ᴥ Milán D'Amico:
—¿Estás bien cariño? —preguntó mamá.
Se sentó al borde de la cama y puso el almuerzo que traía para mí en el pequeño escritorio de mi habitación.
—Lo estoy, por... por supuesto ¿por qué lo preguntas?
—Te he notado algo distraída y pensante desde que volviste de la fábrica. Quería saber si todo estaba bien.
Estuve toda la noche pensando en tirarlo todo, en alejarme tal vez del trabajo; recordaba las palabras que el señor Caputo me dijo ayer, todo lo que insinuó y sobre todo la extraña propuesta de "bailar para él" que seguía pensando si era una maldita broma o no.
Aún no hallaba la respuesta, ni loca le iba a contar eso a mi madre. No quería echarnos la soga al cuello y hacer que papá perdiera su trabajo.
Pero tampoco pensaba en satisfacer las necesidades de ese señor...
¿Y qué hay de la mafia?
Esos tres hombres que golpearon a papá... Todo era un embrollo que me costaba resolver.
—A veces me cuesta adaptarme a los trabajos mamá, lo siento.
—Es normal princesa, es normal... todos pasamos por eso —Acarició un poco mi cabello—. Pero es momento de que te centres en algo hija, de que encuentres algo que hacer —Me miró con mucha tranquilidad—. Puedes ahorrar dinero y hacer tus cosas, cumplir todos esos sueños que guardas en tu cabecita.
Sonreí.
—Suele ser más complicado de lo que parece.
La imagen de Caputo rondaba en mi cabeza.
» No sé si el tema de la vigilancia o el estar completamente sola en una enorme fábrica esté jugando un poco con mi cabeza.
Intentaba persuadir para hacerle ver que el trabajo era malo, pero por dentro lo que quería era que me diera cierto apoyo moral de alejarme.
—Ayer estuve hablando con tu padre —Dejó de acariciarme el cabello—. Estamos pasando por un momento económico difícil.
—Lo sé mamá —interrumpí—. Es en lo único que pienso.
—No es solo por el accidente que tuvo ayer —respiró para pensar en lo siguiente que diría—. Creo que estamos a punto de perder la casa.
—¿La casa? —Abrí mis ojos en alerta— ¿Cómo es esto posible, no era nuestra?
—Sí bebé, pero tu padre la hipotecó hace muchos años —Dirigió su mirada a un pequeño cuadro de los tres colgados a la pared— Cuando ocurrió el accidente, todos los gastos eran muy caros; pude volver a caminar gracias al tratamiento que se me dio. No teníamos como costearlo, por lo que ambos decidimos hipotecar la casa.
—No tenía idea...
Me sentía bastante mal.
» ¿Cuánto falta para perderla?
—No lo sé cariño. Tu padre evita decirme esas cosas, pero no paran de llamarme del banco y esta mañana temprano recibí un correo avisando del desalojo si no pagábamos.
—Pero...
—Supongo que en cualquier momento pueden venir a sacarnos.
Lo que mencionaba mamá me conmovía mucho. Me sentaba muy mal ver a mis padres en esa condición, sobre todo la enorme carga emocional de ambos mientras yo había estado paseando por la ciudad con Boris tranquila de la vida.
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AMORE.
Romance¿Te has preguntado alguna vez qué pasaría si descubrieras que no viniste en soledad a esta vida? Si te enteraras que tu destino se entrelaza con alguien más, pero justo, es con alguien que hasta ahora pensabas no existía, al menos no en la vida real...