Luego de la muerte de sus padres, Xiao Zhan queda solo en el mundo y con muchas deudas encima, teniendo como consecuencia vagar por las calles, hasta que recibe una propuesta que no podrá rechazar.
Wang Yibo es el CEO de su propia empresa y la Caden...
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Un mes, había pasado un mes desde que secuestraron a Zhan, cuando Zhuo Cheng había despertado luego de la cirugía que tuvo, para extraerle las balas, empezó a lamentarse y culparse a sí mismo por no haber podido proteger a Zhan. Aunque claro está que nadie creía que fuese su culpa.
Las únicas personas que tenían la culpa era Meng ZiYi y Wen Han.
Yibo se encontraban frustrado, cada vez estaba más cerca el nacimiento de su hijo, pero ahora ni siquiera sabía si aún estaban con vida. Toda su familia seguía buscando a Zhan sin descanso, anteriormente Hao Xuan había estado a punto de descubrir la ubicación de Zhan, pero de la nada toda la información había desaparecido. Esto ocurrio porque uno de sus propios oficiales se había vendido, dicho oficial eliminó todo tipo de evidencia e información sobre el secuestro de Xiao Zhan.
Al descubrir quien era el traidor e interrogarlo, lo único que este dijo fue que necesitaba el dinero. Al día siguiente el oficial fue encontrado muerto en su celda.
Con esto Hao Xuan llamó a Yibo, creía saber quienes estaban respaldando a ese par.
— ¿Si? – se escucho la cansada voz de su amigo.
— Yibo, Meng ZiYi y Wen Han están siendo respaldados por alguien del bajo mundo – dijo.
— ¿Cómo lo sabes? – pregunto.
— El oficial que te mencione, cuando fueron a interrogarlo nuevamente lo encontraron muerto.
— No, no puede ser – la voz de Yibo se quebró – ¿Q-Qué pasará ahora? ¡Ya paso un mes Hao Xuan!
Hao Xuan suspiro.
— Lo se amigo, pero seguro Zhan esta bien y lo encontraremos.
— Pero...¿Y si no lo esta? ¿Y si le hicieron algo a Zhan o a mi hijo? ¿Y si....?
— ¡Basta! – interrumpió Hao Xuan – Lo encontraremos pronto, te dejo, seguiré investigando – dijo para luego terminar la llamada.
Yibo se encontraba en un estado deplorable, apenas podía dormir una o dos horas, por esta razón tenía unas notables ojeras. De igual manera había bajado de peso, después de todo no podía comer sabiendo que Zhan y su hijo están en peligro. Sus padres trataban de animarlo pero parecía no funcionar, Yibo había empezado a beber, lo único que tenía en su organismo era alcohol. Luego de haber reparado todo, el hombre inmediatamente había regresado a su casa, ahora mismo se encontraba en la sala, rodeado de botellas vacías de whisky.
— Zhan no estaría muy contento de verte así – dijo Hai Kuan.
Ignorando sus palabras Yibo volvió a tomar un gran sorbo de la botella, Hai Kuan inmediatamente camino hacia él y antes de que pudiese tomar más le arrebato la botella de sus manos.
— ¡Dámela! – exigió.
Hai Kuan negó.
— Si sigues así terminaras muriendo antes de encontrar a Zhan y a tu hijo – regañó frunciendo el ceño.
