Bailando con el Diablo © #1

12. "Todos Somos El Malo De Una Historia Mal Contada"

CAPITULO 12

Conocer a Lina fue como esa luz que necesitaba para querer prosperar en esta dura vida, despertó en mí una fuerza vital que ni yo mismo conocía.

Nos seguimos encontrando en el mismo lugar durante meses, solo había un problema: su abuso a las drogas y el alcohol. Entendía que vivía con una familia sumamente disfuncional; cuando escuchaba sus historias de cierta manera me alegraba de no conocer a la mía.

A pesar de su "estado", su sonrisa tierna y su mirada amorosa lograban calentar mi corazón. Los deseos de tomarla en mis brazos, acariciar su cabello, besarla crecían cada vez más ... solo dios sabe cuántas veces soñé con hacerla mía. Mi mente recreó millones de escenarios donde teníamos una vida juntos. Sabía que era la mujer para mí. No había un día en el que pudiera dormir tranquilo si no la veía o al menos escuchaba su dulce voz pronunciando mi nombre.

Me propuse tres cosas en esos meses. Lo primero sería ayudarla a limpiarse, que estuviera sobria; lo segundo sería conseguir el dinero para llevármela de aquel lugar y recomenzar; por último, me declararía, me llenaría de valor y le profesaría mi amor. Lina varias veces intentó acercarse, sabía que sentía lo mismo por mí, pero nunca quise abusar de ella, el día que ocurriera tendría que tener todos sus sentidos funcionando como es debido para que ambos recordáramos con pasión y amor ese día tan esperado

Unas semanas después encontré un centro de desintoxicación llamado "FUNDACIÓN CLEAN", era un poco caro, pero todo valía la pena por ella. Usé todo el dinero que gané con mi "trabajo", y esperé a que llegara a mi casa para decirle.

— Lina, encontré este centro para que te puedas limpiar — le entrego el folleto— tiene todas las condiciones necesarias; debes ir mañana

— ¿Qué? — responde mirando lo que le entregué— Brian quiero desintoxicarme de verdad, por ti, por mí, por los dos... pero debe valer una fortuna —me lo entrega—no puedo hacerlo

— No te preocupes —tomo sus manos, la miro directamente a los ojos— todo está arreglado

— Pero ¿cómo?

— Tan solo prométeme que lo harás, y que en cuanto salgas vendrás directo a mis brazos

— Te lo prometo... mi amor

¡Mi amor!!! ¡Me dijo mi amor!!! No logré contener la emoción, la tomé de la cadera abalanzando su cuerpo contra el mío, calentándonos cuerpo a cuerpo y la besé con toda la pasión del mundo.

Por un momento nos detuvimos, nuestras miradas se encontraron, tragaba en seco, una parte quería esperar, pero el deseo de hacerla mía era más grande que cualquier cosa

—Déjame quedarme contigo esta noche —me dice
—No quiero que te vayas nunca más —¡Jamás!

La tomé en mis brazos, nuestras miradas nunca se apartaron, con mucha suavidad la acosté en mi cama, y muy despacio, con ternura le fui quitando la ropa llenando su pequeño cuerpo de besos delicados, podía sentir sus nervios —¿Estás segura? —le pregunto —confío en ti —responde.

Un sinfín de caricias, un éxtasis en mis labios, sus uñas afiladas marcaron mi espalda desnuda al sentir lo nuevo y desconocido para su organismo. Nuestras pieles erizadas del placer chocaban al compás del baile exótico de nuestros cuerpos, sudando en la fría noche de tantas chispas que desprendíamos. Sus gemidos en mi oreja aumentaban mis deseos, pero a la vez hacían que cada vez más llegara a la cima de mi potencial.

—Te amo Brian!
—¡Te amo Lina! —nuestras manos se entrecruzan para juntos llegar a la felicidad máxima

En la mañana desperté y la vi a mi lado, su cuerpo aún desnudo me hacía desearla, pero preferí observarla como si fuera una pieza exquisita de un museo. Estuve así, tan solo mirándola por un buen rato hasta que fuera hora de su partida para el centro en el que debía ingresar.

Antes de salir...

—Lina, debes prometerme que jamás te lo quitaras — le dije mientras le entregaba un anillo

—¡Qué lindo! pero ¿Por qué no me lo puedo quitar?

—¿Confías en mí?

—Claro que si

—Entonces solo has lo que te pido mi amor

—Está bien, lo haré— me sonríe

La acompañé al lugar en el que estaría, si todo salía bien, al menos 3 meses. El primer pago estaba hecho, ahora solo necesitaba conseguir un poco más para depositar el pago final y otro poco para nuestra nueva vida juntos.

Aún recuerdo verla entrar por aquel portón, se giraba cada 5 segundos para mirarme y decirme adiós, cuanta ilusión sentíamos ambos... de repente corre hacia mí, la tomo en mis brazos besándola por largos minutos

—Prométeme que estarás ahí cuando salga— dice Lina
—¡Claro que sí mi amor!
—Pase lo que pase, llévame contigo, no me dejes sola
—Nunca mi amor nunca, yo te amo
—Yo te amo más mi Diablo— sonreímos al mismo tiempo que nos dábamos un cálido y dulce abrazo.

Cuantos sueños, tanta esperanza... solo hay una cosa en esta vida de la que me arrepiento... el haber fallado a mi palabra.

Nota de la autora : Hola a todos, este capítulo como bien dice su título nos hace darnos cuenta que realmente todos somos el malo de una historia mal contada, pero no obstante siempre debemos hacer el bien aunque no sea valorado, porque algún día será retribuido... Se los aseguro. Dicho esto me despido y nos vemos el próximo sábado para en los últimos capítulos seguir juntos Bailando con el diablo.