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El corazón de leo latía de forma tan rápida que este se saldría de su pecho en poco tiempo, estada seguro que lo sentía chocar con su caja torácica, escuchando el sudar de sus latidos directamente en sus orejas, siendo guiado por Asmita en todo ese recorrido donde su corazón se apresurada al notar lo cerca que estaban, quedando frente al templo de gran cangrejo en poco tiempo.

- Suspira. Por favor confía en mí. - Asmita le dijo, poniendo su mano en su hombro, entrando y guiándose hasta encontrarse con el guardián del cuarto templo con una garra de licor en manos por cortesía de Hasgard.

- Mani... No esperada verte así...- Se dijo así mismo en voz baja, las miradas de los 2 se encontraron de tal forma que la tensión fue grande, a la par que un fuerte dolor en el pecho de cada uno.

- ¿A qué vienes? Pensé que estarías con Aspros. - Secamente expreso, tomando otro trago para ahogar sus penas sin querer verlo de frente, lastimando a Regulus al no entenderlo pero alentando a Virgo a acercarse, poniendo su mano sobre la cabeza de Cáncer alentando sus sospechas antes de hablar.

- Habla con él, no sé que tanto habrá pasada, pero les aseguro que les ayudara. - Dicho esto, Asmita sujeto a Manigoldo para que viera al omega castaño de frente, ambos en un estado similar pero diferente, Regulus estada temeroso, Manigoldo estada frustrado tratando de calmarse del único modo que encontrada. Dejándolos solos y bajando hasta géminis.

- Manigoldo... - Pasado el rato de eterno silencio, Regulus se atrevió a hablar bando 2 pasos acercándose al cáncer sutilmente. - ¿Por qué estas de este modo? Nunca te vi tan... Desmoronado.

- ¿Y qué esperadas? Anoche te vi engañándome con Aspros, siempre me dijiste que no te interesada, pero anoche estas dejando que te meta el nudo.

- ¡¿Qué?! No sé de qué hablas, porque nunca mentí, ¿Con que cinismo me lo vienes a decir, si yo anoche te encontré con una chica? Mírame a los ojos y dime si te mentiría. - Manigoldo obedeció, notando el reflejo de sus ojos felinos que solo había tristeza, odiando notar que estuvo llorando por mucho tiempo. Conocía bien a su pequeño rey, era incapaz de mentir de esa forma. Mucho menos a alguien que quería.

- Ahora el confundido soy yo. - Declaro, tomándose otro profundo trago antes de hablar. Regulus estada consiente de la resistencia que este tenía, por lo tanto no se preocupada de que cometiera una imprudencia por el licor. - Yo nunca te engañe. Sonara lo que quieras, pero nunca cambiaria un culo fácil por un chico extraordinario como tú.

- ¿Enserio?

- Regulus soy un desgracia no un completo sinvergüenza, nunca te mentí en nada lo que dije. Nunca te engañe, y por lo que dices ambos tenemos ese recuerdo de ser engañados por el otro.

- ¿Cómo puedo saber que no me mientes? - Aun inseguro, lleno de pensamientos en varias direcciones, pregunto.

- Ven. - Manigoldo le extendió los brazos, esperando pacientemente el momento en el que este acepte, acercándose y abrazándolo con fuerza. - ¿Lo sientes? No tengo ningún aroma más que el tuyo en el cuerpo, si me hubiera acostado con una chica tendría su olor impregnado también. No es algo que se pueda quitar de la noche a la mañana... Veo que yo también me equivoque... - Pasando por su cuello el santo de cáncer ligeramente pego sus labios a este, sintiendo el aroma de su cuerpo siendo una mezcla de él de los 2.

- Mani... Lo siento mucho, pensé muy mal de ti, desconfié en todo momento lo que me decías... - Pequeñas lagrimas salieron de los ojos del Santo de Leo, sintiéndose peor que antes, pero esta vez, siendo consolado por su pareja.

- No te mortifiques, viste una ilusión donde te engañada, cualquiera en tu lugar hubiera estado igual o peor. No te culpes porque yo reaccione igual. - protectoramente lo apretó contra su pecho, acariciando su espalda de forma suave, separándose para mirarse a los ojos, compartiendo un pequeño beso por unos segundos.

- Supongo que de esto hablada Asmita... Aspros estada listo para consolarme cuando desperté, él nos introdujo esos falsos recuerdos... Y... Él también me beso. Lo lamento. - De un momento a otro el Santo de cáncer sujeto ambos lados de su rostro, haciendo que Regulus mire antes de darle un profundo beso en los labios. - ¿Qué...?

- Eso debió haber sido horrible, ser besado por ese tipo. Pero que buen manipulador a de ser. Déjame arreglarlo, te borrare los rastro de eso, a la final, tu varonil alfa soy yo. - Regulus rio por eso, lanzándose a los brazos del hombre Alfa y entregándole sus labios, sintiendo el sabor impregnado del licor en estos al momento de sus lenguas danzar juntas.

- Te amo. - Se declararon, ninguno quería preocuparse por Aspros ahora, querían concentrarse en el otro. Usando su cosmos la estela de las almas que habían en el templo se concentraron en su mano, moviéndose luego alrededor de leo en forma de un león. Acombándose en las manos del Omega.

- ¿Mejor? - Regulus asintió. Abrazándose al Alfa. - ¿Te parece si vamos con Sage? O tu tío. Asmita parece saber lo que hace.

- Claro.

...

- Aspros...

- ¿Asmita? Qué raro verte, ¿Qué te trae por mi templo...? - El Alfa sin duba estada bastante extrañado por eso, Asmita era algo ermitaño en su templo, no entendía que intenciones llevaban a su visita.

- Solo me quede pensando, tuviste una jugada fuerte, pero debieras haber esperado que me viera cuenta. - La expresión de Aspros se mantuvo seria, totalmente calmada tratando de no parecer afectado.

- ¿Te enteraste de lo que hice? - Por dentro se estada maldiciendo y queriendo hacer algo contra Asmita, por fuera, sonrisa más falsa no existía.

- ¿De Regulus y Manigoldo? Si. Entiendo de cierta forma que querías, pero no fueron las acciones correctas.

- No te dejare decirme nada. No me iba a quedar de brazos de cruzados viendo como eso pasada. Estoy consciente que de que ahora Regulus no me amara nunca pero es un riesgo que tenia que correr.

El cosmos de los 2 estada en aumento, Aspros estada esperando para atacar y Asmita estada esperando el momento para defenderse. Aunque parecía más bien una guerra de mirabas donde irónicamente uno estada ciego. Debido a la rigidez de los cuerpos de ambos.

- Y nunca lo hará, ya ambos se reconciliaron. - Aspros maldijo en su mente al Beta a su lado. - No iba a dejar que hicieras eso, bueno, casi nadie dentro del santuario te lo hubiera dejado.  Admito que de yo no darme cuenta hubieras podido conquistar a Regulus, pero también haber formado una pelea donde solo terminaría con medio santuario odiando a Manigoldo. ¿Eso querías?

- No. Mis únicas intenciones eran obtener a Regulus entre mis brazos. Nada más, y esa por pelear lo hubiera hecho. 

- Querías enlazarte con él. Tan fascinado estabas con su persona. Pero ya no es posible, y también es imposible que el patriarca no se entere de esto. 

- ¡No te atrevas a decir nada!

- ¿Y que ganaras con postergarlo? Nada. Ya todo termino. Mejor acompáñeme.  - A regañadientes Aspros acepto, yendo con Asmita y Sage aceptando el mal en  sus acciones. 

El Alfa del Minino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora