor eran las 7:40 p.m, era de noche ya, camine por el lugar mirando todo, estaba todo tan perfectamente elaborado que me erizó la piel pensar cuanto tiempo el llevaba planeando todo, cuánto tiempo se tardó en hacer esto, en el tiempo que llevaba no hacía frío o calor, era un clima muy cálido.

Me senté mirando a la puerta, ¿Por qué yo? ¿Fue porque el cree que jugué con sus sentimientos? No estaba segura de la respuesta pero si estaba asustada.

En esos momentos no sabía si deseaba morir o seguir viva, vivir ahí abajo toda la vida resultaba algo horrible en mi cabeza, no quería vivir ahí, no quería pasar toda mi vida ahí abajo, tampoco quería tener hijos, no quería porque no era algo que deseara jamás lo hice, la maternidad y yo no vamos de la mano.

Tampoco quería porque no lo amaba y no quería que ellos crecieran ahí abajo, sin conocer lo que era vivir afuera.

Mire el televisor 8:10 p.m, escuché la puerta abrirse y corrí a la cama, tenía una cortina que cubría todo de afuera, escuché que dejó unas bolsas, tal vez si me hacía la dormida evitaba el tener que hablar con el, pero no fue así.

— ¡Alsey amor! – gritó, apreté la cobija con fuerza pero no abrí los ojos

Escuché sus pasos, abrió la cortina y se sentó a lado de mi, acaricio mi cabello y luego tomo mi cintura, me movio varias veces

— Se que estás despierta, escuché tus pasos

Abrí los ojos y lo mire el sonrió, no se que cosas pasaban por su mente, pero estaba enfermo, demasiado enfermo.

— Te traje algo de comer – dijo, lo mire sin decir nada – Compré comida china mi amor, también te traje un chocolate ¿Te gustan los chocolates? – dijo, pero tampoco respondí ¿Cómo creía que iba a comer algo? ¿Enserio era tan idiota para creer que después de que me había robado iba a tener apetito para algo? El se levantó y se puso de rodillas frente a mi – También traje un refresco

— No tengo hambre – dije por fin

— Tienes que comer mi amor, no quiero que te enfermes – dijo

— No quiero, me quiero morir – dije y el tomo mis manos lo cual me hizo sobresaltar

— No digas eso mi amor, aún no tenemos hijos

— ¡No quiero hijos! – grité – No vamos a tener hijos porque no quiero que vuelvas a tocarme

— No estás en condiciones de pedir algo

— ¿Que?¡Tu fuiste el que me robó!

— ¡Tu fuiste la que se intentó casar con alguien más! – grito

Me quedé callada, aleje mis manos de el y mire a otro lado, el se sentó en la cama, acaricio mi cintura

— Seguro tienes miedo de perder tu hermoso cuerpo y por eso no quieres comer – dijo

— ¿Acaso eres idiota? – pregunté

— No me llames así, no he sido malo contigo

— Déjame ir por favor – dije y el nego varias veces

— Vamos a comer – dijo y me jalo haciendo que estuviera de pie

Prácticamente me arrastró hasta la mesa, el no mentía realmente me había llevado comida china, un refresco y un chocolate.

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