Rubén es padre soltero de un niño de 6 años, el cual no deja de hablarle sobre su Profesor favorito de primero, que por casualidades de la vida, se llama igual que él: "Samuel".
La mañana del domingo, fue especial. Samuel no quería despertar a Rubén, pero su mente ya tenía su reloj programado a las 8 de la mañana como cada fin de semana. Samuel era hombre de horarios y de rutinas. Rubén era de improvisar y hacer lo que tuviera que tocar en el momento.
Se levantó lentamente de la cama, para no despertarlo y entró al baño a hacer sus necesidades matutinas. Al salir, decidió que sería bueno hacer el desayuno a sus Doblas, para cuando despertaran. Cuando Samuel estaba sacando una sartén. Un Rubén despeinado y tallandose el ojo lo miraba desde la pared, dando un bostezo.
ㅡSentí la cama vacía y me desperté.ㅡ comentó como si de un niño pequeño se tratase y lo recibió en sus brazos dándole un beso en la frente.
ㅡQuería hacerte el desayuno sorpresa.ㅡ Rubén rió porque era experto en arruinar las sorpresas.
ㅡPuedo hacerme el sorprendido.ㅡ le dio un beso a su mentón y se sentó en la silla, recargando sus codos en la mesa y colocando su mentón en la palma de sus manos para mirar a Samuel cocinar.
ㅡEres como un niño pequeño.ㅡ contestó sonriendo.
ㅡPero soy tú niño pequeño. ㅡ le refutó Rubén, admirando toda la parte trasera del hombre que lo tenía loco.
Samy llegó a la cocina minutos después, por el aroma de la comida que inundó sus fosas nasales. Arrastrando a su unicornio por el cuerno. Y con el cabello igual de despeinado que su padre y tallandose un ojo. Si Rubén hubiera podido clonar a su hijo, no le hubiera salido tan idéntico. En ese momento dejó de parecer un niño pequeño para tomar a su hijo en brazos y besarlo por todas partes.
ㅡ¿Papi, Samu nos hace el desayuno? ¿O sigo soñando?ㅡ le preguntó con la voz adormilada.
ㅡSamu nos hace el desayuno.ㅡ le respondió intentando peinarle el almohadazo que tenía. Claramente, él no se había visto en el espejo todavía. Y Samuel sintió que su corazón se detenía cuando escuchó que el castaño, le dijo: "Samu".
ㅡSamu ¿Va a vivir con nosotros? Quiero que viva con nosotros. ㅡ Los dos adultos se quedaron sin nada que decir. Porque aquello lo habían pensado al dormir juntos esa noche. Pero claramente, fueron sus anhelos más profundos, no lo dijeron tan abiertamente como Samy.
ㅡSabía que cuando alguien más le cocinara, ya no iba a querer mi comida. ㅡ rompió el silencio con una broma y los tres rieron quitando la tensión que se había formado.
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