V. Luxuria

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"siete cosas detesta Yahvé y siete aborrece con toda el alma".

Nos diste un buen susto, idiota.

Niall había golpeado amistosamente el hombro de su amigo castaño, antes de salir de la habitación para buscar algo que beber. Liam ríe sobando el área afectada. Harry y él se acomodaron sobre la cama en su habitación después de salir de clases.

Cuando despertó en enfermería, Liam se encontró a la enfermera Clea acercándose para revisarlo. Ella le pidió, más bien le ordeno, quedarse descansando por un rato más. Al menos, hasta estar seguros de que cualquier malestar lo abandonara por completo. Al finalizar clases, Harry y Niall entraron a enfermería para llevarlo a casa, con la orden por escrito de la enfermera de ir a consulta y hacerse estudios clínicos. Fue como antes de ir a descansar, Payne paso por la clínica para un estudio de sangre, mismo que estaría dentro de algunas horas; cinco de la tarde en punto, para ser exactos.

Era alrededor de la una de la tarde con veinte minutos cuando por fin llegaron al departamento. Solitario y en silencio como Payne lo dejo esa mañana antes de irse a clases. Supuso que Ian debió irse a casa de algún "amigo", como usualmente lo hace cada dos días.

Palabras dichas por su compañero; Ian Wood, la noche de la fiesta. Minutos antes de salir abrazando por los hombros a un chico más bajo y de mirada bañada en embriaguez.

—Debe ser anemia—opino Harry, acostado sobre su cama usando su celular—Debe ser por la escuela, es normal que te estreses y no estes comiendo bien.

—Posiblemente—Liam balbuceo a su lado—Sin embargo, me siento mucho mejor.

Styles dejo lo que hacía para prestarle atención. Se escuchaba a Horan maldecir en la cocina removiendo cosas. Liam seguía acostado viendo el techo como si fuera lo más interesante en este mundo. Así que, el de ojos verdes divago la mirada en la habitación.

—¿Qué es eso? —señala sobre el buro de Liam. Este último se inclina en sus codos y mira lo que su amigo señala con el dedo—No sabía que te gustaban este tipo de cosas.

Se movió al final del colchón y tomo el pesado medallón, lo analizo dándole vueltas y tallando con la yema de su dedo pulgar.

—¿Dónde lo conseguiste?

—¡Mierda! —interrumpe Niall entrando en la habitación, con un gesto de asco en su rostro y tres latas de refresco en las manos. Cerró la puerta a sus espaldas y se acercó hasta ellos—¿Qué diablos se pudrió en tu casa, Liam? Apesta como si un animal se hubiera muerto aquí dentro.

Los otros se alzaron para aspirar el aire, pero no encontraron un olor como el que su amigo estaba describiendo.

—Debes ser tú, imbécil—Harry ríe por la burla a su amigo y toma la lata que este le extiende—Quizás viene de la habitación de Ian. Él no es de limpiar mucho, así que...

—Cambiando de tema—el rubio aleja el tema del olor—Ya cuéntanos como te fue dentro de la casa.

Insistía mucho en ello, y Liam tomo eso como la pista mas clara en que ellos se miraban demasiado sospechosos...porque claramente sabían lo que paso, ellos habían estado esa noche en la mansión viéndolo todo. Intentando asustarlo y haciendo que se desmayara en el proceso.

—Son unos imbéciles, les dije que nada raro pasaría—para su deleite, vio como las sonrisas orgullosas de sus amigos desaparecían lentamente—Jamás apareció nadie para darme un trato, no hubo nada extraño...más que el susto que intentaron darme ustedes dos, par de animales.

—¿Nosotros?

—Si, ustedes. ¿Dirán que no salieron de la fiesta para irme a intentar asustar? —cruza sus brazos—Son malos amigos, me dejaron tirado toda la noche ahí.

No Digas Su NombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora