Axel
Despierto cuando un rayo de sol se cuela por la ventana de la sala de estar y me da directo en la cara, cubro mis ojos con una mano para evitar que me encandile al abrirlos.
El peso del cuerpo de Martina me sorprende antes de despertar del todo y luego poco a poco recuerdo la noche anterior.
Martina debe estar devastada, agacho un poco el cuello para mirarla y este se reciente de dolor, seguramente no fue una noche muy cómoda.
Pero al contrario de lo que pienso, Martina duerme cómodamente en mi pecho. En algún momento de la noche nos habíamos acomodado de tal forma que ella levantó sus piernas hasta mi regazo y se acomodó en la curva de mi cuello.
Su respiración me cosquillea debajo de la oreja, una sensación exquisita, que no debería estar sintiendo. Un suspiro se escapa de sus labios y balbucea algo que no logro entender, pero me paralizo cuando escucho mi nombre.
—mmm... Axel... — susurra. Luego vuelve a suspirar.
Intento moverme un poco, espero no despertarla, pero es inútil. Al mínimo movimiento Martina despierta con un sobresalto y me mira desorientada, poco a poco va recordando porque está ahí conmigo y no durmiendo en su cama.
Se levanta rápidamente, parece algo inquieta.
—Axel... yo... Gracias, por dejarme estar aquí, por consolarme y por... bueno, gracias por todo — dice ella con la voz ronca de recién despertada, evita mi mirada, al parecer está algo avergonzada.
—No hay nada que agradecerme — respondo de manera sincera. En alguna otra ocasión hubiera contestado con alguna propuesta indecente a modo de broma o algo parecido, pero sé que este no es el momento para eso, al menos, no ahora — ¿Quieres que te prepare un café?
Me mira confundida.
Sonrío al ver su rostro, tiene los ojos hinchados de tanto llorar, sus mejillas están sonrosadas y sus labios parecen más rojos que de costumbre, probablemente nunca la había visto tan maltrecha, pero no puedo evitar sonreír, por lo guapa que aún sigue siendo.
Si yo hubiese estado en el lugar de Daniel...
—No, gracias. Creo que iré a mi departamento — dice ella alisando arrugas invisibles en su ropa.
—¿Estás segura? — digo aun sentado en el sofá, quisiera acercarme — No me molesta que te quedes aquí hoy también, no tengo nada que hacer.
Eso no era 100% verdad. Tenía una cita con Alice, una chica que había conocido por una aplicación de citas para solteros, llevaba hablando unos días con ella y al fin, había decidido reunirse conmigo.
No me molestaría cancelar la cita si ella decidía quedarse, mujeres había miles. Martina, solo una.
—Sí — murmura mientras camina hacia la puerta — tengo que... hablar con Daniel. Hablamos después.
Me quedo observando un momento la puerta cerrada después de verla desaparecer. Siento lástima por ella, sé que no es un momento fácil el que está viviendo en este momento.
Lo sé porque ya he pasado por esto antes.
Me levanto del sofá y me dirijo a mi habitación, miro el reloj, quizás pueda dormir un poco más antes de ir a almorzar con Alice.
•••
Alice se ríe coquetamente de la broma que he dicho recién, me da una mirada intensa con sus impactantes ojos verdes, antes de volver a comer un poco del helado que ha pedido de postre.
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21.- Enamorarse otra vez © [Libro 1 Bilogía 21 meses]
Novela JuvenilLa vida de Martina Fares da un vuelco cuando se queda soltera después de 7 años de relación. Soltera a los 22, lejos de su familia y sin saber cómo tomar las riendas de su vida, escribe una lista con 21 propósitos que cumplir antes de volver a enam...