Capítulo 0 Lo que me hacía falta

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3 años antes

Martina

Estoy de rodillas en el piso frente a la puerta de mi departamento, revolviendo desesperadamente mi bolso.

Cuadernos, estuche, hojas sueltas, mi laptop, billetera y un montón de cosas que voy guardando sin motivo, están desparramadas por el suelo mientras vuelvo a revisar cada bolsillo de mi bolso.

Después de vaciar por completo todo y buscar por tercera vez, enfrento la realidad. No tengo las malditas llaves.

No llevo ni 2 semanas viviendo aquí y ya perdí mis llaves. Soy un desastre.

Bueno, es mi responsabilidad por depender siempre de Dan.

Resignada, guardo todo de regreso a mi bolso y me quedo sentada en el piso, con la espalda apoyada en mi puerta, pensando en que puedo hacer.

Saco mi celular, quizás podría llamar a alguien, esta chica que conocí en clases, quizás me pueda acoger durante unas horas... o quizás debería simplemente llamar a Dan.

No. Se supone que estaría con su madre en algo... No puedo molestarlo justo ahora.

Guardo mi celular y me quejo en silencio dándome pequeños cabezazos en la puerta, quizás si remuevo mi pequeño cerebro salga alguna idea que me saque de esta situación.

Me quedo observando la puerta de enfrente. Los vecinos son 2 chicos universitarios al igual que yo- Según lo que me dijo mi hermano, ambos son muy fiesteros, pero en realidad, no he tenido la oportunidad de conocer a nadie aun, entre la mudanza y el inicio de las clases en la universidad, no he conocido a nadie del edificio aún.

Pero no necesito conocerlos para confirmar que son bastante fiesteros, en las 2 semanas que llevo aquí, ya han hecho al menos 5 fiestas, algunas incluso entre semana. Quizás por su ritmo de vida no me los he topado aun por el lugar.

Afortunadamente, los ventanales del departamento tienen una excelente aislación acústica, pero nuestros balcones están tan juntos, que hace unos días, mientras intentaba leer en mi balcón, no pude evitar escuchar sonidos de dudosa procedencia, me desconcentraron tanto que tuve que entrar y cerrar el ventanal para darles algo de privacidad.

Vamos, que están tan juntos que pareciera que en un paso podría pasar hasta el otro lado.

Como si una ampolleta se iluminara en mi cabeza, se me ocurre la mejor idea del mundo, podría intentar pasar desde el balcón del vecino.

Todas las mañanas antes de salir, dejamos el ventanal abierto para que entre aire fresco y ventilar un poco.

Estamos en el 4to piso, es un barrio seguro así que dudo mucho que alguien se atreva a subir desde el primer piso para intentarnos robar, así que lo hacemos todos los días, y hoy, no era la excepción.

Pasar de un balcón a otro no debería ser tan difícil.

Me pongo de pie y acomodo mi bolso en el hombro con todas mis cosas. Me toma unos 5 pasos cruzar el pasillo hasta llegar a la puerta de enfrente. No se escucha ningún ruido, quizás están en la universidad a esta hora aun, no pierdo nada con intentarlo.

Alzo la mano y toco el timbre.

Nada.

Hago un segundo intento con el mismo resultado.

Con un bufido de resignación, me giro para volver a sentarme junto a mi puerta a esperar algún milagro, pero antes que pueda dar un paso, escucho el sonido de la puerta abrirse.

21.- Enamorarse otra vez © [Libro 1 Bilogía 21 meses]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora