El imbécil de los ojos bizcos se dio media vuelta, alejándose. Los demás dejaron de prestarnos atención. Mis dientes chirriaron de lo mucho que apreté la mandíbula con enojo al ver a esos repugnantes vampiros soberbios, estando tan tranquilos como si no hubiesen provocado un accidente que pudo haber dejado muertos y como si no hubiesen secuestrado a tres adolescentes que salían de su jodida escuela.—Descuiden, voy a encontrar la manera de que podamos escapar —murmuré a mis compañeros en voz baja alternando la vista entre los cazadores. Eran demasiados contra tres. O bueno, contra uno y medio porque entre el enclenque de Donnie y la cobarde de Tris no hacían ni siquiera una persona para pelear.
Alguien soltó un resoplido.
—Nos sería de más ayuda que no hicieras nada —El tono irritado de Tris llegó hasta mis oídos y de inmediato giré la cabeza para mirarla con el ceño fruncido.
—¿Perdón? —exclamé con indignación—. ¿Qué se supone que significa eso?
—Que espero que no se te ocurra hacer alguna estupidez.
—¿Tengo que recordarte quién de las dos ha hecho más estupideces?
—Nómbrame alguna que esté al nivel de las que tú haces —desafió, mordaz, girando el cuello para clavar sus ojos en los míos. A su espalda, Donnie alternaba su mirada entre ambas, como quien mide la fuerza de dos potencias mundiales, presagiando una catástrofe.
—¿Qué te parece hacer que nos encerraran en el orfanato después de haber escapado? —escupí. Su boca se abrió con incredulidad. Había dado en el clavo, lo sabía, porque ella me miró con furia. Habíamos jurado no volver a tocar el tema, pero tenía que defender mi punto. Tris estaba atacándome injustamente—. ¿O vas a decirme que no fuiste tú sino tu gemela de coeficiente intelectual inferior a cincuenta? —ironicé.
—¡Supéralo! Eso ya quedó en el pasado. Cometí un error y aprendí la lección. En cambio, tú, ¿cuándo vas a aprender? —Su tono de voz comenzaba a sacarme de mis casillas.
—Cometiste muchos errores —enfaticé, negándome a quedarme callada—. No solo conmigo, sino también con Jake y con los Lawrence, siempre juzgándolos y dejándote llevar por chismes. No podías solo formar tu criterio propio, ¿verdad?
—Si van a sacarse los trapitos al sol al menos deberían esperar el momento en el que no formemos parte del menú de Drácula —terció Donnie, pero fue ignorado por ambas.
—Claro, porque los Lawrence resultaron siendo todo lo que esperabas, ¿no? Vamos, unas peritas en dulce —Sentí una punzada en el corazón al escuchar eso. Le había atinado justo donde me dolía. Ella sabía cuánto daño me habían hecho las mentiras de los Lawrence y cuán decepcionada había estado—. Yo no fui la que más se equivocó. Solo quería protegerte. En cambio, tú haces tus cosas sin pararte a pensar un segundo en los demás y...
—¡Eso no es cierto! —espeté levantando tanto la voz que hasta uno de los cazadores se sobresaltó en su lugar a varios metros de nosotros.
—¡Maldita sea, Kelsey, reconócelo! —bramó, tan enojada como yo. Donnie puso una mueca y estaba segura que de no haber tenido los brazos apresados a sus costados, se habría masajeado el oído por el grito—. ¡Admite que hiciste muchas estupideces por tus impulsos y nunca aprendes porque sigues haciéndolas! ¡Prueba de eso es que estemos aquí! —Si seguía mirándome y gritándome por encima del hombro de Donnie se iba a partir el jodido cuello y yo lo celebraría tanto.
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Aaron II - Fanfic
Fanfiction¿Quieres conocer el final de la historia que cautivó miles de corazones? ¿Quieres saber qué pasó con Kelsey? ¿Con Duncan y Mason? ¿Con Tris y Jake? ¿Por qué Tony traicionó a sus amigas? ¿Qué pasó con el bebé de Gina? ¿Los Lawrence hallaron a tiempo...