Cuando llegó en el aeropuerto vio a César hablando en su móvil mientras miraba por la enorme ventana con una de las manos en el bolsillo, llevaba un traje de color azul y gafas de sol. Mariana supo que tendría que conformarse con el hecho de que sentiría ganas de dejarlo desnudo cada vez que lo encontraba porqué hacía ya una semana que estaba trabajando con él y este calor no la dejaba en paz. Se acercó a ella aún con el celular pegado en el oído, soltaba una carcajada que la hizo estremecer y la saludó con un movimiento de cabeza, ella solamente sonrió tímida esperando la joven revisar su boleto.- También te voy a extrañar, mi vida. -Lo escuchó decir. -No te preocupes que lo primero que voy hacer cuando llegue es hablarte.Te quiero, amor.
Mariana desvió la mirada cuando César cerró la llamada y hizo una señal para entraren juntos en el avión. No era la primera vez que viajaba en primera clase pero esta vez era distinto porqué parecía un avión privado, con excepción que había más personas ahí y por suerte -o no- estaban sentados uno al lado del otro. No tardó en que sirviera un vaso de whisky a César y un água a Mariana, esta totalmente nerviosa por la cercanía, él estaba con la mirada perdida en la pequeña ventana parecía pensativo que incluso se olvidó de retirar las gafas que llevaba puesto. Parecía estar preocupado con algo que ella no sabía que era pero tenía curiosidad, pensaba en la persona con quién hablaba hace unos minutos, obviamente sería una de sus mujeres o incluso una novia... Estos pensamientos desaparecieron cuando el avión empezó a caminar por la enorme pista preparando para el vuelo, por más que intentase no lograba ocultar lo mucho que se quedaba nerviosa todas las veces que subía en uno.
- ¿Pasa algo? -Preguntó notando cómo jugaba con las manos ansiosa y respiraba pesadamente.
- Nada. -Sonrió pero sin convencerlo.
- Tienes miedo. -Constató mientras estendía el vaso de la bebida hacía ella. -Tómate un trago y te va pasar deprisa.
- Gracias pero no es necesario. -Recusó recordando qué había pasado la última vez que le ofreció un whisky. -Es que estoy un poco tensa pero sólo al principio.
- Eso es más seguro que cualquier otro transporte. -La tomó de la mano y una corriente eléctrica paseó por el cuerpo de ambos. -Relájate y cierra los ojos.
Así lo hizo soltando el aire de los pulmones sintiendo la enorme mano pegada a la suya transmitiendo una sensación buena de calor, el pulgar jugaba con su dorso en circulos hasta que todo se calmó y el efecto de la pastilla que tomó antes de salir de casa no tardó en aparecer, así que César se asustó cuando Mariana apoyó la cabeza en su hombro completamente dormida. La sensación lo sorprendió causándole risas, embriagándose con el perfume del pelo lo hizo cerrar los ojos también por un rato.
Horas después llegaron a una enorme casa que casi dejó Mariana con el mentón en el suelo. El motorista dejó sus cosas en la habitación de huéspedes y una ama de llaves llamaba Blanca le enseñó un poco del lugar. Todo parecía un palacio y en pocos minutos estaba sola, aprovechó para tomar un baño porqué anoche tendrían una cena de negocios.
- Aún no he averiguado nada. -Dijo con la voz baja.
- ¿Sabes que tenemos una fecha para cerrar este caso, verdad? - Alex estaba impaciente al otro lado de la línea.
- Mucho más que tú. -Puso los ojos en blanco. -No necesito que me digas cómo hacer mi trabajo, estoy atenta a todo, no te preocupes.
- Espero que no te distraigas con eso, Toledo. ¡Adiós!
Mariana lanzó el móvil en la cama para cambiar de ropa, César había dejado que utilizara la biblioteca como un escritorio con computadora y todo lo que necesitaba para trabajar desde lejos aunque no eran muchas cosas que tenía que hacer, pero quizás ahí encontraría algún documento que le ayudase.
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La Inspectora
ChickLitElla necesita infiltrarse y utilizar todo su poder de seducción para descubrir lo qué hay de tan ilícito en Royal Paradise, el casino del milionário César Lazcano. Parecía algo sencillo para una mujer que ya había hecho cosas así otras veces pero no...