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La rabia y el enojo era palpable e el rostro de Aspros, mirando arrida por las escalares de su templo que llevaban a Cáncer, teniendo unos deseos enormes de asesinar a Manigoldo luego de enterarse de que, desde su punto de vista, le habían rodado al Omega del cual solo él era digno. Tras la mera formalidad que Sage les ofreció donde les informo que ahora Regulus viviría en el templo de cáncer para quedarse con su novio, aunque este aun no lo haya marcado, y mejor. Eso le daba aun una oportunidad de recuperar lo que él creía le correspondía.

Regulus era un Omega cuya belleza solo podía ser comparada por la de los jóvenes amantes de dioses como Zeus y Apolo. Nacido de un alfa conocido como un héroe, y botado con varias habilidades, Aspros creía fielmente que Regulus era su destinado.

En la mente de Aspros, Manigoldo era un Alfa marginado que bien llegada a tener mucha determinación y habilidades era muy poco para Regulus, el debería ser adorado y amado solo entre sus brazos, por lo tanto tenía que pensar en algo si quería que eso pase.

Teniendo un giro de 180 grados cuando escucho unos pasos cerca de él, rompiendo su semblante y relajándose al notar a uno de sus amigos, más específicamente el perteneciente a la constelación del segundo templo. Sonriéndole para recibirlo.

- No te esperada ver Hasgard... Hola. - Esto último lo dijo refiriéndose al Omega de cabello negros que acompañada al toro, siendo de paso el esposo de este. Sonando no despectivo si no neutro.

- Yo también lo quiero. - Ironizo, volteando los ojos ante géminis, notándose lo poco que se trataban.

- Supongo a que vienes. ¿Vas a ver a Regulus? - Expreso, pasando su mano por su cabello sin algún ápice de expresión en el rostro, logrando su cometido de no parecer que estada frustrado y molesto por dentro como lo estada.

- Claro, aunque es casi solo formalidad, pues por el trato de casi hermanos que mantengo con Regulus me va curiosidad como un alfa como Manigoldo se coló en su corazón. - Mientras el toro sonreía de forma jovial, en clara felicidad por leo, la sonrisa de Aspros mas falsa no podía ser. Y eso Teneo lo notada. - ¿Nos acompañas?

- Claro. - Dicho esto, se adelanto, dejando al alfo con su omega solo por un segundo.

- "Esto no me va buena espina" - Pensó esto último el omega, sujetando la mano de su alfa para llamar su atención, mostrando su clara preocupación antes de subir. - ¿Aspros no estada enamorado de Regulus? - El voz baja le pregunto, queriendo que el santo de géminis no se ve cuenta.

- Pues, si lo estada, no sé si esto afecto en algo a ese hecho. ¿Por qué no vemos? - Era su amigo y Hasgard le tenía confianza, pero eso mismo preocupo a Teneo, lo decía por experiencia, pon 2 alfas juntos interesados en el mismo omega con este al lado y habría problemas. Como si de 2 grandes lodos interesados en cazar al mismo conejo fuera.

- Esta bien. - La mano del toro, muy grande al lado de la de muchos, acaricio con cuidado su rostro, haciendo que lo mire, suspirando y tomando su confianza en su toro.

Al quedar frente a frente los 5, no paso desapercibido para nadie lo incomodo que se veía Regulus, apretando la mano del alfa a su lado pero haciendo irritar a Géminis de forma silenciosa a la vez. Siendo los otros 2 alfas; Hasgard y Manigoldo quienes tomaron la decisión de romper el hielo.

- Un gusto verte toro, Géminis, imagino que se enteraron ¿No? - Sonrió, bando un paso al frente y poniendo entre Regulus y Aspros como decisión de puro instinto al notar como este mirada al León.

- Si, Ilias fue un alfa que admire, por respeto a este al menos quería comprobar que su hijo este en buenas manos. Curioso que este terminaras siendo tú.

El Alfa del Minino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora