Noah!

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PRÓLOGO

Un fuerte dolor de cabeza me hizo despertar de golpe. ¿Dónde estaba? Abrí mis ojos lentamente, temiendo que todos los recuerdos que invadieron mi mente, fueran reales y no una pesadilla. La oscuridad se atravesó en mi campo de visión, y no sentí más que presión cuando intenté mover mis extremidades y noté que estaban atadas a la silla donde estaba sentada en contra de mi voluntad.

Un desagradable y cercano olor a óxido, que juraría que era sangre, penetró mis fosas nasales. Había alguien frente a mí y no dejaba de pronunciar mi nombre una y otra vez. No logré descifrar quién era, aunque su voz me resultaba muy conocida, aún estaba muy mareada.

— ¡Lina!, vamos despierta. ¡¡¡Lina!!!- Gritaba

— ¿Don... Dónde estoy?

— Mi amor, después te cuento todo. Tenemos que salir de aquí.

¿Mi amor? Espera... ¡Noah!

— Noah, ¿Qué está sucediendo?

—Lina, escúchame, tienes que irte, te ayudaré a desatarte y te irás por una ventana que está a tu derecha- Me dijo desesperado.

— ¡Claro que no, no te dejaré aquí solo!

— No te lo estoy pidien...

El chirrido de una puerta abriéndose justo a mis espaldas, hizo mi respiración paralizarse. Una ténue luz amarilla invadió la habitación donde nos encontrábamos y ahí lo puede ver bien. Noah lucia desaliñado y sucio. Una barba de unas cuantas semanas se hacía notar en su rostro y algunos moretones se esparcían por su abdomen desnudo. Desvié mis ojos a los suyos y estaba mirando hacia la puerta por donde se escurría la luz, pero Noah estaba paralizado, como si hubiese visto al mismísimo ''diablo''.

Escuché como unos pasos se acercaban a nosotros y mis músculos se tensaron. Cerré mis ojos como si fuera consciente de que algo malo iba a ocurrir y pasó...

El fuerte estruendo de un disparo me hizo saltar de mi asiento y sentí como mi cara se manchaba con algún líquido espeso. "No, no, no, esto no puede estar pasando".

—¡¡¡Lina!!!
— ¡¡¡Noah!!!- Gritamos con lo que nos quedaba de fuerza mientras las lágrimas no dejaban de salir.

Entre tanta confusión, miré hacia la persona que había disparado y un recuerdo asaltó mi mente.

Un hombre alto, elegante e imponente, que vestía un traje negro, se acercó a mí, y acaricio mi cabello con suavidad. Si, era ''él'', pero no exactamente.

Después de ese momento, perdí el conocimiento y no supe nada más hasta que volví a despertar. Estos años han sido sumamente difíciles para mí y hoy he decidido contarlo todo.

Mi nombre es Lina Mora, y esta es mi historia, la historia de cómo acabé, ''Bailando con el Diablo''.

Muchas gracias a Angie Elizondo por la edición del prólogo ❤️

Por aquí les dejo el booktrailer

Bailando con el Diablo  © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora