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Suni.

Años atrás...

Hyunjin y Joseph caminaban frente a mí, era mi primera misión fuera de Alemania y Corea. En alguna parte del mundo, en un bosque mohoso y húmedo, iba tomada de la mano de mi novio, Kim Seungmin.
Éramos un escuadrón pequeño, y ya habíamos eliminado a la mayoría de las criaturas que amenazaban la seguridad del pueblo más cercano.

—Alto —se detuvo Joseph. Un extenso círculo de sombras se formaron a nuestro alrededor. Hyunjin miró a su hermano y este le hizo una seña. El pelinegro sacó su arma.

Rápidamente desvaine mis espadas y esperaba con el corazón a mil que el enemigo apareciera. Cómo era de esperarse, nuestros oponentes hicieron acto de presencia. Las sombras que Joseph había creado fueron destruidas en un instante, miré al rubio quien aparentaba estar débil debido a las lesiones y heridas hechas en el combate anterior. Hyunjin cubría a su hermano, mientras que Seungmin recibía constantes ataques por parte de los adversarios. Por el rabillo del ojo puede ver la espada que venía hacia mí, al hacer una pirueta hacia atrás puede esquivarla a la perfección y empezar la lucha en contra de mis rivales.

Tras una larga lucha en dónde recibí constantes cortadas y golpes en costillas y rostro. Logré sobrevivir. Cojeando y sosteniendo mi abdomen con el brazo, me fui en búsqueda de mis hermanos y mi novio. Un montón de cadáveres de Exterminadores eras agrupados en pila por Joseph. La noche había caído y Hyunjin encendía una fogata. Al verme, el pelinegro me sonrió melancólico y le gritó a Joseph

—¡Me debes 100!

Joseph me miró boquiabierto.

—¡Estás bien, me alegro!... Pero ahora debo 100 —bufó para luego reír.

—¿Y Seungmin? —les pregunté.

Joseph me ignoró de una manera extraña y siguió apilando los cadáveres. Hyunjin miró hacia la carpa sin mucho ánimo. Intenté entrar corriendo al pequeño espacio, pero los brazos de Joseph me detuvieron.

—¡Debes calmarte! —me susurró al oído.

Las lágrimas salían solas de mis ojos. Un fuerte dolor se extendió por todo mi pecho, esperaba lo peor. Los brazos de Joseph se aflojaron y rápidamente entré a la carpa. Seungmin estaba mal herido, su rostro estaba bañado en sangre y su respiración era casi imperceptible.

—Ya los médicos vienen en camino... —interrumpí a Hyunjin.

—¡No! ¡Yo lo haré! —tomé una toalla y la mojé con agua potable y comencé a limpiar su rostro. Gracias al cielo toda la sangre acumulada era del enemigo. Quité con cuidado sus botas, medias y cada prenda que en esos momentos le apretarán. Hasta que llegó el turno de quitar el uniforme de combate que cubría la parte superior de su cuerpo. Cerca de su corazón estaba un gran hueco y un montón de sangre espesa y oscura sobresaliendo de él. Grité e intenté buscar refugio en algún lado, Joseph y Hyunjin se encontraban a mis espaldas. No dudaron ni un momento en refugiarme en sus brazos y sacarme de allí.
Pasaron unos minutos, Hyunjin se había quedado a mi lado, mientras Joseph cuidaba a Seungmin. El helicóptero del IEN aterrizó no tan lejos del campamento. En un instante los doctores entraron a la carpa. Hyunjin me seguía teniendo en sus brazos mientras yo sollozaba sin parar. Después de unos largos y terribles minutos, el doctor salió con Joseph. Puso la mano en su hombro y le dijo un par de cosas. Joseph se acercó a  nosotros, con solo ver sus ojos me desmorone.

—El doctor hizo todo lo posible para detener la hemorragia, pero sigue sangrando. Le han puesto varias bolsas de sangre... La herida en su pecho es mortal y el veneno es demasiado, tanto así que está pudriendo esa zona y se está extendiendo hacia los demás órganos. —Joseph tragó saliva y Hyunjin me sostuvo fuerte.

ZWILLINGE ©| +18| [Hwang Hyunjin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora