Capítulo 2 No es el fin del mundo

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Axel

Observo a Martina mientras ella suelta su guitarra y su bolso en el suelo al lado de mi puerta principal y se apoya de espaldas en esta, ante cualquier ruido al exterior, se gira rápidamente, mira a través de la mirilla y luego vuelve a suspirar y esperar con la cabeza apoyada en la puerta.

—Así que sigues con eso — le digo mientras recojo sus cosas y las llevo a uno de los sofás de mi sala — Y yo que pensé que realmente querías pasar la tarde conmigo — bromeo, pero mi voz sale un poco herida.

Martina me dedica un gesto de disculpa. 

—Disculpa por no explicarte más, es que estoy muy nerviosa.

—¿Tú, nerviosa? — Me burlo. Pone sus ojos en blanco y vuelve a mirar a través de la mirilla — ¿Por qué mejor no me cuentas que tienes en esa cabecita loca tuya? — le digo mientras voy hasta la cocina para sacar un par de cervezas.

Martina se cansa de estar parada en la puerta y se desliza hasta el suelo rendida, acepta la botella de cerveza cuando se la ofrezco y se bebe la mitad de un solo trago.

—¡Hey! Tranquila... — le digo con urgencia — de verdad que estas estresada por esto ¿no?

Asiente.

Me deslizo junto a ella apoyado en la puerta mientras bebo un trago.

—¿Entonces...? — insisto para que me cuente lo que ha estado pasando.

—Me quedé pensando en lo que me dijiste ayer, que algo en mi inconsciente ya había estado dando vueltas en mi cabeza y no había querido notarlo. Pasé la noche pensando, y tenías razón. Dan ya tenía actitudes extrañas, había empezado a cargar su celular a todas partes, incluso en la ducha, ya no quería acompañarme al Rougarou como antes porque siempre "tenía mucho trabajo" — enfatiza esto último haciendo comillas con sus manos — y otras cosas que no eran normal en él.

La escucho en silencio. Mi bella y hermosa amiga se había transformado en la tóxica y psicótica vecina en un parpadeo. Intento medir mis palabras para no ofenderla, porque sé que a veces puedo ser un poco directo al decir las cosas y claramente ella no está pasando un buen momento.

—Te has detenido a pensar... — hago una pausa tratando de elegir mis palabras con sumo cuidado — que realmente el hombre esta con "mucho trabajo" — digo imitando sus comillas — o que lleva su celular para escuchar música mientras se ducha como lo hace el 90% de las personas.

—Hay otras... cosas también — dice. Un rubor se extiende por sus mejillas.

Y eso abre inmediatamente mi curiosidad. Martina se sonroja conmigo solo cuando le hago cumplidos o cuando está pensando en cosas muy íntimas. Y bueno, ahora no le he hecho ningún cumplido.

—Cuéntame — pido. Tiene el brazo apoyado en sus rodillas y la botella de cerveza cuelga de su mano, choco mi botella con la suya para llamar su atención — Somos amigos. Puedes decirme lo que sea.

—Me... me avergüenza contarlo... — dice desviando la mirada.

—Vamos... ¿Cómo puede ser tan terrible? Además de que de un momento a otro te volviste una tóxica y controlad....

—No tenemos sexo hace más de un mes— me suelta de repente.

Me quedo en silencio observándola, perplejo. 

¿Más de un mes? ¿Es en serio?

Martina se bebe de un solo trago la cerveza que quedaba en la botella. Se queda pensativa mirando hacia el frente, aun con las mejillas sonrosadas, aunque ahora no se si es porque esta avergonzada o son los efectos del alcohol.

21.- Enamorarse otra vez © [Libro 1 Bilogía 21 meses]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora