Él draakoniano frunció el ceño mirando la pantalla holográfica, sus ojos leyendo las palabras expuestas allí, en tanto estaba pendiente de las cosas que hacía el humano curioso, cuidando que no se dañase. Jungkook no quería que Suh-sahn lo regañara porque él macho humano se había echado a perder.
— Oye, Jungkook. — dijo Michael, llamándolo. — ¡Jungkook, mira!
Él alienígena suspiró y miró a su amigo humano, antes de sentir algo impactar de lleno contra su cara. Parpadeó sorprendido, mirando a Michael y luego a la cosa que le habían lanzado.
No... Ese humano...
— ¿Me lanzaste ese parásito asqueroso a la cara, Mai-kl? — preguntó Jungkook como si lo creyera posible.
Michael sonrió con petulancia. — Te lo mereces por no dejarme dormir esta mañana, me despertaste y te aseguraste de que no me durmiese. Sabías que estaba despierto, ¡Fuiste a verificar que estuviera despierto! — sí, Jungkook había ido, pero solo porque quería asegurarse de que él humano siguiese vivo y no se le hubiese olvidado como respirar. Es que, desde el punto de vista del alienígena, ese macho humano era tan tonto como un Glikart. — ¡Y aun así no te detuviste a pensar en mí e hiciste tus cosas sucias con Susan! — se quejó.
— Voy a matarte. — gruñó Jungkook, limpiando su cara y pateando aquel parásito que se usaba para fines sexuales entre algunas especies.
— Me pregunto qué dirá Susan cuando se entere que tuviste una polla alienígena en la cara. — se burló Michael, sonriendo con malicia.
Jungkook gruñó.
[Matar al humano. ¡Yo no soporto!], ordenó su dragón, quejándose. Jungkook pensó muy seriamente en obedecerlo a pesar de que Mai-kl era su amigo.
¡Él macho humano le había lanzado un parasito sexual a la cara! Nunca nadie había hecho eso antes, no si querían vivir, y para suerte de todos, la mayoría quería vivir. Tal vez Mai-kl no tenía su sentido del peligro activado o, por el contrario, tenía impulsos suicidas. Sea lo que fuere, Jungkook le iba a dar un buen susto a Mai-kl.
Jungkook soltó un rugido. — Más te vale correr, molesto macho humano. — siseó, aparentando estar furioso, antes de transformarse en su forma de batalla.
Michael tragó en seco y se puso pálido. — ¡Mieeeeeeerda! — gritó, corriendo.
Jungkook soplo humo desde sus fosas nasales, persiguiéndolo, pareciendo un gato cazando un ratón.
[...]
Susan frunció el ceño tras sentir un ligero temblor en la tierra, seguido del grito asustado de Michael. Ella y Camille se miraron, antes de salir. La chica ahogó un gemido de terror puro.
Allí, persiguiendo a Michael, se encontraba un dragón rojo con matices dorados que brillaban a la luz del sol. La bestia era enorme, más grande que incluso los árboles. Sus alas estaban escondidas en su espalda, en tanto se movía con sus enormes patas por el lugar, tal cual felino, en tanto hacía retumbar la tierra con cada pisada, su cola larga, llena de picos desde la punta hasta el inicio de sus alas, ondeaba de un lado a otro como la cola de un gato. En su cabeza, unos cuernos se encontraban presentes, en tanto su pecho parecía estar hecho de un extraño material.
Era como los dragones de los cuentos. Enorme, feroz y malditamente enojado.
— ¡¿Qué mierda, Michael?! ¡¿Dónde está Jungkook?! — gritó Susan, aterrada.
Michael corrió hacía ella, apuntando al dragón. — ¡Allí esta Jungkook!
— ¡¿Se lo comió?! — gritó Camilla, aterrada.
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DRAAKON |JJK| (#1)
Ficción General¿Podrán dos diferentes especies abandonar todo lo que conocen y entregarse al amor o se perderán en el intento?