A pesar de mi cambio de imagen asesorado por Tris y de lo mucho que me había insistido una y otra vez por usar vestidos ajustados, aún seguía dejándolos. Pero más lo odiaba a éste, porque la mitad de mis nalgas se escapaban por debajo en el mínimo movimiento que hiciera. Y los tacones. Dios, no hablemos de los tacones que eran edificios de cincuenta pisos en mis pies. Todas las lecciones de Tris para caminar con semejantes zapatos se fueron por el drenaje con éste par. Me preguntaba cómo había hecho Janet para peinar mi cabello indomable, y en qué momento me había maquillado como a un payaso. Me sentía una ridícula.
-¿Lista? -No había una sola célula en mi cuerpo que estuviera lista. ¿Por qué ella se veía tan bien con esa ropa? ¿Por qué yo parecía papá pitufo mal maquillado y con las ropas de pitufina? Asentí con la cabeza mientras tocaba la puerta de metal en el callejón oscuro y húmedo. El ruido resonó hasta la calle principal y me temblaron las piernas ligeramente. Me obligué a mí misma a ordenarles que se pusieran firmes. Una rendija en la parte superior de la puerta se abrió de repente y un par de ojos rojos como la sangre se clavaron en Janet. -Hola, Benny. -Sonrió como si no tuviera tres puñaladas debajo del vestido. Ya habían sanado lo suficiente como para que pudiera moverse libremente, pero aún así dolían. La rendija se cerró rápidamente y la puerta se abrió haciendo un ruido que me aturdió los oídos. Actué como si no me afectara. Un hombre que medía con facilidad dos metros, apareció frente a nosotras. Se escuchaba una música lenta y psicodélica que venía desde detrás de unas cortinas semitransparentes. El hombre de tez morena observó a Janet, y luego me miró a mí.
-Nadie me dijo que vendrías hoy. -Respondió Benny. Cuando habló, sus dientes dorados destellaron en la oscuridad. Me paré más derecha, intentando no parecer una niña de diecisiete años insegura y estúpida.
-Un cliente especial está adentro. Nos están esperando. -En cuanto Janet dijo "nos", los ojos rojos de Benny me escanearon el cuerpo de pies a cabeza. Tragué saliva.
-Es una humana. -Dijo, con un poco de asco y con otro poco de ganas de clavarme los dientes en el cuello. -No voy a limpiar cadáveres ésta noche, Janet. No importa cuánto quieras pagarme. -Ella se acercó un poco más.
-Es por eso que el cliente es especial, Benny. Te prometo que si hay cadáveres que limpiar, te ayudaré. -Benny pareció dudar por unos cuantos minutos. Janet le rodeó el cuello con sus brazos y se acercó a su cuerpo hasta que no quedó ni un sólo milímetro entre ellos. Janet podía hacerlo, porque era alta, casi tanto como Aaron. -Vamos Benny, por los viejos tiempos, ¿recuerdas? -Sonrió sobre sus labios y terminó por darle un beso que duró una eternidad. Sí, había sido incómodo. Cuando Janet se alejó, Benny aún seguía con su semblante serio, pero terminó por correrse de en medio de la puerta y dejarnos pasar. -Te dije que se darían cuenta. -Me susurró cuando Benny había cerrado la puerta detrás de nosotras, después de entrar. -Hazlo ahora, o arruina todo el plan. -Me tendió un pequeño tubo, de esos de laboratorio, relleno del líquido espeso y rojo que me había negado tomar antes de entrar a ese extraño lugar. -Y recuerda dejar un poco alrededor de tus labios. Creerán que de allí viene el olor. -Tomé el contenido y dejé que un poco se chorreara por mis labios hasta llegar a mi mentón. -Tienes que tomar un poco, sino... -La miré de una manera que la hizo callar inmediatamente. Puso los ojos en blanco porque sabía que no había forma de que lo tragara. No quería ni recordar el gusto que tenía, prefería pensar que era sopa de tomate. Me pregunté en qué momento había decidido que esto estaba bien y que era completamente normal, pero decidí no replanteármelo, no quería arruinar "la misión". Janet me condujo por un pasillo desierto y me tendió una caja con los lentes de contacto rojos que habíamos comprado la semana anterior. -Recuerda no pestañear demasiado, para que no se corran de lugar. -La miré mal, era como la quinta vez que me lo decía. -Y pareces un perro asustado, intenta relajarte. -Mis cejas se juntaron sin poder evitarlo.
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Aaron II - Fanfic
Fanfic¿Quieres conocer el final de la historia que cautivó miles de corazones? ¿Quieres saber qué pasó con Kelsey? ¿Con Duncan y Mason? ¿Con Tris y Jake? ¿Por qué Tony traicionó a sus amigas? ¿Qué pasó con el bebé de Gina? ¿Los Lawrence hallaron a tiempo...