Cap. 23 ¿Verdad o Shot?

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Habíamos llegado a la antigua casa de mis padres, vinimos ha relajarnos y pasar un buen fin de semana. La casa cuenta con tres habitaciones, después de dejar mis cosas en la habitación de abajo, fui hasta el sofá de la sala, tome mi teléfono y empecé a jugar un rato, juego que ni entiendo. Voy avanzando y de la nada quedó sin tiempo y pierdo.

Isabella: ¡Mierda! - exhale, baje mi mano junto a mi teléfono, ya que estaba recostada o más bien acostada. Cuando lo hice parpadeé por lo que estaba viendo – ¿Williams? – pronuncie, él solo me observaba.

Nicolás: Anderson - simplemente pronunció mientras me miraba.

Ian: Nick ya estás aquí – dijo mientras llegaba a nosotros, Ian se rascó la nuca – creo que tendrán que compartir habitación – dijo y yo casi me atraganto con mi propia saliva – Bella no es para tanto solo.....

Nicolás: yo podría dormir incluso aquí en la sala.

Isabella: no, no es necesario – dije aún tosiendo.

Nicolás: no quiero causar problemas yo...

Ian: ya dijo que está bien.

Isabella: de verdad no hay problemas – dije levantándome y aún tosiendo, para ir a la cocina y tomar un vaso de agua.

La tarde transcurría y yo buscaba la manera de cómo evitar a Nicolás a pesar de que era imposible, las chicas y yo colocábamos las cosas en la sala y por supuesto las bebidas, se supone hoy nos vamos a divertir y mucho.

Mónica: solo faltan los platos.

Isabella: yo voy por ellos – dije para dirigirme a la cocina, fui hasta los estantes y empecé abrirlos todos y no los encontraba – ¿donde están? – pregunté para mi misma, miré los estantes de arriba, y ¡mierda! Tendré que buscar algo en qué subirme – ¿qué idiota coloco los platos hasta allá arriba? – dije con las manos en mi cintura.

Nicolás: ¿Alguien más grande que tú? – me pregunto casi llegando donde mi, con las manos metidas en sus bolsillos delanteros, se ve tan guapo en esa posición, cabe destacar de que lleva una camisa blanca, con los primeros botones desabotonados, y las mangas hasta los codos ¡Dios! Yo no hacía más que verlo – ¿te ayudo? – preguntó mirándome y luego al estante, él volvió su mirada a mi y levantó las cejas esperando respuesta de mi parte.

Isabella: he si..... – le respondí casi en un susurro, él se acercó y yo me alejé un poco para que tenga más acceso a los platos, él se acercó al estante y tomo los platos y los coloco en la isla (o meseta) de la cocina – Gracias – le agradecí casi en un susurro. Él me observaba detalladamente y yo por mi parte tomé los platos y los llevé hasta la sala, escapando como toda una cobarde – aquí están los platos.

Jade: entonces ya todo está listo.

Mónica: bien chicas, a mover los traseros – todas reímos.

(...)

Estaba terminado de vestirme opté por algo sencillo la verdad.

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Amor y Sufrimiento #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora