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Hyunjin.

Leía un libro en la sala del instituto nocturno. Era sobre una linda y trágica historia de amor. Finalmente me había librado de el ruidoso de mi hermano y mis amigos. Estaba apunto de pasar la hoja, cuando un grito alertó todo mis sentidos.

—¡Jinnie! —mire hacia el libro, había roto la página. Cerré el encuadernado con furia y bajé a grandes zancadas.

—¿No tienes que estudiar o algo? —le pregunté a Suni, molesto.

Ella hizo puchero.

—Me invitaron a una pijamada —sonrió emocionada.

Le devolví la sonrisa, pero ésta era sin humor.

—¿Crees que soy estúpido? —cuestioné de manera mordaz— No vas a ir.

Suni abrió su boca, pero luego la cerró.

—No vas a ir a Hell-club —sostuve, esa vez sonreí con satisfacción—. No vas a ir tras Seungmin, te lo prohíbo.

—Te dije que voy a una pijamada en casa de Musa —Suni chasqueo su lengua, observé su rostro para ver si decía la verdad.

—Está bien —fingí estar de acuerdo.

Suni sonrió satisfecha, sin más se fue con aires de victoria. Sabía que iba hacer caso omiso a mis palabras.

Dejé aun lado todos mis planes de la noche, para seguir a mi terca pero leal amiga. Sabía donde vivía la morena, así que no fue un problema ir tras de la pequeña gatita.

Me encontraba ocultó tras de un árbol, esperando la llegada de mi amiga. Estaba en territorio enemigo, así que lo mejor fue subir al árbol y esperar ahí. Suni llegó vestida con un pijama de gatitos... Tocó la puerta, la chica morena salió abrir. Casi me caigo de la pinche mata por tratar de observarla mejor. Suni no tardó mucho en entrar.

Estuve mucho tiempo esperando  ver los siguientes movimientos de Suni. Empezaba a aburrirme cuando vi que la puerta fue nuevamente abierta, Suni salió vestida con un vestido negro ajustado, a su lado estaban las otras dos chicas y detrás los dos chicos.

Gruñi.

Sabía muy bien a dónde iban, subí al auto que tomé prestado y llegué al club. Las filas estaban tan largas como siempre. Todos querían estar en el infierno.

—Joven Hwang —saludó el guardaespaldas de la entrada—. Su hermano está aquí.

Asentí dándole a entender de que estaba consciente.

Al entrar, el frío viento del lugar chocó contra mi cara. El olor a menta y alcohol inundó mi olfato. Evite a toda costa encontrarme con mi hermano y los idiotas de mis amigos. Veía a Joseph coquetear con mujeres mayores que él, a su lado Minho ofrecía rondas de tragos a su nombre. Seungmin tenía sentada en sus piernas a Nancy, una estudiante del instituto nocturno.

Me ubiqué en una de las mesas más apartadas y oscuras del lugar. No tardaron mucho en enviarme una chica a atenderme.

—Buenas noches, mi señor. —era una chica joven de cabello color fantasía, su vestuario era un brasier de cuero y una falda muy corta del mismo material. Los ojos de la chica eran rojos gracias a unos lentes de contacto.— ¿En que puedo servirle...? Puedo traerle y darle lo que sea... —la chica hizo el ademán de levantar su falda, pero antes de poder lograrlo la detuve.

—Quiero estar solo —solté de manera brusca—, y una botella del éxtasis más caro que tengas.

La chica entendió y enseguida fue por lo ordenado.
No era de mi agrado beber, pero en ese momento sentía que iba a necesitar unos cuantos sorbos de aquel líquido.

ZWILLINGE ©| +18| [Hwang Hyunjin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora