𝐒 • 𝐁 • 𝐌 // ᴋ. ɴ. ᴊ.®

¹⁹

ʙʏᴍ

Viernes.

— ¿Y que planean hacer? — me preguntó Nam.

— No lo sabemos aún ¿Algún concejo? — le di un mordisco a mi Kimbap.

— Si, que no hagan nada.

Solté una carcajada.

— Sabes que, con amigos como los míos, esa no es una opción — dije — vamos, será divertido.

— No lo sé...

El timbre sonó.

— Es hora — dije, me acerqué a él y lo besé en la mejilla para después caminar a la salida — Saludas a tu madre de mi parte.

Salí del laboratorio y caminé a mi aula. A mitad del camino me encontré con Yuna y dentro del aula a los demás.
Tomé asiento y, tras cinco horas más de aburridas clases, el timbre sonó de nuevo, me levanté de mi silla y espere a mis amigos.

— ¿Vamos por fideos? — Pregunto Lia.

— No lo sé, ¿que dices Youngmi? — me preguntó Hyunjin.

— De acuerdo, ya veré yo que les digo a mis padres.

Comenzamos a caminar a la salida pero mi teléfono comenzó a vibrar.

— Es mi mamá.

Los chicos cruzaron miradas.
Contesté.

— Hola... — dije pero me interrupió.

— Te quiero en casa en 15 y que te traiga Youngsoo.

Colgó.

— ¿Que fue eso? — preguntó Jisung.

— No lo sé, estaba muy molesta...

— Creo que será mejor que vallas con tu hermano, después iremos todos por fideos. — dijo Lia.

— Nos cuentas lo que pasó — dijo Jeongin.

Asentí.
Nos despedimos y camine en dirección a la pequeña oficina de mi hermano y entre tras tocar.

— ¿Mamá te llamo? — me preguntó al verme.

— Si ¿A ti también? — pregunté devuelta.

— Si, lucía molesta... — dijo tomando su saco y las llaves — vamos.

Caminamos a toda prisa al auto de mi hermano, subimos y condujo hasta casa, nos quitamos los zapatos y entramos.

— ¡Llegamos! — Grito Youngsoo.

Caminamos hasta el salón y ví a mis padres sentados en el sofá con un semblante serio, más serio que nunca.

— ¿Ocurrió algo? — pregunté.

— Siéntate — contesto mi padre.

— ¿Yo debo quedarme también? — Pregunto Youngsoo.

— Como quieras — contesto mi padre.

— ¿Que ocurre? — dije tras sentarme en el sofá individual y Youngsoo en el descanso de brazos.

Mi madre saco de su bolsillo una cajita de aluminio que antiguamente estaba llena de galletas danesas.

— ¿Me podrías decir que contiene esto? — preguntó con furia.

No contesté.

— Responde — dijo mi padre pero al ver qué seguía sin responder la abrió y tomó la bolsa de ziper que había adentro — ¿Que es esto? — la abrió y vació el contenido en la pequeña mesa de centro.