𝟑𝟏 - 𝐃𝐨𝐥𝐨𝐫 𝐬𝐨𝐥𝐢𝐭𝐚𝐫𝐢𝐨

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Estaba oscuro en el sótano, excepto algunas antorchas encendidas. Tal vez fue un poco frío, pero no demasiado frío. No había nada en esta bóveda, solo una camilla con una figura envuelta en vendajes. Una y otra vez, la forma quemada del pavo real dejaba escapar un suave gemido de dolor.

No durmió, estaba constantemente acosado por el dolor que asolaba su cuerpo quemado. Le dolía terriblemente la garganta, probablemente fue alcanzado allí por un proyectil explosivo.

Trató de levantarse, pero unas cuerdas lo sujetaron a la camilla. También le vendaron los ojos para que no pudiera ver nada.

Levantó la cabeza, pasos se arrastraron por el duro suelo del sótano, acercándose lentamente a él. El pavo real volvió la cabeza hacia un lado. En vano, intentó quitarse la venda de los ojos. Luego, los pasos se quedaron en silencio junto a él.

El pauso, no podía hablar.

De repente le cubrieron con una manta, una mano tocó su cabeza, convulsionó y respiró más fuerte. Alguien le apartó las vendas de los hombros, por un momento hizo un frío incómodo. El extraño a su lado abrió una botella y vertió algo sobre los cortes.

-Esto curará mejor tus heridas - dijo la adivina con voz tranquila.

Xiang trató de evitarla, pero las cuerdas lo sujetaron con fuerza, él apartó la cabeza de ella. Cuando le tocó el brazo, forzó el aire a salir de sus pulmones dañados.

La cabra sintió su disgusto por ells y lo soltó de nuevo. Perdida, dejó que su mirada se posara en él. No podía explicar de dónde sacaba el pájaro su poder, le resultaba casi imposible seguir moviéndose. Pero se aferró a la vida. Sin costo alguno, quería morir.

Suspirando, empujó la manta más arriba sobre su cuerpo - Los médicos dicen que tienes una oportunidad.

Hizo una pausa por un momento antes de continuar - Tu ex esposa tampoco está enojada contigo.

El ex pavo real azul se detuvo por un momento, luego dejó escapar un bufido indiferente, seguido de cerca por un estremecimiento que dominó su cuerpo como una marioneta indefensa. Xiang intentó contrarrestar esto hundiéndose en la camilla, al menos acostarse le ayudó a reducir un poco la tensión muscular.

La cabra raspó el suelo con su bastón.

-Hay algo más - comenzó con cuidado - Pensé que era mejor que lo supieras.

De nuevo hubo un tenso silencio.

-Debes saber que no les pasó nada a los niños.

Xiang levantó un poco la cabeza, rambién se podía ver con el pañuelo sobre los ojos que él no sabía de qué estaba hablando.

-Me refiero al embrague del que pensabas haber destruido - continuó la cabra - Fueron encontrados en algún lugar de las montañas. Ahora están a salvo con sus padres y nacieron. Tienen tres niños y una niña.

Ella esperó una respuesta.

Primero todo estaba en silencio, pero entonces la cabra retrocedió cuando la respiración del pavo real se aceleró rápidamente. De repente, dejó escapar un grito de pavo real ronco y ahogado.

La adivina dio unos pasos más hacia atrás, sin dejar de mirarlo. A pesar de su cuerpo roto, parecía que el pavo real estaba a punto de saltar. Continuó profiriendo gritos fuertes y estremecedores y trató de liberarse de las ataduras que lo sujetaban

En ese momento entró corriendo el rey Wang, cuando vio al pavo real moviéndose así, se volvió hacia la vieja cabra - ¿Debería tranquilizarlo?

Ella negó con la cabeza y levantó la mano - No, que grite el dolor de su alma.

Con eso, se dio la vuelta y salió de la habitación. Mientras tanto, los gritos se habían convertido en lamentos, seguidos de cerca por un llanto furioso. Un llanto que buscaba una respuesta, pero que no encontraba a nadie que le prestara atención.

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𝐅𝐢𝐧 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐭𝐞𝐫𝐜𝐞𝐫𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞

Gracias a BuchTraumFaenger por dejarme una vez más traducir sus historias.

Y gracias a JaquelineDelgado4 y AkariSan3 por seguir la historia desde su inicio.

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𝐋𝐚 𝐮́𝐥𝐭𝐢𝐦𝐚 𝐕𝐢𝐜𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora