16

1 0 0
                                    


—¡¡¡AAAAAHHHHH!!! —grité en cuanto el carrito de la montaña rusa en donde yo iba bajó con tanta intensidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡¡¡AAAAAHHHHH!!! —grité en cuanto el carrito de la montaña rusa en donde yo iba bajó con tanta intensidad.

Papá rió.

Esa era la parte final de la montaña rusa y bajamos de el carrito.

—¿A cuál vamos ahora? —me preguntó.

—Tengo hambre, aparte necesito un descanso de esa bajada mortal.

—Vamos a esa montaña rusa —señaló una que daba miles de vueltas y tenía miles de bajadas.

—¡¡No!! Si a penas si aguanto esta ¿cómo piensas que no salga muerta de esa montaña rusa? —pregunté con incredulidad.

—Ni que la montaña rusa fuera un asesino en serie o algo así, no seas ridícula, Arlet.

—¿Ridícula? —abrí los ojos como platos y lo señalé— Tú definitivamente podrías aguantar cualquier cosa pero yo no, y sigo teniendo hambre, quiero una hamburguesa.

—Está bien.

Caminamos hacia un restaurante dentro de ese parque de atracciones gigante y yo pedí tres hamburguesas.

No me juzguen, tenía hambre y esa maldita montaña rusa a la que me acababa de subir no ayudó en nada.

Terminamos de comer y vi un peluche de un cerdito rosa súper bonito. Le dije a mi padre que me lo comprara.

Nos sentamos en una banca y aprecié mi nuevo peluche.

—Gracias, papá.

—De nada.

Algunas personas podrían decir que yo ya era mayor de edad y no debía de estar pidiendo cosas a mi padre pero viví gran parte mi vida sin él y pasar tiempo juntos me hacía bien porque superaba los recuerdos atormentadores de cuando era niña. Así que si me decían que yo era infantil en la cara juro que les mataba con mis propias manos.

————————————————————————————

Nunca lo había pensado, pero al final, obtuve un "felices para siempre".

En esos dos meses sufrí, lloré, escapé, me enamoré, maté, vi la realidad y más.

Estaba feliz con esta "nueva vida", me sentía feliz.

A veces me ponía a pensar en qué hubiera pasado si nunca me hubieran secuestrado en primer lugar. ¿Me habría dado cuenta de todas las mentiras que me decían?

Me liberaron de alguien que ni siquiera me quería y agradecía por eso.

Y me trajeron a el lugar donde todo empezó, donde todo debió de pasar, donde todo debió de terminar.

Me trajeron al lugar donde pertenezco. 


FIN. 

Siempre Existió © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora