No Digas Su Nombre

XVII. Prometo no mentir.

El gran salón está repleto de personas con trajes y hermosos vestidos pomposos, danzando alrededor del lugar con el sonido de la orquesta tocado. Liam apenas puede escuchar alguna voz, pero las escandalosas carcajadas atraen su atención, cerca suyo, un pequeño grupo se amontona alrededor de una persona, todos con copas en mano y la hipocresía en sus rostros.

De entre ellos, la presencia del apuesto anfitrión emerge y sonríe para él, acercándose como un depredador a su próxima presa. Con ese porte y elegancia que solo se puede nacer con ello. No comprende que está pasando, pero ver nuevamente al detective provoca que falle su respiración y olvide cualquier raciocinio. Verlo solo provoca una felicidad enorme, un alivio y un sentimiento mucho más profundo.

—¡Zayn, querido! —es llamado nuevamente, una hermosa dama rozando los cincuenta años que forma parte de esa multitud que lo rodeaba intenta que vuelva—No nos has terminado de contar sobre esa nueva historia tuya.

—Me temo que tendrá que ser en otro momento, mi querida Irma—sonríe apenado a la rubia dama—Prometí a mi querido amigo prestarle algunos libros que traje de Liverpool. Pero volveré con ustedes en un segundo.

Ofreciendo una ultima sonrisa, Zayn se acerca a su joven amigo y con una mano en su espalda lo ínsita a dejar la fiesta y seguir su camino por los pasillos de la segunda planta. Hay menos luz que abajo, pues las lámparas de la planta baja son mas tenues, hay muchas habitaciones, pero Zayn Malik abre la puerta de su biblioteca personal y apenas cierra la puerta cuando toma por la cintura a Liam y lo besa como si el mundo estuviera acabando.

Las manos del pianista se mueven a la nuca del azabache, su pecho golpea con el contrario y aquellas manos llenas de talento se posicionan sobre su cintura.

—¿Zayn? —susurra su nombre, todavía no puede creerlo, incluso cuando sus manos han subido y tocan el rostro varonil del hombre que le sonríe. Siente en la yema de sus dedos la aspereza de la barba en sus mejillas, el borde de cada lugar, la calidez y lo frio—¿Estoy soñando?

Escucha su respiración, hay latidos contra su piel y calor en su cuerpo. Sonríe con ternura y ladea el rostro para besar esos pequeños dedos con adoración.

Hay algo pesado entre ellos, una necesidad y una obsesión tan oscura como la noche. Una intensidad en el toque de Malik sobre su cuerpo, subiendo a su rostro y acercando este para otro beso profundo.

—Entonces, también estoy teniendo un sueño, cariño—susurra sobre sus húmedos labios, tomando entre sus dientes el inferior. Una gran sonrisa coqueta se forma en sus labios—El mejor maldito sueño de mi vida. Tenerte entre mis brazos es un pecado, uno bastante aberrante, pero no existe nadie superior a mi que se atreva a juzgarnos.

Hace su camino de besos desde su boca, por las mejilla y mandíbula, hasta el cuello donde se entretiene un buen momento. Incita a su joven amante para caminar de espaldas, solo confiando en él, empujándose ambos sobre el sillón largo de tapiz rojo.

Liam gime con el gran cuerpo sobe el suyo, disfrutando de las caricias sobre su cuello, abrazando a Zayn por los hombros. Su rostro esta de lado cuando sus ojos se entreabren y lo primero que captan son un rastro de espeso liquido rojo manchando el piso de madera. Todo se vuelve confuso y lejano, siguiendo ese rastro todavía tibio, encontrando mas y mas sangre esparcida, manchando parte del escritorio que se encontraba ahí, así como parte de un librero y algunos cojines tirados. Su respiración comienza acelerarse, su boca apenas hace algunos ruidos pesados, Zayn parece no saber que ocurría en ese momento. Así que, pronto Liam se encontró viendo directamente los ojos de la mujer inclinada sobre el escritorio con una pluma incrustada en el cuello, sus uñas se clavaron sobre la ropa de Malik y lo escucho jadear.