•Burning cold•

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—¿Celoso?—Preguntó.

—Los celos son sentimientos primitivos.—Respondió con pesadez a la pregunta de Jeno.


Pero fue la manera en que aquel chico listo parecía aprovecharse de la situación, para tomar a Donghyuck de mil formas mientras bailaban al ritmo de la música. O tal vez no era así y solo estaba siendo llevado por ideas erróneas, quizás estaba viendo fuera del contexto real y solo era eso, una coreografia de patinaje en proceso. El frío deporte no le congela la sangre.

Entonces pasa la mano por la pierna del moreno y ya es demasiado para pensar con ingenuidad, así que mira en otra dirección mientras escucha la voz de Hae hacer eco en la pista dándole indicaciones y finalizando el encuentro.

—Vienes a verlo para ponerte así, quién entiende.—Responde el mayor, suspirando.

—Voy a competir contra él, ver su técnica me ayudará a saber cómo ganarle.—Ser de equipos contrarios era una gran barrera entre los dos.

Había convencido a su mejor amigo para que viniera con él a ver el ensayo. Donghyuck debía presentarse con una chica, pero para su sorpresa, hoy el ensayo era con Mark Lee suplantandola, por lo que en vez de poder concentrarse en la pieza, sus ojos se desviaban a los toques, a cada roce y a la buena química que desprendían al moverse juntos.

Por fin había acabado y no tendría que seguir viendo el desagradable dueto. Dejó su asiento, prometiendo a su amigo que lo alcanzaría en los dormitorios.

Haechan había cruzado los pasillos oscuros al vestidor, cargando las cuchillas heladas en su mano y el termo con agua en la otra. En busca de sus cosas para volver a casa. Tendría competencia en tres días y se sentía seguro después de haber practicado tanto.

La sala estaba vacía, mientras abría su casillero para sacar sus cosas, entre esas las zapatillas y su mochila con la sudadera dentro. Dejó las cuchillas sobre el banco de madera y cuando pretendía tomar asiento para cambiarse, una voz lo distrajo.

—¿Se ha roto un pie tu bailarina?

Bajo la sombra de la entrada se hallaba el joven de cabello perlado, recostado del umbral.

—Oh, Jaemin eres tú~—El moreno no lo podía ver con claridad, pero esbozó una pequeña sonrisa ladina.

—¿A quién más esperabas?—Jugó un poco el menor, saliendo de la sombra con ese andar tan silencioso como el de un felino que pretende cazar.

—¿Me extrañabas? Sé que eres mi fan número uno.—Se burla, mientras abre la mochila para sacar la sudadera y meter esta vez las cuchillas.

—Oh, por favor. Sabes que esto es profesional, nada más...—Pero se había dado el lujo de acercarse más, hasta quedar frente al mayor.

—Por supuesto.—Aseguró él, apuntando todo su cuerpo al menor.—No hay nada más profesional que la manera en que miras a Mark.

Nana frunció el ceño antes de soltar una risita.—No lo miro a él, te miro a ti.

Hyuck rodó los ojos, quitándose la malla superior con la que había patinado, sin preocuparse por la vergüenza. Era algo normal, se lo repetía para no sentirse apenado por la mirada de Jaemin sobre él, hasta que logró colocarse la sudadera.

—Solo pienso...—Jaemin deja que su mano se deslice por la cintura de Haechan sin importarle nada. Dejando que el rubor invada las mejillas del mayor como tanto le gusta.

—¿Mmm?—Aunque debería, el moreno no hace nada por quitar la mano del joven. Simplemente la siente, así como su mirada.

—Que yo podría lograr la fluidez de tus movimientos, sin práctica.—Se encoge de hombros, logrando que Hyuck aparte la mirada.—Podrías ser mi bailarina~

—Ya habíamos hablado sobre coquetearle a la competencia.—Murmura, teniendo unos flashbacks poco éticos de los dos.

—Juro que hablo del patinaje, Hyuck....—Susurra, tomando su mentón y obligándolo a verle.—Hablo de mis manos ayudando a estirar tus piernas en el ángulo adecuado, de mis brazos sujetandote en los saltos, de mi cuerpo transmitiendote la confianza. Ayudarte a alcanzar la meta...

Haechan humedece sus labios al sentir una repentina sequedad en ellos. Muchas veces Jaemin ha ganado gracias a esa mirada tan seductora con la que le invita a romper el código. Supone que los jueces al verlo bailar sobre el hielo como si fuera su terreno, sienten la misma fuerza y sensualidad con la que le envuelve justo ahora. Es la esencia de un cisne negro.

—Ninguna de esas parejas te hará brillar ahí.—Sonríe, inclinandose hasta rozarle el oído y causar un suspiro involuntario del chico.—No sacan lo mejor de ti.

—Estás haciéndolo de nuevo...

—¿Qué cosa?

—Motivandome.—Susurra con cierta debilidad por la cercanía del menor.

—La rivalidad se alimenta de deseo, ¿No? Querer algo con desenfreno...

Donghyuck sin aguantarlo más lo toma de los hombros y lo sienta, sin pensar en dejarlo ir. Ha despertado esa faceta que su público desconoce... Es la muerte de la inocencia al subirse a su regazo, para sentir que crece más y más el sentimiento en su interior.

—Tú solo vienes a provocarme.—Se queja casi sobre sus labios, respirando con agite.

—Yo siempre soy el culpable.—Se toma el atrevimiento de morder su labio inferior.—Nunca lo serás tú.


—No puedo. Así no va esta pieza...—Le sonríe con malicia el moreno, antes de besarlo como si hubiera estado muriendo por hacerlo todo este tiempo, tal como la abstinencia atacando.

Las luces se apagan y comienza el espectáculo sensorial que los lleva a cautivarse a escondidas de todos sus expectadores. Encontrando suficientes razones para enfrentarse delante de cientos, como si nunca se hubieran cruzado palabras o incluso gemidos entre ellos.


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NaHyuck's Zone/ One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora