Bajo la luna de otoño, los cristales del salón, dejaban ver el compas de un baile en celebración de esta hermosa etapa de colores opacos, y un naranja que se degrada cada vez más hacia el marrón.Era un buen momento para unirse a la rueda, con muchos personajes que marcaron la vida de Hyuck. Después de todo, la fiesta fue organizada por su padre. Era un compromiso social, nada memorable.
Era un ciclo anual, entre promociones y regalos formales.
La vista del moreno paseaba por el salón, mientras caminaba entre paredes, intentando no llamar la atención.
El salón eran metros y metros de espacio, ocupados por grupos pequeños de gente culta hablando de nada que valiera la pena entender. Las mesas eran alargadas y llenas de comida, mientras que, cortinas grandes y rojas vestían las ventanas, pero dejaban pasar la luz nocturna.
Ocurre en un segundo, que puedes quedarte sin capacidad para intercambiar más de dos palabras. Esto puede repetirse incluso con las sonrisas, y en conjunto terminas queriendo ser ignorado.
El aburrimiento acoge a personas desoladas. La misma sensación, hace que todo impulso se anule en la persona, y quede algo similar a un zombie con traje.
Las galas son insípidas, después de perder el encanto que significa deslumbrar con un oufit no visto. Es divertido cuando eliges los colores, la tela, pero ya no queda nada por hacer, cuando te tomaron setenta fotos en diferentes ángulos.
Esto motivó al pelirosa desteñido, a vestirse en el clásico smoking negro con blanco. Eso sí, sin lazo. Odiaba que lo horcaran las prendas. Y... Bueno, nadie lo notaría, qué caso tendría hacerle mención.
Sus amigos no estaban allí. La noche se volvía interminable.
Estaba pensando seriamente en fugarse. Separándose de la pared, decidió escabullirse entre el centro de baile, para llegar al otro lado y de una cortina a otra, salir de ese patético sitio.
Cumpliendo su misión, una mano tomó su muñeca y lo atrajo, alejándolo de su intento.
<<Mierda...>>
Era una chica que le había presentado su padre, pero que a kilómetros se veía su obsesión por él.
—P-Perdone usted, pero no tengo intenciones de-.—Explicarse no serviría de nada, ¿No?.
—¡Baile esta conmigo!. Oppa~.
<<Oh, por Dios.... No lo dijo, ¿O si? Ash.>> En sus pensamientos no había contención alguna, pero en su cara costaba adiestrar sus expresiones para no mostrar asco.
La chica posicionó sus manos en el cuerpo del mayor, y ubicó las de Hyuck omitiendo sus disculpas y sus pocas ganas de bailar.
La música sonaba entre baladas románticas, que solo ponían crítica la situación.
La temática era un baile al estilo inglés antigüo. Y funcionaba para Hyuck, si al dar ciertas vueltas, se cambiaban las posiciones. Le daba un respiro de ese rostro irritante.
No era tan malo, cuando volaba en la vuelta y su mente se mareaba. Todos los colores se mezclaban entre sí, y era una vuelta de líneas coloridas, hasta ser sujetado fuertemente por la cintura, y recibido en unos brazos cálidos.
Plata lo cubría.
—Odio cuando te tocan.—Murmuró la voz grave de aquel chico pelinegro. Tomando sus manos, se preparó para seguir la coreografía.
Jaemin era plata. No oro, plata.
Donghyuck estaba sorprendido, pero sus pies sabían a dónde ir. Antes de asistir, fue forzado a tomar clases para este día, y curiosamente en muchas se escapó para practicarlas con el jóven que ahora lo sostenía.

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NaHyuck's Zone/ One Shots
FanfictionEscritora muy fan del shipp, incapaz de seguir creando OS a diestra y siniestra, sin sentir que llena su borrador de historias que no salen a la luz. ¿Quiere leer NaHyuck? Problema resuelto. #15 Haechan 19/01/23