Limpié el sudor de mi mano en el pantalón, y volví a apretar con fuerza el volante. Me sentía estúpida por estar tan nerviosa, pero me sentía aún más estúpida por haberle dicho a Alex que pensaría con seriedad el ir a su casa hoy. En la parte irracional de mi cerebro, que estaba controlada por los sentimientos ficticios que disparaba mi corazón, se hallaban todas las imágenes de Alex, con sus ojos llenos de esperanza cuando le había dado esa respuesta abierta. Estaba cansada de hacer un gran drama por todo, pero se sentía como un hueco en el estómago cada vez que veía el camino y reconocía que estaba un centímetro más cerca de la casa de los Lawrence.
Quería verlos. Extrañaba nuestra amistad. Pero no podía olvidar que ellos, de alguna manera, me habían traicionado, porque al igual que Aaron, nuestra amistad había estado bastante actuada al principio, como Duncan me había contado. "El plan no era herirte, el plan era conocerte, para saber si eras o no eras tú", me decía siempre que hablaba sobre alguno de sus hermanos, que me habían mencionado en sus conversaciones. Pero le había pedido con toda sinceridad y el corazón destruido, que si no quería que nuestra relación también se cortara, tenía prohibido volver a mencionar a su familia. Y por parte me arrepentía. Por un lado, porque lo había dicho en un momento de dolor, en el que no pensaba con toda claridad, porque por supuesto que quería saber si algo les pasaba, ya sea grave o no, a alguno de los Lawrence, y por el otro lado, porque de verdad los extrañaba y quería volver a verlos, pero eso también me aterraba un poco... ¿Qué pasaba si los Lawrence terminaban siendo tan antipáticos, mentirosos y desalmados como Aaron? Aunque Duncan me había dicho que solamente Connor podía ser un poco agrio de vez en cuando y que Chad, era aún más insoportable que cuando estaba a mi alrededor, y que muchas veces habían tenido que calmarlo a golpes. Con respecto a Alex, según él, no solía demostrar tanto los sentimientos, y solía ser mucho más tímido, pero yo, y lo cito, le había golpeado en el corazón como si fuera una piedra estampándose contra su cabeza. Recuerdos del pasado, me había dicho, aún sin dejarme tranquila. En cuanto a Gina y Jonathan, ellos seguían siendo los mismos. Y solo se habían enterado de todo lo que estaba pasando cuando yo también me enteré que Duncan, en realidad, era mi hermano. Ellos habían pensado, simplemente, que yo era una muy buena influencia, que había revolucionado por completo el comportamiento de sus hijos. Y si tengo que hablar de Duncan, bueno, él seguía siendo el mismo misterio de siempre. Seguía teniendo un millón de preguntas sobre mi pasado que me daban mucho miedo preguntar, y a él demasiado miedo responder. Aún así, siempre se encargaba de dejarme con la duda de absolutamente todo lo que sucedía a mi alrededor. Y como buena hermana menor, solía enojarme con él y no hablarle por dos días, cuando él caía con algún tipo de regalo nuevo y unas sinceras disculpas que me revolvían el estómago, y no podía evitar perdonarlo. Además, él había decidido financiar todos y cada uno de mis gastos y los de Tris, aunque ambas nos negábamos, pero no podía hacer menos desde que me había quedado sin trabajo. Principalmente, al ser una persona que había dormido sus sentimientos por más de doscientos años, porque aún no sabía su edad exacta, ni tampoco la mía ya que se negaba a decírmelo, tenía que despertarlos todos otra vez de golpe, y de la única manera que lograba demostrarlos, era comprándome cosas caras, que le había dicho una y otra vez que no necesitaba.
El punto era que no dejaba de pensar en un millón de cosas a la vez, y eso iba a hacer que chocara contra cualquier cosa que se me parara enfrente. Así que me obligué a mí misma a prestar atención al camino, y a dejar de pensar en todas las probabilidades que el universo podría hacer que pasaran.
Pasaría lo que tuviera que pasar.
Oí un sonido extraño que provenía del auto y maldije un millón de veces cuando vi que de la parte delantera salía un humo negro que me tapaba la vista por completo. Me orillé a un costado del camino y salí del auto, aún maldiciendo a los gritos como una loca desaforada. Abrí el capó, mientras una nube de humo me dejaba ciega y me hacía toser. Completamente llena de rabia, pateé la rueda delantera del auto, casi rompiéndome todos los huesos de los dedos del pie. Tomé el teléfono, sabiendo que el auto estaría así por al menos una semana, puesto que nadie sabía cómo arreglarlo. Duncan se había cansado de revisarlo miles y miles de veces solo para decirme, "es como si lo extrañara", obviamente, que en ese tiempo, las referencias a Aaron eran como una daga en el corazón, pero él no podía evitar nombrarlo de vez en cuando, se le escapaba, y me pedía disculpas, sabiendo lo mal que me hacía. Pero al final, una mañana, como si se le hubiera pasado el enojo de no ser conducido por su dueño, arrancaba como si nada. Más misterios de la vida que jamás resolvería.
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Aaron II - Fanfic
Fanfic¿Quieres conocer el final de la historia que cautivó miles de corazones? ¿Quieres saber qué pasó con Kelsey? ¿Con Duncan y Mason? ¿Con Tris y Jake? ¿Por qué Tony traicionó a sus amigas? ¿Qué pasó con el bebé de Gina? ¿Los Lawrence hallaron a tiempo...