21

186 24 6
                                    

Musa.

Empezaba a abrir mis ojos, sentía como acariciaban mi mejilla... Podía ver un rostro, uno conocido ¿Hyunjin?... ¿Joseph?
El chico sonrió de manera perversa.

—Hueles muy rico -dijo riendo.

Intenté incorporarme pero la mano del chico me detuvo. Abrí mis ojos anonada era un Hyunjin o un Joseph, pero con el cabello rojo.

—¡Tú no eres ninguno de los Hwang! —exclamé aún sorprendida.

El chico borró su sonrisa.

—Ah, esos... —se levantó y peinó su cabello rojizo. Finalmente me puede sentar— Los Hwang les falta mucho para ser como yo.

Miré a mi alrededor, nos encontrábamos en algún depósito abandonado. Intentaba ver alguna salida o ventana que me ayudara a salir de ese lugar.

—No busques mucho, Madre no es tan estúpida. —el chico chasqueo su lengua.

—¿Quién eres? —le pregunté.

—Sam —respondió—, me llamo Sam...

El chico volvió a agacharse, pero esa vez invadiendo mi espacio personal. Colocó su mano en mi mejilla. Y acercó su rostro al mío.

—Hueles tan bien —susurró—. Eres la primera humana que llama tanto mi atención... Podría probarte y apostaría que eres una delicia, no lo dudo.

—¿Qué...? —Sam me interrumpió colocando sus labios sobre los míos. Creí que serían fríos, pero eran tan cálidos que envolvió mi rostro en una calentura.

Lo empujé.

Él sonrió.

—¿Qué le hiciste a mis amigas? —le pregunté molesta.

—Tranquila, están bien... —Sam comenzó a caminar hasta una mesa. Tomó una copa enorme de color negro y una piedra color negra.— ¿Crees que tus amigos vengan a rescatarte?

Me quedé callada.

Estaba segura que sí.

Sam escuchó unos gruñidos. Lo ví retirase rápidamente. Estaba rodeada por una clase de jaula de alambres. Había dejado la reja abierta, asomé mi rostro. Eran unas bestias, las mismas de la escuela.

Sam parecía decirles algo en un lenguaje desconocido. Volví a sentarme, el chico volvió con aires victorioso. Soltó una carcajada.

—Ven te pondré en un lugar más a salvo —me extendió su mano.

Lo miré con desconfianza.

¿Lugar a salvo? ¡Sí él fue quién me secuestró!

—Te llevaré a un lugar más tranquilo, con tus amigas... —terminé por aceptar y seguí a él chico de mala gana.

Él caminaba de manera elegante, a pesar de estar vestido como todo un pandillero, su personalidad me acordaba a un caprichoso adinerado que estudiaba conmigo.

El almacén era grande y oscuro las bombillas amarillas iluminaban muy poco el lugar, no veía ventanas ni tampoco alguna puerta aparte de las de la jaula de dónde había salido.

Sam hacía resonar sus botas militares con pisadas fuertes, y de vez en cuando soltaba suspiros exagerados.
Llegamos hasta una puerta de metal, el la abrió y me hizo la seña de que entrara, le hice caso. La puerta fue cerrada a mis espaldas, en un rincón se encontraban Luna y Suni; ambas al verme corrieron hasta mí para abrazarme.

—¿Estás bien? —preguntaron las dos al mismo tiempo.

Asentí con una débil sonrisa.

-—¡Debemos salir de aquí! —exclamé— ¿Ya han buscado algo que nos sirva de esta habitación? ¿Alguna arma...?

ZWILLINGE ©| +18| [Hwang Hyunjin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora