NaHyuck's Zone/ One Shots

Time capsule

El amor gira.

Alrededor de todos, y sí. Somos el eje de él. Nos rodea, viendo lo mejor y peor de nosotros. Nos evalúa de espaldas y de frente, y nos entrega diferentes regalos que incluso son lecciones.

Hyuck conversa con Jeno como cualquier otra mañana en el campus. Pero sabe que hay algo que le sigue de cerca, y es precisamente en el cruce de miradas con Jaemin, que lo puede reconocer al verlo pasar a metros de ellos como si fuera a su lado. Su corazón salta y le obliga a salirse de la conversación para caer en un hueco en el tiempo, viajando sin remedio al pasado.

Y es como si estuviera allí, reviviendo todo otra vez.

Jaemin le sonríe a mitad de la discusión.

—“De qué te ríes, idiota. Me descompone cuando haces eso.”—Le reclama consiguiendo que se acerque peligrosamente a él.

—“¿Seguro que es eso y no los nervios?”—Se cruza de brazos.

—“¿Por qué serían nervios? Estamos discutiendo Jaemin, por favor. Podrías dejar de comportarte como un imbécil y dejar de seguirme, ¿No ves que cada vez que vienes a perturbar mi paz mental solo consigues que te insulte?”

Los dos se miran y hay un incendio de por medio. Pero Jaemin actua tan soez que parece no importarle. No le importa ver a Hyuck alardeando que tiene una mejor amistad con Taeil que con él, no le importa ver que lo ignora para realizar los trabajos en grupo desde la última vez que estuvieron de pareja en uno, no le interesa que Donghyuck lo deteste con cada fibra de su cuerpo. Nada es suficiente para espantarlo.

—“¿Y si te beso?, ¿Me golpeas?”—Los ojos del moreno se abren al escucharlo escandalizado, sonrojándose de la cabeza a los pies. Entonces sonríe a mitad del pasillo, relamiendo sus labios inconscientemente.

—“T-Tú no tienes respeto por nada.”—Responde sin poder creerlo.

—“No, no lo tengo. Quiero medir cuánto te puede gustar.—Y con toda libertad lo toma de la cintura y le roba un beso que si bien, al principio no es correspondido por culpa de los intentos de golpearlo, cuando sus manos son detenidas en el aire, ya no tiene escapatoria y su enojo ha sido aplacado con éxito al sentir cómo se deshacen sus bocas mejor de lo que han podido desenvolverse en aquellas tontas peleas.

Siente como sus dedos se entrelazan, se sostienen sus manos y su corazón comienza a latir con fuerza.

Entonces se pregunta si así se sentía su abuelo al conocer a quien pudo haber sido el amor de su vida. Del que ahora solo queda su nieto, que tiene casi la misma edad que él, y en la misma etapa que ellos cuando se conocieron.

Piensa si por es por esa razón que al ver a Jaemin se le nubla la mente. Antes que las historias, antes de saber cualquier detalle crucial del pasado, podría jurar que se volvería a fijar en aquel chico rubio. Siente que no puede huir de él, que en todos los cruces y en cada salón donde coincidieron hay una chispa que sale de ambos al verse.

¿Son una evolución de la historia?, ¿Él sabe sobre ella?

Si no fuera por esa historia, ¿Él no lo miraría con frecuencia?

Presiente que es cuestión de tiempo para que lo conozca. Que no podrán evadirse porque han caído juntos en el mismo lugar, en el mismo año, en la misma edad, en la misma generación, ¿Y eso solo quiere decir una cosa, no?

Que la historia volverá a su cauce y tal vez terminará como ellos imaginaron que sería.

Porque si no fue con ellos, en la siguiente vida volverán a juntarse en diferentes cuerpos y contextos.

—Haechan, ¿No tienes problema?—Repitió la voz de Jeno, despertandolo.—Ya no me escucha, disculpa ¿Si? Él es así.

Escucha una leve risa emanar de otros labios y al voltear esos bonitos ojos marrones qué tanto chocan con los suyos le devuelven la mirada.

—Te decía que si no hay problema en que él se una a nuestro grupo de estudio.—Comenta Jeno con una sonrisa.—Solo habría que avisarle a los chicos, mientras más sean más probabilidades hay de pasar el examen. Como dicen, dos cabezas piensan mejor que una.

—Gracias por aceptarme.—Sonríe con timidez el chico.

—Claro... No hay problema.—Sentía algo de calor en sus mejillas, pero eso qué importaba. Acababa de pasar.

Estaba a punto de empezar su historia.

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