Capítulo 20: Noticias.

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Joshua Nicols

Ya habían pasado tres meses desde que Alsey estaba ahí abajo conmigo, Megan seguía buscándola como loca desesperada, aún se veía terriblemente fatal, cada día la veía menos feliz, más rota, incluso su manera de caminar había cambiado drásticamente ya no parecía una modelo al caminar por ahí, ni siquiera se arreglaba y su cabello se veía seco pero eso a ella no le importaba pues seguía buscando a Alsey día con día.

Estaba sentado junto a un señor que siempre se sentaba a lado de mi a la hora del almuerzo

— ¿Crees en el poli amor John? – pregunté

— No lo sé, creo que no – dijo y siguió comiendo

Había pensado que si metía a Megan con Alsey podría tenerlas a ambas para mí, ninguna estaría triste, pero la idea desaparecía al saber que Alsey la amaría más que a mí.

En el tiempo que estuve con Megan me pareció una chica realmente increíble, una chica tan genial que entendí porque Alsey se enamoro de ella, pero era tan genial que sin siquiera intentarlo me robaría el cariño de Alsey en cuestión de segundos así que esa idea se esfumó nuevamente.

Habían pasado tres meses desde que no asesinaba, a veces soñaba con ese momento, soñaba con volver a hacerlo, no se lo haría a Alsey pero si quería matar a alguien más.

Esa noche salí y busque una chica, pero está vez no la Asesine como a las demás, golpeé su cabello con un bate haciéndola perder el conocimiento, luego la colgué de las manos y mientras ella suplicaba por su vida yo me divertía un poco, tenía tanta sed de verla morir que quería ser cruel y disfrutar de cada momento.

Hice pequeños cortes en su cuerpo, eran pequeños pero lo suficientemente profundos como para hacer que la sangre recorriera su cuerpo.

Seguí haciendo cortes hasta que ella no aguanto más y murió, limpie todo como siempre y la dejé cerca del mismo río en el que mi auto fue encontrado, regrese a casa y me di una ducha.

Baje lentamente y ella estaba ahí, dormida era tarde y comprendí el porque, así que la deje sola y me fui a dormir.

A la mañana siguiente baje corriendo, ella frunció el ceño al verme así, besé sus labios y la jale conmigo

— Hoy haremos algo – dije

— ¿Que cosa?

— Ver noticias, quiero que veas algo que hice por ti

Ella no dijo nada, en mi teléfono vimos las noticias y justo cuando creí que toda mi emoción había sido simplemente en vano apareció, la nota de el homicidio.

Alsey no dijo nada, se quedó quieta, helada, mostraron algunas imágenes y cuando mostraron el lugar Megan apareció ahí de pie junto a los oficiales, seguramente habían creído que el cuerpo que estaría ahí sería el de mi hermosa Alsey, Megan se veía terrible, pero había un poco de tranquilidad en sus ojos al ver que la chica que estaba ahí, no era Alsey, mire de nuevo a Alsey y una lágrima bajaba lentamente por su mejilla.

— ¿Te gustó? – pregunté feliz al ver su expresión, seguramente estaba llorando de la felicidad

— ¿Por qué lo hiciste? – pregunto

— Necesitaba saciar mi sed de nuevo Alsey

Ella no dijo nada y se levantó de la cama bruscamente, me miró y su mirada ya no era la de antes, sus hermosos ojos estaban opacos por las lágrimas que amenazaban con salir pero lo más importante de todo es que sus ojos mostraban un miedo increíblemente grande.

— ¿Alsey? – pregunté intentando acercarme a ella, se alejo rápidamente

— ¡Aléjate! – grito

— Por favor amor – dije y camine hacia ella

Ella se subió a la cama y corrió hacia el baño, corrí detrás de ella y la tomé del brazo ella comenzó a jalarse con mucha brusquedad

— ¡Amor basta! – grité

— ¡Que no me toques! ¡Aléjate! – siguió gritando

La jale para pegarla más a mí pero al intentar hacer eso, su puño se estrelló en mi nariz haciéndome retroceder y soltarla, corrió al baño y cerro la puerta.

Camine a la puerta y comencé a tocar, solo escucha sus sollozos, hace tiempo no la escuchaba así de mal

— ¡Abreme la puta puerta! – grité molesto

Ella no respondió, comencé a golpear la puerta con fuerza

— Por favor déjame – dijo

Seguí golpeando la puerta con mis puños para después golpear la puerta con mi pie, comencé a patearla con más fuerza, hasta que la puerta se rompió y se abrió, a primera vista ella no estaba ahí, abrí la cortina del baño y ella estaba en la esquina sentada abrazando sus piernas, la tomé con fuerza de la mano

— ¡Suéltame! – grito

Intento golpearme pero logré tomar su mano, ella no quería caminar y se tropezó con los pedazos de la puerta callendo al piso, no me importó y la arrastré conmigo mientras ella seguía gritando, la cargue y la lance a la cama

— ¡No! – grito – ¡Joshua no!

— Sigue siendo una maldita loca – dije mientras rompía su blusa – Eso solo me calienta más

Siguió moviéndose, me golpeó varias veces mientras la desnude, rasguñó mi cara de nuevo y eso me hizo enojar, la tomé del cabello con fuerza y la levanté ella solo seguís gritando, la puse boca abajo

— ¡No! – grito – ¡No lo hagas así! ¡No tienes protección!

— Vas a tener un maldito hijo mío Alsey, es mi casa y yo pongo las condiciones – dije y me adentré en ella sin una mínima pizca de piedad

— ¡Me duele! – grito

Eso no me importo ni un poco, seguí haciéndolo cada vez más fuerte, ella no paraba de llorar y gritar, tome su cabello de nuevo y puse su cara en la almohada y me recargue en ella con fuerza, la dejaba así unos segundos y después la dejaba respirar

Verla así realmente me volvía loco, me exitaba ver cómo se resistía pero al final siempre era mía de nuevo, la gire para que me viera, tome sus manos con una mano mía

Ella seguía gritando, puse mi mano en su cuello y dejaba mi mano ahí hasta que no podía respirar y la soltaba.

No sé cuánto tiempo paso, pero estoy seguro que fue demasiado pues al final dejo de gritar y se quedó callada aún seguía llorando, pero ya no gritaba y tampoco se movía como loca para intentar sacarse

Cuando termine subí a ducharme y la dejé ahí, desnuda en la cama, cuando la solté no se movía, seguía respirando y no hubo necesidad que checara su pulso, pues si respiración era muy agitada.

Cuando estaba duchandome supe lo que había hecho y supe que una vez más había arruinado todo el progreso que llevaba nuestra relación, había abusado de ella sin una pizca de piedad y ella no podría amarme después de todo esto

Dulce Obsesión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora