21.- Enamorarse otra vez © [Libro 1 Bilogía 21 meses]

Capítulo 8 Caer al lado oscuro

Martina

—¿Una Lista? —preguntan mis amigas al unísono.

Suspirando. Saco de mi bolso la libreta con apuntes personales que cargo a todas partes, saco una hoja doblada, la hoja que contiene la lista de 21 metas por cumplir.

—¿Cuándo hiciste esto? —Lu mira la hoja por encima de mi hombro.

—Ayer, mientras pasaba la tarde con Axel e Isaac.

Estamos tiradas en el pasto en uno de los sectores al aire libre de la universidad, tenemos 1 hora antes de las clases de la tarde, y aprovechamos el sol de primavera que empieza a aparecer.

Adriana me quita la hoja de las manos y comienza a leerla, Lu y yo esperamos en silencio su veredicto.

—¿¡Qué rayos estabas haciendo con tu vida, mujer!? — dice Adriana sin levantar la vista. Yo me sonrojo — Muy bien, está decidido, nos vemos al terminar las clases y vamos a tener una tarde de chicas.

—¿Tarde de chicas? — pregunta Lucía.

—¿Qué rayos es eso? — agrego yo.

—Iremos de compras, te harás un nuevo look y disfrutaremos como tres hermosas mujeres solteras.

Miro a Lucía y ambas compartimos una sonrisa y asentimos.

•••

Estamos en un café del centro de la ciudad luego de pasar al salón de belleza. Adri se ha hecho un masaje capilar y su largo cabello oscuro ahora cae en unas lindas capas desflecadas que le dan más fuerza a su carácter.

Lucía ha cortado su cabello rubio hasta los hombros con pequeñas ondas y unas mechas un poco más claras que su tono natural para darle aún más luz a su cabello.

Por mi parte he decidido hacer algo más radical, como siempre hacemos las mujeres para cerrar un ciclo.

Usualmente mi cabello castaño lo llevaba largo hasta media espalda, liso y sin forma, así que decidí recortarlo un poco más debajo de los hombros, agregué un flequillo, nunca había usado flequillo y aunque ahora me sentía un poco extraña y me incomodaba, supuse que con el tiempo me acostumbraría, finalmente decidí teñirlo un poco al hacer unas mechas baby light para iluminar mi cabello castaño.

No me sentía como la Martina de siempre, pero supongo que ese era un poco el objetivo.

Me siento más sexy de lo que realmente soy.

—Entonces —dice Adriana cambiando de tema cuando ve que Lucía y yo hemos terminado la conversación del vestido que no quise comprarme en la última tienda que visitamos —, tenemos que organizar lo que haremos en Halloween.

—Podríamos hacer una fiesta en mi departamento — ofrezco encogiéndome de hombros.

Ambas me observan perplejas.

—¿Tú? ¿una fiesta? — comenta Lucía con sorpresa.

—¿Qué tiene?

—Te das cuenta de que llevas viviendo casi 4 años en ese departamento y jamás has hecho una fiesta.

—Eso no es verdad, nos hemos juntado varias veces — replico.

—No es lo mismo — explica Adriana — Hemos ido a tu departamento, antes o después de una fiesta, pero nunca la has organizado tú.

—¿Qué tiene de importante? — comienzo a enfadarme.

—Nada, es solo que este sería una diferencia respecto a tu yo anterior.