Desde un lado del balcón en aquel, uno de los 12 templos regidos por el zodiaco, unas orbes del color de una amatista se daban a notar desde la ventana, mirando en dirección al cuerpo del joven Omega que habitado ese templo, teniendo a un lado la guitarra que el dueño del cuarto poseía pasando nada desapercibo el uno para el otro. Detallaban cada uno su figura iluminada por la fuerte luz de la luna.
El dueño de esas amatistas se fue quitando la ropa sin ningún ápice de pudor hasta terminar desnudo, haciendo un espacio para hacerse posesión del cuerpo en la cama al momento de rodearlos con sus brazos.
- Mani... Te habías tardado. - Le hizo saber. Regulus tenía el rostro sonrojada a más no poder por culpa de sus celos, casi un castigo para cualquier Omega, dejando a ese chico orgullos y confiando en pelea casi totalmente indefenso. Abrazándose contra el cuerpo del Alfa sintiendo como su presencia apaciguada el calor de su cuerpo.
- Lamento haberlo hecho. - Le sonrió, mirándolo de frente a la par que sus manos acariciaban su hermoso rostro adornado por el sonrojo de los celos. - Sabes que te amo. - Le declaro antes de besarle los labios, uniéndose de forma lenta entre los brazos del otro, sabiendo como calmar a su pequeño rey.
Una rutina un poco aburrida a estas alturas aun teniendo una relación más o menos resiente, poco menos de 5 meses de relación entre las sombras del santuario. Siempre en las épocas de los celos de Regulus, Manigoldo tenía que esperar a la seguridad de la noche para poder ir y hacerle compañía. Encerrados los 2 en ese cuarto por unas horas, hasta que el sol está próximo a salir.
- ¿Mejor?- Le pregunto al momento que sus labios se separaron y el castaño busco acomodarse en su pecho, acariciándose contra este y sintiendo cuando este asintió a su pregunta.
- Mani... - Acariciando con cuidado el pecho del moreno a su lado mientras los dedos de este se paseaban en un camino lento por lo largo de su espalda, Manigoldo escucho el susurro de su amante, poniendo su atención en él. Notando que parecía quedarse dormido. Perdiéndose cada uno en sus propios pensamientos.
Manigoldo solo recordada el momento donde tuvo por primera vez al hermoso muchacho en sus brazos, por culpa de sus celos, quedando embelesado por este, sabiendo en ese momento que lo quería como su omega.
Aun recordada en primer momento donde lo vio, si no era tan frecuente tener una gran cantidad de omegas entre las filas elite de los ejércitos, como es el ejemplo de los santos de oro, estos normalmente siempre estaban aunque como una minoría, siempre había por lo menos 3, 4 o 5 Omegas entre los dorados, de resto salían ser santos de bronces. Al ver a Regulus por primera vez y notar a un Omega con varios rasgos muy jóvenes para su edad solo termino pareciéndole lindo de forma muy rápida pero sin dejarse llevar por eso tan rápido. Permitiéndole el hecho de quedar el templo uno junto al otro hacerse amigos, de esa forma acercarse y ganar tiempo que le dieron un lazo de confianza con el joven Omega antes de enterarse de todo el linaje que este tenía encima como hijo de uno de los dorados alfas mas icónicos, siendo el momento donde uno de sus celos se salió de control y quiso ayudarlo a calmarlo donde ya eran claros los sentimientos de los 2. En ningún momento le toco, o hizo algo ya más indebido, solo le abrazo, susurrando palabras a su oído, lo único que llego a hacer es ofrecerle un beso.
En aquellos momento, y de vez en cuando al tenerlo entre sus brazos sabiendo de su linaje le parecía casi indefenso, pero como Santo de oro tenía en claro que no lo era en lo más mínimo y no dudaba de su fuerza.
En un ligero suspiro Manigoldo se termino acercando para aspirar parte del aroma que salía de su cuerpo, por lo normal el cuerpo del Santo de leo tenía un olor muy dulce, como el de los girasoles casi, en sus celos este olor se volvía más fuerte volviéndose embriagante.
- Tu aroma llego hasta mi templo, pequeño rey.
- ¿Enserio? ¿Eso significa que sabias que te quería conmigo? - Siempre cuando estada en sus celos Manigoldo sabía como lograr calmarlos; solo besando y abrazando su cuerpo entre caricias.
- De cierta forma a decir verdad. Sabes que siempre busco una forma de acercarme a ti y cuidarte en estos días. Aun debo admitir que es un poco molesto hacerlo solo cuando nadie está cerca. - le hizo saber, acariciando su espalda en un tacto que lo hacía estremecer.
En aquel momento fue un puro accidente que a la luz del día los acerco, desde entonces cuando eso pasada, Manigoldo buscada no generar algún problema, prefiriendo el anonimato.
- Lo sé. Sobre eso... ¿Sabes? He pensado en decirle a mi tío sobre nuestra relación. Llevamos poco, pero quiero arriesgarme a su reacción. - Expreso.
Si bien en las normas del santuario eran más libres en ese sentido, desde el trato a los omegas y las relaciones entre estos junto a sus compañeros de linajes alfas y betas, fuera del santuario y los ejércitos de los dioses, era normal que un Omega llegara a virgen a su matrimonio y sin el permiso de los padres de este era imposible alguna relación o matrimonio.
En el santuario era totalmente decisión de ambas partes sobre las relaciones. Regulus era el hijo de uno de los Santo más fuertes y aun tenía a su tío y la pareja de este a su lado, en esos casos muchos prefieren el permiso de los padres. Manigoldo por su parte nunca le prestó mucha atención a eso, sabía que tarde o temprano su relación iba a salir a luz por estar entre 4 paredes en un santuario las 24 horas. Solo concentrándose en Regulus.
- En ese caso, si eso quieres apenas pasen tus celos iré con tu tío. Aunque... Este intente castrarme.
- Jajajajajajaja. No hará eso, siempre me han dejado esa libertad al tener una relación.
- ¿Eso significa que sabe algo?
- No, creo que ha notada tu aroma en mi cuerpo al acabar mis celos, pero fuera de eso no me ha preguntado mucho.
- Entiendo, descansa entonces, hasta que no te duermas no me iré.
- ¿Y así quieres que duerma? - Sarcásticamente se jacto, pero igual acercándose para ser abrazado por el alfa.
- Igual me tendré que ir. Si Sísifo o su omega me ven me van a amenazar por no "Contralar mi nudo"
Tenerse de esa forma, era casi un doble filo, Manigoldo tenía una enorme resistencia ante la tentación del cuerpo de Regulus, sonriendo al ver que era capaz de hacerlo sentir mejor en esos días que para cualquiera eran un tormento. Solo abrazándolo contra si, acariciando su cuerpo de forma lenta compartiendo besos de vez en cuando, hasta que el sueño les vence a los 2.
Al despedirse, Manigoldo le dejo su chaleco negro al Santo de Leo, abrigándolo con este antes de vestirse y dejarlo solo, hasta el día de mañana.
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Bueno, este ya es tercer fanfic que hago de este ship inventado por mi y que me termino gustando más de lo que pensé, a diferencia de los otros 2 este será un poco más largo y con muchos otros Ship a lo largo de los capítulos.
Gracias a un par de amigas que me ayudaron como beta-reader y con las parejas.
Tenia muchas opciones, y no me decidía. La verdad me llegue a sentir bastante presionado e inseguro por el buen trato que residieron los 2 anteriores como para desilusionar con este, por eso agradezco el apoyo de las 3. (Aparte que es mi primera vez escribiendo triángulos) Tomen en cuenta que es un AU omegaverse por lo tanto muchas cosas estarán cambiadas.
Como ultima nota, a pesar de ser un Omegaverse, este fic no tendré alguna escena lemon, por lo menos hasta el final, ya que he visto cierta manía en el fandom que si los dorados no son retratados como mujeriegos e infieles que piensan solo con el pene no hay romance, siendo los más afectados; Milo, Manigoldo, Kardia y hasta los gemelos. Es un headcanon que me va gringe, asco y no voy alimentar.
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El Alfa del Minino.
FanfictionManigoldo y Regulus han llevado una relación cada vez más estrecha. Los sentimientos comienzan a emerger. Regulus como Omega y Santo de oro ha tenido la suerte que nunca le obligaron a nada dentro del santuario, el sabia a que Alfa quería elegir. P...