•Teddy Bear•

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Un cuerpo deja reposar todo su peso sobre Jaemin, quien intenta trabajar en los ritmos de una nueva canción con su laptop. Ni siquiera puede acercarse lo suficiente al escritorio, para ver mejor las mezclas, debe atarse por completo a su oído para esta ardua tarea en la que se encuentra desde hace dos horas. Este pequeño costal que le dificulta ver la pantalla es nada más y nada menos que Haechan. Este gran oso que no es de peluche, tiene sus brazos anclados alrededor de su cuello, sus piernas a cada costado de su cintura colgando y su cabeza reposandole en el hombro. Lleva una hora en aquella posición, en su ligera siesta de la tarde. Pero Jaem no hará nada para despertarlo, de hecho se contuvo de mover demasiado sus brazos o hacer mucho ruido con la música, para no molstarlo en su descanso... A pesar de que él haya sido quien lo invadió en su habitación y le impuso ser su colchón.

El moreno se acomoda mejor sobre él, haciendo ruiditos chistosos y tiernos que no entiende. Balbuceos que no podrá pedirle que repita. Le hacen reír para sus adentros, manteniendo el silencio para él. Jeno tocó su puerta en algún punto pero al abrir automáticamente evitó reírse, ya que quiso pedirle ayuda al menor para la cena de ese día, sin embargo al verlo encuentra que Jaemin tiene un problema muy grande que no lo dejará ponerse a disposición de más nadie. Le dice que no se preocupe y cierra la puerta, yendo por Chenle para que le ayude.


—J-Jaem...—Balbucea Hae, somnoliento.


—¿Mmm?—Continua en su trabajo.

—¿Por qué Jeno habló solo?...

Nana se ríe bajito, negando. Es impresionante el buen oído que tiene, cuando apenas si se sintió el sonido de su voz en la pieza.


—¿Tú no estabas durmiendo? ¿Ah?

Haechan, sin abrir los ojos sonríe.

—Eso no me impide ser chismoso.—Bosteza.

El aire está encendido aunque para el menor es como si no lo estuviera. El calor corporal de su compañero lo mantiene cálido.

—¿Está bueno el sueño?—Cambia de tema, parando para echarle un vistazo al azabache.


—Uhm...—Es lo único que le responde.


—Eres el ejemplo perfecto de la procastinación.—Susurra, riendo. Mira una vez más su computador y suspira, rindiendose a la magia de tomarse la tarde libre como él. Apaga y cierra, soltando el mouse.

—¿No vas a seguir?...—Su vocecita vuelve a salir.

—Voy a llevarte a tu cama, ¿Quieres?—Lo sujeta bien como cargar a un niño, levantándose de la silla.


—No~... Nana.—Musita casi suplicando que no lo deje.—No quiero.

—Mmm...—Sonríe, rodando los ojos.—¿Mi cama?

Asiente. Solo eso.

La corta respuesta de Haechan es suficiente para girarse y caminar a la cama, recostando primero al mayor, con mucho cuidado. Este en un abrir y cerrar de ojos ya está acomodado en su cama y al tomar lugar a su lado, pasa a abrazarlo como si se tratara de la almohada que ahora ejerce función de decoración.

—Vas a terminar durmiendo encima de mi...—Ríe Nana, consiguiendo que abra sus ojos con mucha lentitud, adaptándose a la vaga luz.

—Te gustaría.—Dice mirándole fijamente sin dejar de verse adormilado.

—No me gusta que adivines mis respuestas.—Alza su mano y con cuidado pasa a darle cariños en el cabello.


—¿Porque me parezco a ti? Y sé lo que estarás pensando...


—Si, eso es~ Dime...

—¿Qué?


—¿Por qué no puedo dejar de amarte más y más? En vez de alcanzar un límite, solo se hace más imposible.—Pasa a acariciar su mejilla y el opuesto cierra sus ojos unos segundos.

—Sé que quieres besarme.—Aún semidormido, alza sus cejas seductor.

—Esto no se trata de besarte.—Se ríe.

—Yo quisiera que me beses.—Expresa en un tono confidencial.

—Me gustas tanto que me desagradas.—Bromea provocando que le sonría.


—Está siendo tan romántico... Voy a vomitar.—Le sigue el rollo.


Jaemin abraza la cintura del moreno, trasladando sus caricias a esa zona tan delicada.

—Te necesito tanto~

Hae sonríe al oírlo.—¿Si?


—Gran parte de mi no tiene sentido si no estás. Mi AB...—Susurra, besando su frente con amor.

—No me has besado.

Ambos se ríen de ello.

—No te has quedado dormido.—Susurra Jaem.—No puedo despertarte de tu sueño profundo si no estás descansando...

—¿Soy el príncipe?


—Si no duermes, no.—Insiste, respirando su aroma.—Prometo despertarte con un beso cuando la cena esté lista.

—Trato...—Susurra el mayor, reforzando su agarre para ir cediendo al sueño.


Mark pretendía tocar la puerta de Jaemin cuando Jeno lo calló, pidiéndole silencio. Al abrir una pequeña ranura, el canadiense se asoma presenciando la comodidad de los dos, compartiendo cama como pocas veces. Volvió a su cuarto con una sonrisa mientras que el par reposa antes de que se cumpla una de las pocas promesas que ha hecho en su vida.



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Nota mañana porque me estoy quedando dormida editando.

NaHyuck's Zone/ One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora