Maldición Lan

-------Mío-------

Los jades descendieron suavemente a la entrada de la cueva en los túmulos funerarios, Lan XiChen llevaba a A-Yao en brazos, habló para su hermano.
- WangJi, si deseas puedo improvisar una carpa para que A-Yao y yo dormamos ahí y mañana al amanecer partiremos rumbo a Dongying, seguramente tienes mucho que hablar con el joven Wei -, Lan WangJi asintió y caminó en dirección contraría.

Entró solo a la cueva, el lugar estaba iluminado completamente por las lámparas que había dejado con anterioridad, se encontró con la mirada atenta de Wei Ying sobre él, estaba atado, por el rabillo del ojo observó la entrada de la cueva, nadie tenía derecho a atar a Wei Ying, volvió su vista la frente y caminó hasta WuXian desatando primero sus pies.

Wei WuXian no dijo nada cuando lo vió entrar y ahora lo estaba desatando, esa era buena señal, su mente no estaba fuera de sí en este momento. - Lan Zhan -, Lan WangJi tensó la mandíbula con molestia evidente y alzó la vista suavemente mientras terminaba de quitar las cuerdas de los pies.

- Yo... -, Lan WangJi no lo dejó terminar de hablar, - No tendrás permitido salir, de ahora en adelante, no tendrás permitido quedarte solo, estarás a mi lado en cada lugar al que vaya y serás vigilado por un cuervo a dónde sea que te muevas si no puedo estar a tu lado -, terminó de quitar las cuerdas y se puso de pie frente a él, parecía tan majestuoso y elegante, el negro le sentaba perfecto, la boca de Wei Ying se sentía seca.

Se puso de pie también, la mirada molesta de Lan WangJi lo hizo sentir pequeño. - Lo siento, yo... -, Lan WangJi lo tomó del rostro haciéndolo verlo a los ojos, con tono firme habló, - Wei Ying, te traje de vuelta para mí, no podrás librarte jamás, entiende eres solamente mío -, Wei WuXian se congeló, ahora todo tenía sentido, la necesidad de que olvidara todo, la necesidad de que no tuviera una historia detrás, que no tuviera a nadie, su existencia era como lo supuso mera consecuencia del amor enfermo que Lan WangJi estaba sintiendo, bien, después de todo no tenía a nadie en el mundo, así que estaba bien.

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Pasada la media noche Jin GuangYao comenzó a recuperar la conciencia, parpadeó suavemente y abrió los ojos, se levantó de golpe buscando con la vista, ¿dónde estaba?, ¿en dónde estaban los restos de su madre?.

- Aquí está -, escuchó la voz detrás de él, cerró los ojos con fuerza, ¡mierda!, - Er gē -, Lan XiChen sonrió, - Sabes, por un momento pensé que mi A-Yao había decidido abandonarme después de haber aceptado mi amor, pero cuando ví la caja con las cenizas de Meng Shi me dí cuenta, no tuve la consideración necesaria para que nos ocupáramos de ellas, tiene sentido que hayas decidido ir a buscarlas, mis disculpas A-Yao pero mi mente me traiciona y los celos me vuelven loco -.

Jin GuangYao frunció el ceño, no giró para verlo, no podía, Lan XiChen se puso de pie y caminó hasta estar al frente, en sus manos tenía los restos de Meng Shi, acarició la caja como si de un tesoro se tratase mientras que Jin GuangYao solo veía sus manos sin perder detalle.

- A-Yao, dime la verdad, ¿pensabas abandonarme? -, Jin GuangYao paso saliva con dificultad, su garganta estaba seca y sentía miedo, Lan XiChen puso la caja sobre una piedra y se acercó poniéndose de rodillas frente a A-Yao, tomó su rostro entre ambas manos y lo hizo verlo a la cara, - Jin GuangYao por una vez en tu vida sé honesto conmigo -.

La boca le supo amarga, podría esperar esas palabras de todo el mundo pero XiChen era otra cosa, demonios, el gran Lan XiChen no era él en este momento, ¿qué estaba esperando?, lágrimas comenzaron a bajar por sus mejillas, - Eres la única persona con quién he sido total y absolutamente honesto -.

Lan XiChen se acercó y besó sus lágrimas una a una, - Perdóname A-Yao, no quise lastimarte con esas palabras, creeré ciegamente cualquier cosa que me digas -, besó sus labios dulcemente haciéndolo olvidar el lugar y el momento en el que estaba.