𝗚𝗿𝗲𝗲𝗸 𝗧𝗿𝗮𝗴𝗲𝗱𝘆 ¹ | PJO

07

Divisó a Percy charlando con Thalia, ambos llevaban puesta su armadura que se diferenciaba del de las cazadoras, por el color azul. Se acercó a ellos, llevando consigo su característico maletín de sanación.

—Hola. —Levantó su mano a modo de saludo. Thalia le correspondió con un asentimiento de cabeza, antes de irse juntó a las hijas de Afrodita, que parecían tener problemas con su armadura—. ¿Qué tal Percy?

—Hola, Nova ¿No vas a jugar? —cuestionó al verle sin armadura.

—Prefiero participar de otra forma, asistiré a Quirón con los heridos. —Miró de soslayó sobre su hombro, sentía un par de miradas indiscretas por parte de las chicas de Afrodita—. Mis hermanas son bastante rudas y competitivas con este juego.

—Oye, ¿Qué no se supone que nos odias y tienes prohibido hablarnos? —Constantinova le miró con burla.

—Algo así, pero no me has hecho nada para odiarte, además no estoy haciendo nada malo, solo estamos hablando. —Y con ello se alejó, deteniéndose a saludar al menor de los Di Angelo, que se acercaba a donde estaba Percy.

...

Quirón caminaba entre la espesura del bosque, con los gemelos Stoll sobre su lomo. Constantinova iba a su lado.

Resopló antes de exclamar en voz alta y sin ánimos. —Las cazadoras ganan, por quincuagésima sexta vez, seguida.

Constantinova se removió incomoda en su sitio, comenzó a caminar lánguidamente a donde Zoë se había quedado de pie, aún con la bandera del equipo contrario entre sus manos.

—Perseus Jackson.

Aquel nombre había removido a la chica, pese a que supiera que se referían a Percy. El gritó de Thalia había captado la atención de todos los presentes, su rostro era la ira en persona. Entre gritos, reclamos y muestras de poderes por parte de ambos, comenzó una disputa.

Thalia soltó una fuerte descarga hacía Percy, lanzándolo algunos metros bastante lejos, cayendo cerca del arroyo.

Constantinova intentó acercarse al chico con la intención de auxiliarlo, pero el brazo de Zoë sostuvo el suyo impidiéndole avanzar hacía el. El resto de sus hermanas contenían la risa, mirando disimuladamente hacía otro lado y tosiendo, las sonrisas burlonas sobresalían en sus rostros. La azabache resopló molesta por el comportamiento que estas demostraban.

El agua se elevó y cayó sobre Thalía, aquella situación estaba saliéndose de control. Nada parecía recobrar el sentido de Percy, hasta que su vista se quedó plasmada en un punto fijo detrás de su oponente.

Todos los presentes se encontraban absortos, nadie era capaz de emitir algún sonido. La niebla verdosa cubría la nieve en torno al oráculo, que finalmente se detuvo a unos pasos enfrente de ella.

—Acércate, tú que buscas, y pregunta. —Zoë y Nova compartieron una mirada, antes de que la semidiosa asintiera y su hermana se acercara al oráculo con paso firme.

—¿Qué debo hacer para ayudar a mi diosa?

El oráculo dejó escapar neblina verde antes de hablar:

Seis buscarán en el oeste a la diosa encadenada, uno se perderá en la tierra sin lluvia, el azote del Olimpo muestra la senda, campistas y cazadoras prevalecen unidos, a la maldición del Titán uno resistirá, uno perecerá por mano paterna, y al final, su camino uno retomará.

Sin previo aviso, el oráculo se desvaneció cayendo tan inerte como debía estar, sobre las rocas del suelo.

...