²³

55 4 0
                                    

ʙʏᴍ

Entramos a casa tras llevar a Namjoon a la suya. Me quite los zapatos y subí a mi habitación tras despedirme, me puse la pijama y me tiré en mi cama a dormir.

𖦹𖦹𖦹

3:05 a.m.

El tono de mi teléfono me despertó, lo tome y adormilada contesté.

Ardillita 🐿️💖💖✨

— ¿Si?... — pregunté mientras me tallaba los ojos.

— ¿Youngmi? — el sorbido de nariz de Jisung hizo que me despertara por completo de golpe.

— ¡¿Jisung?! ¡¿Que ocurre?! — pregunté preocupada.

— Youngmi... — le costaba hablar, estaba llorando — Youngmi no me siento bien... Youngmi Hyunjin no me contesta...

— ¡¿Que te paso?! ¡¿Que ocurre Jisung?!

— Youngmi, eres mi mejor amiga... No tienes idea de cuánto te quiero... Hyunjin no me contesta pero a él también lo quiero mucho, no se cómo podría haber aguantado tanto tiempo si no fuera por ustedes...

Oh no...

— Jisung, ¿Que vas a hacer?... — no pude contener más las lágrimas.

Salte de mi cama, salí de mi habitación con los pies descalzos y camine por el pasillo.

— Los amo con todo mi corazón... Son lo mejor que me ha pasado en la vida... No sabes cómo agradezco haberme lanzado de ese árbol a pesar de haberme roto una pierna — soltó una risita.

— Jisung... ¿Dónde estás?... — tenía una horrible sensación en el pecho, sentía que me iba a explotar.

Mis voz salía en forma de súplica.

— Adiós Youngmi — dijo.

Lo escuché soltar un pequeño suspiro.

— Jisung... No cuelgues por favor... No cu...

Colgó.

— ¡Jisung! — grité a mitad del pasillo.

Rápidamente me limpie las lágrimas.

Tengo que apurarme.

Entre a la habitación de mis padres, ambos se sobresaltaron.

— Papá — hablé tomando su pantalón y buscando en los bolsillos — ¿Dónde están las llaves del auto?

Mis manos se movían con torpeza, tenía los ojos rojos y estaba horriblemente despeinada.

— ¿Que? — preguntó adormilado.
— ¡Necesito el auto! ¡¿Dónde están las llaves?! — pregunté de nuevo con desesperación.

— ¿A donde crees que irás? Son las 3 de la mañana y estás castigada. — dijo mi madre sentándose sobre la cama con expresión seria.

— ¡Me importa un carajo! ¡Necesito las llaves ya! — grité.

— ¡A mi no me hablas así!

— ¡Agh! — me quejé.

Salí dejando la puerta abierta y corrí hasta la habitación de mi hermano. No podía dejar de llorar. Sentí como la puerta de la habitación de mis abuelos se abría.

— ¿Peque? ¿Que ocurre? — preguntó mi abuela a mis espaldas.

No conteste y seguí caminando.
Ambos me siguieron y tras ellos mis padres muy enfadados también.
Llegué hasta la puerta y cuando estaba por abrir mi hermano salió de la habitación.

𝐒 • 𝐁 • 𝐌 // ᴋ. ɴ. ᴊ.®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora