I. Prologo.

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30 de octubre 2018.
Londres, 9:30 a.m.

El timbre anunció el inicio de la jornada escolar. Los jóvenes universitarios caminaban hacia sus respectivas aulas entre quejas, charlas y uno que otro con una resaca de la noche pasada.

Era un lunes por la mañana, y Liam Payne ingresó en el aula de historia de la filosofía para su clase con el profesor Tomlinson. Al final del lugar, con la cabeza sobre la mesa su mejor amigo parecía dormir una buena siesta. Quizás se debía a la larga noche que pasaron jugando videojuegos en línea y burlándose del otro por ganarle.

Al acercarse, se dio cuenta que Niall Horan presumía un par de bolsas oscuras bajo sus parpados, su boca estaba un poco abierta y baba se filtraba por ella hasta la madera de la mesa que compartían. Miro la mesa al frente de la suya, y no entro nada. Seguro su otro amigo; Harry Styles, debía estar llegando tarde, o en la máquina expendedora.

—Hey—pico el hombro de su rubio amigo, este solo hizo una mueca y un leve ronquido salió de su boca. Liam río divertido al ver como los labios de este se intentaban cerrar alrededor de algo que claramente no estaba ahí—Sucio Horan.

—Buenos días, alumnos. Inicio de semana y a empezar con toda la actitud.

El profesor Tomlinson entró con esa sonrisa de mierda que siempre les daba segundos antes de hacer una maldad. Habían descubierto que al hombre le encantaba torturarlos.

—Hoy hablaremos sobre...

Un Harry agitado entró en el aula, llevando en su mano derecha una gaseosa y en la izquierda una barra de chocolate amargo. Los ojos azules del profesor se posaron sobre su joven estudiante y suspiro resignado.

—Nuevamente tarde, Styles. Esta vez, ¿Cuál es el pretexto?

Liam hizo una mueca cuando vio la sonrisa de su amigo a través de todavía su exaltado estado. Desde que entraron a la facultad de filosofía, Harry tuvo un flechazo con el profesor de historia de la filosofía. Y esto no era un secreto que se diga, se encargó de hacerlo saber hasta al director. Pero no lo consideraban una amenaza sabiendo que Harry era, hasta cierto punto, educado.

—Me quedé dormido soñando con usted, señor perfecto.

Bueno, a veces era educado y prudente...otras no.

El salón entero explotó en risas mientras el docente roda a los ojos, aun así, una sonrisa se formó en sus labios sellados y negó con la cabeza.

—Ya ve a ti lugar, niño, y déjame dar la clase.

—A sus órdenes.

Entro trotando con una mirada de superioridad, fue a sentarse a su lugar, no sin antes guiñarle un ojo a Liam y dejarle el chocolate.

—Liam—llamo Tomlinson—Despierta a Horan, esto vendrá en el examen.

Asintió, sacudiendo más fuerte a su amigo, Niall se quejó fuerte intentando empujar lo que molestaba su sueño. Al final Liam pudo despertarlo y el rubio brinco a la par que limpiaba su saliva y sus ojos azules se posaban sobre el maestro cruzado de brazos.

—Buenos días, Horan. ¿Listo?

—Si, señor.

—Bien, hoy hablaremos sobre la teoría de las ideas como dualismo ontológico.

Niall intentaba no dormirse en la explicación del maestro, pellizcando su brazo, pero solo eran caricias de las que Liam se reía disimuladamente. Mientras Harry hacia apuntes entre tragos a su Coca-Cola.

Observo como había otros alumnos intentando comprender la explicación, otros en sus celulares y también estaban aquellos que murmuraban entre ellos. De repente, una notificación cayó en su celular, pero no fue el único.

No Digas Su NombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora