𝐋𝐚 𝐮́𝐥𝐭𝐢𝐦𝐚 𝐕𝐢𝐜𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚

𝟏𝟑 - 𝐄𝐧 𝐫𝐮𝐢𝐧𝐚𝐬

-¡Maestro Shen! ¡Maestro! ¡Maestro!

Shen parpadeó, solo que ahora sintió cómo se estaba congelando. Se puso de pie, temblando. Estaba tirado en el suelo, a su alrededor solo rocas sucias. Rocío caía sobre sus plumas. El señor gimió, le dolía terriblemente la cabeza. Miró a su alrededor, el sol aún no había salido, pero el cielo ya se estaba iluminando un poco.

Su mirada vagó hacia abajo. Su túnica estaba parcialmente cubierta de tierra y un poco rozada.

-¡Maestro Shen!

El escuchó, una voz solitaria en las montañas llamó su nombre ¿O simplemente lo estaba imaginando?

Cuando la voz siguió llamándolo, tuvo que llegar a la conclusión de que no estaba soñando. Y con eso, todos los demás recuerdos terribles volvieron.

-¡Maestro!

El pavo real blanco miró hacia arriba cuando vio movimiento en un camino estrecho.

Era Ling, la ovejita. El sobrino nieto de la adivina.

Con un profundo suspiro, el señor quiso darse la vuelta, pero tan pronto como la oveja lo vio, corrió directamente hacia él.

-¡Maestro! ¡Mi señor! ¡Finalmente te encontré!

-¿Qué quieres, Ling? - Shen no tenía ganas de hablar con nadie en absoluto - Déjame en paz.

-¡Pero maestro! Algo terrible pasó.

El señor miró hacia abajo - ¿Cuan malo puede ser?

El pavo real no esperaba que la muerte de sus hijos pudiera ser superada en absoluto, pero lo que Ling soltó fue incluso demasiado.

-¡La ciudad fue atacada! - Ling jadeó sin aliento.

Shen inicialmente pensó que había escuchado mal y pidió que se repitiera - ¿Qué?

-¡Fue atacada! No pudimos detenerlos y ... - La oveja apenas se atrevió a hablar - Su esposa e hijos han desaparecido.

Ling no llegó a mencionar la desaparición de su tía abuela. Porque en el momento siguiente, el señor saltó sobre él y se alejó a toda velocidad.

»»————————-««

El sol estaba arrojando sus primeros rayos sobre las montañas cuando Shen finalmente llegó a la ciudad. Los rayos de la mañana parecían querer mostrarle claramente lo que le esperaba y lo que vio lo dejó sin aliento.

Montones de humo se elevaron por todas partes sobre Yin Yan. Los incendios se apagaron, pero eso no pudo reparar el daño. Aun así, el daño no pareció ser tan inmenso. Los atacantes no tenían la intención ni el tiempo de dejar todo en escombros y cenizas. El señor ignoró lo que estaba sucediendo a su alrededor, solo un pensamiento lo preocupaba. Tan rápido como pudo, se dirigió al palacio. No estaba tan dañado como la ciudad, pero las reparaciones llevarían mucho tiempo para que todo volviera a su estado original.

La muralla de la ciudad y la muralla del palacio tenían agujeros en algunos lugares. Pero a Shen no le importaba en absoluto, tan pronto como llegó al patio de armas, Xinxin corrió hacia él.

-¡Oh mi señor!

La zorra gris se arrojó con nostalgia frente a él.

-¿Que pasó aquí? - Shen preguntó de inmediato.

-¿Que pasó aquí? - Shen preguntó de inmediato.

-Fuimos atacados - dijo Xinxin - Las armas en la pared no funcionaron, el palacio fue asaltado y ...

-¿Quién fue? - Shen quiso saberlo de inmediato.

La zorra gris escondió su rostro entre sus manos - Reconocí al intruso de inmediato, pero lo que dejó como mensaje fue mucho peor.

Se levantó y agarró a Shen del brazo, lo que solo asustó al señor aún más. Por lo general, Xinxin era alguien con decencia, pero eso también era demasiado para ella, y solo pronunció un nombre - Xiang.

El rostro de Shen se congeló hasta morir. Ella no podía decir lo que estaba en su mente, se apartó de ella y cruzó la plaza unos pasos.

La zorra gris lo miró con pesar desde atrás.

-¿A dónde los llevaron?

Las monótonas palabras de Shen la dejaron paralizada - Señor, es imposible para usted que pueda allí ...

-¡¿DÓNDE?!

Shen gritó tan fuerte y golpeó el suelo con el puño de modo que las losas de piedra debajo de él se agrietaron y se rompieron en un amplio radio.

Xinxin tragó saliva - La ciudad de Gongmen.

✧･ﾟ: ✧･ﾟ:  -  :･ﾟ✧:･ﾟ✧

Hasta ahora me doy cuenta de que ya traducí todos los capítulos y solo me falta editarlos...