𝟏𝟕 - 𝐏𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐚𝐝𝐚

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-¿Po? ¿Qué estás haciendo?

El panda saltó atónito y corrió hacia la salida del restaurante.

-¿Qué opinas? - Respondió a la pregunta de Manits - No tiene permitido ir allí y si hay un pájaro azul peligroso esperándolo con un ejército, entonces tienes que hacer algo al respecto.

-¿De verdad crees que es prudente? - Víbora dudó - Déjalo en manos de los hunos. Después de todo, Xiang escapó de su prisión.

-Y por cierto - agregó Mono - No le agradaría encontrarte allí.

Los ojos de Po se entrecerraron - Puede que sea cierto, pero tengo que ir allí.

-¿Por qué? - Tigresa lo presionó - ¿Solo porque crees que tienes que compensarle algo? No fue tu culpa.

El panda se hundió en los hombros. Con un golpe, se sentó en el suelo y miró fijamente al frente.

-Si puedo interrumpir por un momento - dijo Wang - Personalmente, no me importaría tener al guerrero dragón a mi lado.

Le dio a Po una camaradería palmada en el hombro - Conozco a Xiang más de lo que piensas. Su familia no se había llevado bien con nosotros. Después de todo, hemos sido vecinos durante generaciones, su padre murió bastante temprano y su madre, era hermosa y muy controlada. Habíamos la menor cantidad de problemas con ella cuando se apoderó de la ciudad de su marido, pero desapareció en circunstancias misteriosas. Nunca supiste qué fue de ella, Xiang todavía era un adolescente cuando sucedió en el trono .

-En este caso, entonces es un trato hecho - interrumpió Po y se puso de pie.

-Entonces iremos contigo - dijo Mono resueltamente.

-¿Viniendo conmigo? - La boca de Po permaneció abierta - No tienes que hacer eso.

-Po, esto no se trata solo de un duelo - le instruyó Tigresa con decisión - Necesitarás refuerzos.

Po le dio a Wang una mirada inquisitiva, el líder se encogió de hombros - No me importa.

Un poco agitado, Po se balanceó de una pierna a la otra - Bueno, entonces. ¡Vamos!

-¡Po! - El Sr. Ping lo llamó desde el restaurante - ¡Te empacaré algo de comer!

-Shifu tiene que saberlo - añadió Mantis.

-Yo haré eso - se ofreció Grulla.

-¡Aquí, Po! - Inmediatamente, el Sr. Ping corrió hacia él con una mochila de peluche - Esto debería ser suficiente para los próximos días y cuídate bien.

-Lo haré, papá - Se abrazaron.

En ese momento, la reputación del rey Wang los distrajo.

-¡Espera un momento!

Todos miraron al rey Wang, que se había detenido junto a un pequeño quiosco.

-¿Es esta una tienda de artículos para fans de El Guerrero Dragón? - Preguntó.

El cerdo, dueño del establo, asintió - Uh, sí.

-¡Compro todo!

La mandíbula del cerdo casi se cae - Este será el negocio de mi vida.

𝐋𝐚 𝐮́𝐥𝐭𝐢𝐦𝐚 𝐕𝐢𝐜𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora