21.- Enamorarse otra vez © [Libro 1 Bilogía 21 meses]

Capítulo 19 Escenarios inexistentes

Nota: La canción de más arriba me inspiró la escena de la fogata.
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Axel

Solo nos tardamos 3 días en organizar las pequeñas vacaciones que planeamos con Isaac.

Con las chicas recién egresadas de la universidad y nuestra flexibilidad en cuanto a los horarios de trabajo no tenemos mayores inconvenientes en coincidir.

Lo que no me esperaba en absoluto, era que Aaron se sumara a nuestro grupito.

Estoy haciendo grandes esfuerzos por no empezar a odiar a Lucía ahora mismo, pero en realidad, ella no tiene la culpa, y tampoco debería enfadarme tanto, es solo que después de la visita a mi madre, he estado más cabreado que de costumbre.

Ni siquiera Martina y su nuevo hobbie por hornear pasteles, me ha logrado sacar una sonrisa decente.

Y eso que verla, con manchas de harina por la cara quejarse con frustración al verla sacar sus primeras galletas completamente duras del horno, fue algo de lo que me hubiese burlado durante días.

Pero me limité a sonreír levemente y animarla un poco para que no se rindiera.

Intenté ayudarla dándole consejos y finalmente logró hacer unas galletas medianamente comestibles.

El viernes por la tarde nos organizamos para irnos en mi auto y el Jeep de Isaac, Martina y yo guardamos las cosas en el auto que necesitaremos para las 2 semanas que nos quedaremos en la casa del lago.

Ella, al contrario de mí, está de un excelente humor.

Si no está hablando de lo que pretende hacer en estas pequeñas vacaciones, está tarareando alguna canción.

Llegamos hasta el edificio de Adriana e inmediatamente presiono el número 9 del ascensor. Martina me mira con extrañeza.

—No sabía que supieras en que piso vive Adriana — comenta.

—Emm... sí, ella y yo hemos pasado el rato algunas veces — respondo sin prestarle mucha atención.

—oh...

Martina no dice mucho más mientras subimos.

Salimos del ascensor y giro a mi izquierda para ir al departamento de Adriana.

Mientras esperamos que nos abra, Martina se apoya en la pared junto a la puerta, perdida en sus pensamientos.

—¿Pasa algo? — pregunto. Porque la conozco demasiado bien para saber que está dándole vueltas a algo.

—No... nada... yo solo...

Adriana la interrumpe cuando abre la puerta, nos recibe con mucha energía, me da un gran abrazo colgándose de mi cuello, mientras que a Martina la aprieta contra su cuerpo.

Quizás todo el mundo está de buen humor, excepto yo.

Entramos al departamento para ayudarla a sacar sus cosas, antes de salir, Martina pide a su amiga usar el baño y me deja a solas con ella durante unos minutos.

Yo sigo con la mirada a Martina y luego me concentro otra vez en mi celular.

—Puedo ver que no te emocionan muchos las vacaciones — pregunta Adriana con una sonrisa socarrona.

—No sé de qué hablas — respondo, malhumorado.

—Es obvio que la propuesta de Lucía de llevar a su hermano no te cayó muy bien.

—Adriana... deja ya eso. Estas equivocada y por favor no insistas más — le pido.

—¿Por qué te ves tan molesto entonces? — pregunta acercándose a mí y pasando las manos por mi cabello de forma cariñosa — ¿es por lo del otro día?