6. ¿Betty?

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CAPITULO 6

La calma abruma mi cuerpo, muevo mis manos, palpo la tierra con torpeza, sin fuerzas... abro mis ojos despacio, mientras alguien me grita desesperado sacudiéndome. Era Kevin, mi hermano amado, mi súper héroe había venido a mi rescate.

— Lina!!! Reacciona

— Kevin?

— ¡Gracias a dios que estás bien! — me abraza llorando, solo lo había visto así una vez en mi vida, el día que me rescató de mis supuestos compradores, ¿recuerdan? Cuando mis padres me perdieron en aquella apuesta.

— ¡Hermano! — intento abrazarlo más la herida del disparo en mi hombro entorpecía mis acciones

— Lina que está pasando? Habla conmigo

— ¿Cómo me encontraste?

— No me cambies de tema, ¿Qué está pasando?

— Kevin, ¿Cómo me encontraste? — pregunto una vez más con miedo de que estuviera siguiéndome haciéndolo también objetivo de aquellos tipos.

— Tu auto tiene GPS, llamé a la compañía y me dieron la ubicación. Después estuve dando tumbos hasta que te encontré afuera de esta cabaña, tirada —su respuesta me dejó extrañada, recuerdo estar dentro, no fuera de la cabaña, miro alrededor... era cierto.

— ¡Espera! ¿Cuándo llegaste estaba aquí?

— ¡Lina! Por favor, ¡basta! ¿Sabes lo que sentí cuando vi tu auto bajo aquella pendiente? Pensaba que podrías estar herida o aún peor —baja la mirada, pasa su mano por la boca— no quiero ni pensarlo

— KEVIN ¿ Tú no me sacaste de allá adentro?

— ¿Por qué es eso importante? — pregunta ya molesto

— Solo... solo responde a mi pregunta

— No Lina, no te saqué, ya estabas aquí cuando llegué.

Eso me hizo pensar en muchas cosas... y comencé a recordar. Noah de traje, me habla al oído, me besa; esas imágenes comenzaban a venir a mi cabeza.

— ¿Entonces no fue un sueño? — pregunto
— ¿Qué no fue un sueño Lina? ¿De qué estás hablando?
— Espera...

Había algo más. Ese mismo hombre de traje curó mi herida -toqué mi hombro para comprobar-, estaba limpia y saturada, un parche la cubría... los recuerdos comenzaron a venir en pequeños fragmentos, entonces recordé.

— Mantente fuerte mi amor, todo acabará pronto — me dice al oído mientras estoy tendida en el suelo dentro de la cabaña, acaricia mi cabello, me besa con una pasión que jamás había sentido antes.

— Noah! — digo casi sin aliento agarrando su mano — Te amo — solo pude decirle moviendo mis labios sin poder pronunciarlo.

— Yo también te amo mi amor, no sabes cuánto — me mira a los ojos de una forma extraña, su mirada era una mezcla de compasión y frialdad.

Kevin ya comenzaba a sentirse incómodo por mi mirada perdida.

— Lina ¿En que estás pensando?

—No estoy pensando — levanto la mirada y lo miro fijamente — estoy recordando.

Ese Noah de traje con cabellos largos, hurgó en mi herida, ¡sí! El me curó, me tomó en brazos —Vas a estar bien— dice, confié en su palabra, ya no lograba recordar más.

¿Qué fue eso? -Pienso en silencio. Noah se secuestró a sí mismo? No, no, no puede ser, algo debe estar mal, estoy segura que vi dos iguales en la cabaña. ¿Sería algún hermano gemelo? No, no, no puede ser, me lo hubiera contado. Me habló de su familia, sabía que era adoptado y que era hijo único. Mi cabeza quería estallar, ya no entendía nada. Y pensar que, hacía solo dos días, estábamos en la playa planeando una escapada romántica por nuestro aniversario, y ahora esto. ¿Con quién me había casado? Ese hombre del que me enamoré lleno de bondad ¿tenía un pasado oculto? Un millón de incógnitas inundaron mis neuronas.

—Lina, ¡Reacciona!

—Kevin, hermano, sí, perdona, me perdí en mis pensamientos por un segundo.

—Pues basta ya de tanto pensar y cuéntame en este instante todo lo que está sucediendo.

Accedí a su pedido, y fui viendo en sus ojos cómo se asombraba con mi relato de todo lo ocurrido. Tenía miedo de que quisiera acompañarme en mi búsqueda, no podía permitir tal cosa.

— Vámonos a casa, Lina— dice mientras me levanta del suelo — iremos a la poli...

— ¡NO! Nada de policías — suelto su mano con rabia — ya intenté eso, si hubiera esperado por ellos ya estaría muerta. Seguiré con mi búsqueda, SOLA.

— ¡No irás sola a ningún lado! Además... —me gira—... estás herida.

— Hermano, ¡Para!

— ¡Cállate! — tapa mi boca.

Nos escondimos rápido al costado de la casa, alguien se acercaba en una moto. El recién llegado se baja, marca un número en su móvil; podíamos oír su conversación

— No se preocupe jefe — su voz me era muy familiar — no le haré daño, su hermano la siguió, ¿Qué debo hacer con él? —asiente— Como mande.

Termina su llamada, saca un mechero, antes de lanzarlo remueve el casco que le cubría el rostro.

— ¡Por dios! ¡No puede ser! — digo completamente abrumada, miro a mi hermano.

—¿Betty?

—¿Betty?

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Nota de la autora: Hola amigos míos, que les pareció este capítulo? Estará Betty detrás de todo esto? Quién será ese Noah misterioso? Si quieren saber vuelvan el próximo sábado para juntos seguir... Bailando con el diablo

Bailando con el Diablo  © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora