Última oportunidad

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Ese día inicio como cualquier otro, me levanté, hice mis actividades matutinas y salí a trabajar. Mi empleo no es el mejor del mundo, es monótono y aburrido pero al menos tengo un sueldo decente que no se encuentra en cualquier lugar, además tengo descuentos como empleado y para un chico soltero como yo, es excelente. La caja de cobró era el lugar en el que a nadie le gustaba estar por que a la mayoría de los empleados les molesta tener que lidiar con clientes malhumorados pero como para mi no es problema, éste suele ser mi lugar de trabajo habitual.

Atendía algunos clientes cuando de pronto entraron dos chicas con uniforme tomadas del brazo, y cuando una de ellas me miró, me recordó a aquella niña; esa niña que 12 años atrás salvo mi vida y estuvo conmigo en mis peores momentos. ¿A caso será Luisa?.

Sabia que se había mudado a la Ciudad pero en el tiempo que llevo aquí nunca me la había encontrado. La busqué entre los pasillos para verificar si era ella pero no pude mirarla bien hasta que se acercó y pude confirmar mi sospecha. Jamás podría olvidar ese cabello rizado y ese lunar en la mejilla que enamoraría a cualquiera. Traté de actuar lo mas normal posible, ¿Será que ella también me recuerda?.

-¡Hola!- Se me salió el saludo con una emoción desbordante.

-Hola- Ella me miró extrañada y respondió de forma tímida.

¿En que diablos pensaba? Es imposible que ella recuerde al niño tonto de aquella época. Desilusionado comencé a marcar la mercancía y a su vez la miraba extrañado de vez en cuando. Es muy raro todo lo que lleva para ser una chica de 17 años ¿Pomada para hemorroides? ¿Medicamento para la diarrea? ¡¿Acaso estará muy enferma? Pero lo mas extraño fue la prueba de embarazo. ¿No será para ella, o si?.

-Puedes apresurarte, llevamos prisa.- Dijo la otra chica sacándome de mis pensamientos.

No supe que mas decir así que les cobre y la chica desagradable pagó; tomó a Luisa del brazo y salieron de la tienda , yo solo las miré hasta que otro cliente formado preguntó: -¿Puedes cobrarme, por favor?

Terminando de atender a los clientes que quedaban en la fila escuche su voz nuevamente.

-Disculpa, ¿Podemos pasar a tu baño?

-Ehm... tendría que preguntarle al encargado. Permíteme.- instantáneamente corrí al almacén trasero de la tienda.

-¿Qué haces aquí Denis? Deberías estar en caja.-Me dijo Don Rogelio sorprendido, quien era el encargado de la tienda y mi jefe.

-Don Rogelio, hay dos chicas que quieren entrar al baño ¿Puede darme permiso para dejarlas entrar?-Le pregunté con voz exhausta.

-Sabes que el baño no es para clientes, esta estrictamente prohibido.

-Por favor Don Rogelio!

-Ya dije que no.

-Me quedaré tiempo extra sin paga, hágame este favor, se lo pido.- Rogué insistentemente.

-...De acuerdo, déjalas pasar. Pero que no tarden.- Dijo un poco reacio después de pensarlo un momento.

-Gracias Don Rogelio, es el mejor!

Corrí de vuelta a la tienda y fui por las chicas, las lleve hasta el baño pero como no podía dejar solo mi lugar de trabajo por mas tiempo las dejé ahí. Atendía a otros clientes y después de un rato ví que las chicas salían apresuradamente del local. ¡No puede ser! No pude ni despedirme de ella.

-Ahora ya se por que insististe tanto.- Me sorprendió Don Rogelio

-¿Que?

-No todos los días ves chicas tan lindas por aquí, ¿verdad?

Si no me amas, no importaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora